Isidoro Alanís | Presidente y CEO de Global Exchange Group. Servicios de cambio de moneda
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Isidoro Alanís | Presidente y CEO de Global Exchange Group. Servicios de cambio de moneda
«En España se ataca a quien da de comer»He aquí un empresario que trabaja en la cumbre del mundo. Isidoro Alanís (Salamanca, 51 años), presidente y CEO de Global Exchange, primera multinacional española y segunda más importante a nivel mundial en servicios de cambio de moneda. Tercero de cuatro hermanos, nada más licenciarse ... en Gestión y Administración de Empresas se puso al frente de la empresa que habían fundado sus padres en Fuentes de Oñoro en 1996. En poco más de 27 años la ha situado en los puestos más altos de la gestión mundial de servicios de cambio de moneda, con unas cifras que producen vértigo: presencia con oficinas en 24 países, 2.500 empleados, un movimiento anual de 2.200 millones de euros en volumen de cambio de moneda y una cifra de negocio que supera los 217 millones de euros. Global Exchange estrena con este final de año una sede tecnológica, en la que ha invertido más de tres millones de euros, en la que trabajarán 95 personas, aunque está dimensionada para albergar 200. La llegada del euro a finales del siglo XX puso a Global Exchange ante la tesitura de renovarse o morir al desaparecer el 95% de su mercado de entonces por la moneda única en Europa. Veinticuatro años después, han crecido tanto que esta firma salmantina empieza el día en Australia y lo acaba en Chile tras dar la vuelta al mundo.
–¿En su empresa se refieren a la moneda única europea como de 'bendito euro'?
–Después de 21 años con el euro, sí; pero en 2002 fue 'maldito euro': se terminaba con él nuestro negocio y teníamos que dar el salto, adaptarnos a una nueva vida. Después de 21 años claro que decimos 'bendito euro' porque fue lo que nos obligó a internacionalizarnos.
–¿Qué hubiese pasado de no haberlo hecho?
–No lo sabremos nunca. Por eso, bendito euro, bendita crisis que nos dio la oportunidad de salir al exterior. Nos fuimos a Argentina, a 10.000 kilómetros de España.
–Cuanto más crece el turismo, mayor es la actividad de Global Exchange. Y desde que salimos de la pandemia, el turismo está desbocado.
–Ya, pero llevábamos dos años sin salir de casa. Y en 2022 España ni recibió ni emitió el número de turistas de 2019; este año, ya sí. Visto a nivel global, este año aun no se van a alcanzar las cifras de 2019. Hay zonas que sí.
–Zonas como...
–Europa y Latinoamérica ya pasan los números de 2019, pero Asia todavía está por detrás, sobre todo porque en China no han abierto del todo las restricciones. Y eso se nota.
–Con la pandemia aumentó también el pago con tarjeta y creció el uso de bitcoins. ¿Amenazas para el futuro de su empresa?
–No cabe duda de que los medios de pago distintos al efectivo han tomado una cuota de mercado mayor a la que había antes del covid. Además, han manipulado muy bien la información los otros medios de pago y han causado una sensación de temor en los años de la pandemia de que el dinero efectivo contagiaba.
–Y no es así.
–Decir que el dinero efectivo contagiaba y las tarjetas no es un absurdo que destaca mucho cómo han sabido entrar a manipular a la gente. Lo único cierto es que los datos del Banco de España corroboran que el efectivo sigue siendo el primer método de pago en España, con el 62% de la gente que dice que lo utiliza como método de pago prioritario. Y es el único método de pago que tiene unas características únicas.
Isidoro Alanís
Presidente y CEO de Global Exchange
–¿Únicas en qué?
–En primer lugar, te da una libertad de utilización que ningún otro medio te la da. Y esa libertad significa que no te controlen en tu vida, ni en lo que estás haciendo ni en cómo tú dispones del dinero y te lo gastas. Cualquier otro método de pago te tienen automáticamente canalizado y saben absolutamente todo de ti y de tu vida. Y en eso hay mucha gente que nos negamos a que los Estados tengan un control sobre el individuo, que los bancos tengan un control sobre el individuo, o que las nuevas grandes proveedoras de medios de pago, que son todas las relacionadas con la tecnología, nos controlen todo.
–¿Hay más razones?
–Sí, que ahora mismo gran parte de la población está viviendo a crédito y no nos damos cuenta de lo que es eso. Porque mientras el banco te siga dando crédito, o las otras empresas de método de pago te sigan dando crédito, todo irá bien. Pero, ¿qué va a pasar en el momento que venga una crisis, que vendrá, y no puedas vivir a crédito? El efectivo es la única forma de control del gasto. Y el efectivo, además, es el único método de pago gratis: por las tarjetas te cobran al año y por el resto de medios de pago, también.
