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S. Escribano
Valladolid
Lunes, 1 de julio 2019
El «lo que quieran» que Alfonso Fernández Mañueco, presidente del PP de Castilla y León y candidato a presidir la Junta, ofreció a Ciudadanos el ... primer día que se sentaron a negociar tras el 26-M ha impulsado el paso de la formación naranja desde la oposición al cogobierno en el inminente Ejecutivo autonómico, además de la zambullida en la gestión conjunta de dos ayuntamientos de capital de provincia (Palencia y Salamanca) y cinco diputaciones. Son las de Burgos, Soria, Zamora, Valladolid y la de Segovia. Esta última, a falta de concretar si tendrá presidente de Cs o vicepresidente. En Ávila, los naranjas se abstuvieron para facilitar un presidente del PP. A esos acuerdos con los populares en diputaciones y alcaldías de primera línea se suma el Consistorio de la capital abulense, con la formación Por Ávila que lidera el exdirigente popular Jesús Manuel Sánchez Cabrera. Cs gestiona una concejalía en esa Corporación.
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La necesidad del PP de contar con el apoyo naranja para continuar al frente de la Junta de Castilla y León tras perder las autonómicas el 26 de mayo ha permitido a los de Albert Rivera exprimir los 205.800 votos que lograron en las elecciones a las Cortes, pero aún más los 143.500 que obtuvieron, en conjunto, las candidaturas municipales de esa formación. El avance en apoyos es significativo si se comparan con los 140.000 votos que obtuvieron en las autonómicas de 2015 y los 106.022 de aquellas municipales. Aún así, en ninguno de los ayuntamientos o diputaciones en los que ha desembarcado es primera o segunda fuerza política.
A rebufo del acuerdo autonómico, con una estructura de Gobierno con seis consejerías para el PP y cuatro para Cs, los pactos municipales y provinciales más llamativos cuajaron en el Ayuntamiento de Palencia y en la Diputación de Zamora, después de que en Burgos, ciudad en la que el PP apoyó al candidato de Cs, la abstención de Vox permitiera gobernar al socialista Daniel de la Rosa, cabeza de la lista más votada.
El caso burgalés es el capítulo de lo que no pudo ser para Cs el 15 de junio, pero sí se materializó el palentino. Mario Simón, de Cs, es el alcalde de la ciudad del Carrión, con el voto de sus dos compañeros de partido, los nueve del PP y la concejala de Vox. Esta última edil dirigirá la Agencia de Desarrollo Local en un equipo municipal de gobierno con mayoría de populares. En Zamora tomó posesión como presidente de la Diputación José Francisco Requejo, el único diputado de Cs, apoyado por todos los del PP. Requejo, con un gobierno en el que el resto de los integrantes son diputados del PP, partido que presidía la institución, avanzó que su intención «no es revolucionar nada».
David Castaño, reelegido procurador por Salamanca y secretario autonómico de Acción Institucional de Cs, considera necesaria la implicación directa en la gestión para «hacer cumplir» los acuerdos programáticos. Castaño basa su argumento en la experiencia de los últimos cuatro años. «Nos hemos dado cuenta de la dificultad para hacer cumplir lo acordado», remarca. En esa experiencia incluye los acuerdos de investidura y presupuestarios que permitieron al popular Juan Vicente Herrera culminar un mandato sin mayoría absoluta. «No se trata de rentabilizar o no los votos, se trata de hacer política con acuerdos que consideramos que benefician a Castilla y León», resume Castaño.
El responsable autonómico de Acción Institucional asegura que el presidente zamorano no trabajará solo y que más que aspirar a liderar un grupo de trece (él y los doce del PP), quiere contar con los 25 diputados de la corporación. Castaño insiste en que «estas coaliciones» que se han conformado en ayuntamientos y diputaciones serán beneficiosas porque aumentarán «la competencia» y abrirán «el arco político a más inquietudes. Entiendo que ahora son una novedad, pero van a permitir ser más sensibles y dialogantes con todas las formaciones».
El partido de Albert Rivera mantiene sus aspiraciones a presidir la Diputación de Segovia, institución en la que el PP no logra el diputado que necesitaba para sumar la mayoría absoluta y sortear esa exigencia de Cs. Los de Fernández Mañueco amarraron la Diputación de Soria en el último minuto, por un pacto a tres bandas con sus excompañeros de la Plataforma del Pueblo Soriano y Cs, formación que también apoyó al PP en Burgos y Valladolid. En la burgalesa, donde se informó en un primer momento que la presidiría Cs, finalmente se mantiene el popular César Rico pese a llevar más de ocho años en el cargo y el vicepresidente es de la formación naranja, que también negocia una vicepresidencia en la pucelana.
«Serán los ciudadanos los que juzguen dentro de cuatro años», concluye David Castaño.
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