–Global Exchange todo lo que hace es 'made in Castilla y León' o, por ser más exactos, 'made in Fuentes de Oñoro'. Pero las cifras que manejan de negocio más parecen propias de empresas de Madrid, Barcelona o...
–...O Londres, o Hong Kong...
–Claro.
–Nuestros orígenes son Fuentes de Oñoro y Salamanca; estamos a gusto y queremos seguir viviendo aquí. Y es la forma, también, de seguir apoyando nuestra región, nuestra provincia y nuestro pueblo. Eso demuestra que los territorios no dan, pero tampoco quitan. La diferencia de estar aquí a estar en Madrid son dos horas de coche.
–¿Y no les genera ningún tipo de inconvenientes?
–En estas provincias pequeñas quizás tienes el de que a nivel ejecutivo, a nivel de retención del talento y de atracción del talento es más complicado. Estamos en un país donde la gente se piensa que por trabajar en Madrid o Barcelona son mejores profesionales en lugar de decir que son mejores profesionales porque hacen mejor las cosas, que es lo que tendría que pensar la gente.
–En el tiempo y en el espacio, ¿dónde hay que situar la idea primigenia de Global Exchange?
–La idea vino de mi madre, en 1996. Mis padres viajaban mucho, era una de sus pasiones, y veían que en cualquier parte del mundo había oficinas de cambio. Así que mi madre planteó abrir una en Fuentes de Oñoro. Justo en ese momento se había liberalizado por parte del Banco de España este tipo de autorizaciones de cambio de moneda. Ese comienzo coincidió con que yo terminé la carrera y me fui a trabajar a mi pueblo. Mi padre me encargó de la oficina y desarrollamos la idea de ese tipo de negocio. Primero en España, de 1996 a 2002, y desde ese año, la de la internacionalización.
–A los jóvenes hoy se les anima, por tierra, mar y aire, a emprender, pero uno mira los grados universitarios y ninguno tiene una asignatura que se llame emprendimiento.
–No hay en la Universidad una cultura del emprendimiento. Ni siquiera tienen el contacto con empresarios los jóvenes cuyas universidades están relacionadas con el mundo de la empresa. En la Universidad de Salamanca, a través de Alumni, me han nombrado hace un mes responsable de la parte de Empresas y vamos a trabajar para dar un cambio sustancial a todo lo que es esa formación del alumnado. Pero yo no creo, y los datos así lo avalan, que ahora se esté apostando por las empresas y el emprendimiento. De hecho, hay que irse a las estadísticas.
–Que dicen de esto... ¿qué?
–Que el 20% de los universitarios españoles quieren formar una empresa. Y que algo más del 60% de los estudiantes quieren ser funcionarios. Fíjese qué desproporcionada tenemos la balanza.
–Un problema complicado.
–Se habla de la función pública, se habla de opositar, pero lo que crea puestos de trabajo, lo que crea al final el soporte del Estado de Bienestar, son esos puestos de trabajo que crean las empresas porque hay un empresario que tiene una idea. Eso va así: empleo, quien lo hacen son las empresas; y quien hace las empresas es una persona que se llama empresario. Tenemos que inculcar a todos los alumnos, si queremos tener un cambio radical de mentalidad, que hay una vocación sana, digna y loable que es la de ser empresario y no dejarnos llevar por lo que está pasando ahora mismo que es ir en contra del empresario, incluso hasta niveles del Gobierno.
–Claro, porque la imagen del empresario está socialmente demonizada...
–En 27 años que llevo como empresario nunca había vivido una imagen tan mala por parte del Gobierno de España, con tantas acusaciones falsas y con tanto desprestigio de esta profesión, que es la que sostiene el Estado de Bienestar en España y en el mundo. Es decir, se ataca a quien da de comer y eso es terrible. No se puede atacar a Amancio Ortega, a Rafael del Pino, a Juan Roig, a Ana Patricia Botín... ¡Y a todos los empresarios! Porque esos que menciono son nominativos a los que se ha atacado con nombres y apellidos. Es lo nunca visto: poner en el paredón a los grandes empresarios. Y, encima, que lo aceptemos y que no haya una reivindicación y una contestación por parte de las asociaciones empresariales.
Isidoro Alanís
Presidente y CEO de Global Exchange
–¿Es la pescadilla que se muerde la cola? Porque un joven que vea ese panorama que describe pensará que quién le manda meterse en el mundo empresarial.
–Claro, claro, claro. Si una vicepresidenta dice que la subida del IPC es culpa de los empresarios, que ganamos mucho dinero y que tenemos más beneficios, eso para empezar es no tener idea de lo que hay, pero para continuar es una imagen social que está en todos los medios de comunicación y hay mucha gente que lo ve, y que no tiene por qué tener cultura económica, que dice 'sí, sí, eso es cierto, los empresarios ganan mucho dinero y por eso sube el IPC'. En lugar de la realidad que es que hay una subida del IPC porque se le ha dado a la maquinita de hacer billetes por el gasto público de los gobiernos.
–Usted está en contacto con mucha gente en muchos países. Le habrán preguntado que qué está pasando políticamente en España. ¿Qué les dice?
–Lo único que uno tiene es vergüenza ajena por la situación que vivimos. Es inexplicable. Que después de todo lo que los independentistas catalanes han hecho, que el premio sea pactar con ellos y con los que asesinaban a casi mil personas en la ETA y ETA quién es, Bildu, y Otegi condenado por secuestro, ¿están dando ejemplo a la sociedad española? ¿En qué país vivimos? Pues hay 13 millones de personas que aceptan que eso es lo correcto y no castigan con el voto a la opción política que lo propuso. ¿Eso cómo se explica? Pues no tengo explicación. Y el presidente del Gobierno tiene el apoyo de los afiliados de su partido para hacer una de las atrocidades jurídicas, éticas, mayores que ha habido, que es una amnistía.
–¿Cuánto y cómo puede influir toda esta situación que describe en la inversión extranjera?
–Mucho, mucho. Estas cosas se pagarán tarde o temprano en el bolsillo de los ciudadanos. Y alguien que esté en Singapur y tenga que analizar una inversión en España va a decir que si somos capaces de hacer esto aquí, ¿qué seguridad va a tener él de que su inversión se respete?
–Hablando de política...
–...¿Un poco más!?
–En su biografía aparece que fue alcalde de Fuentes de Oñoro. ¡Con los dolores de cabeza que da un ayuntamiento!
–Fue una de las cosas en las que me metí sin querer y 16 años estuve. También eso significa que las cosas van muy lentas y que tenemos un país extremadamente burocrático y administrativamente muy mal organizado. Cualquier proyecto se tarda una enormidad en resolverlo.
–Y lo dice usted... ¡que fue alcalde!
–En hacer un cambio de normas urbanísticas en un pueblo de 1.200 habitantes como el mío se tardó seis años.
–¿¡Seis años!?
–Sí, porque entre otras cosas hay que despachar con 17 instituciones, ¡17! Seis años para poder cambiar las normas urbanísticas y fue una de las cosas que terminé yo y permite tener 150.000 metros cuadrados disponibles en el municipio más otros 100.000 metros cuadrados de actividad empresarial privada y eso nos va a dar el resurgir de Fuentes de Oñoro los próximos años.
–Dicen que la burocracia es el cáncer de la Administración.
–Y no tiene solución a no ser que empecemos a meter mano con una desburocratización que tiene que llevar a una desregulación y una flexibilización de la Administración pública. Y a una reducción del número de personas que trabajen para la función pública porque si no, es la pescadilla que se muerde la cola: Tenemos un 22% de función pública en Castilla y León, luego tenemos que hacer cosas para que la gente que esté trabajando para la Función Pública tenga algo que hacer. Y para hacer un trámite nos toca pedir cita previa: ¡Qué vergüenza es esto!
–¿Cómo se ve a sí mismo?
–Una persona normal, a la que le gustaría que funcionase mejor la Administración en su región y su país. Y que digo estas cosas, que no son muy normales de decir, porque tengo libertad y me encuentro que he hecho solamente lo que mi vocación como empresario me ha dado.
–De su gestión dependen 2.500 familias. ¡Vaya responsabilidad! ¿Puede dormir a gusto?
–Yo he dormido bien en todo momento porque tengo la conciencia muy tranquila. Y la carga y la responsabilidad que tengo son para dormir muchísimo mejor porque si no duermes y no descansas, después es cuando no trabajas cuando tienes que hacerlo.
–¿A sus 51 años ya se ha parado a pensar en alguna ocasión qué quiere ser de mayor?
–No, no. Simplemente seguir así y no jubilarme. Lo peor que puede haber en esta vida es jubilarse cuando tu trabajo no es tal, sino que es una pasión.
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