Cuando usted escuche que la muerte nos iguala a todos, no se lo crea. A cada finado le lloran unos allegados que tributarán por su herencia y pagarán mucho, poco o nada, según donde residan. A Cayetana de Alba la lloró toda Triana, pero sus hijos apoquinaron el Impuesto de Sucesiones en Madrid, no en Andalucía.
Y lo que vale para el tributo de las herencias, sirve para el de la Renta (IRPF), el de Patrimonio o el de Transmisiones Patrimoniales, que grava la compraventa de vivienda. Y así, uno tras otro, la mayoría de los tributos tienen diferente tarifa según la región. Se salva el IVA, al que barones y baronesas territoriales no han podido meter mano.
«Si en una región limítrofe no se paga un impuesto y aquí sí, al final la gente acaba domiciliándose allí». Así de claro explicaba en 2017 Pilar del Olmo, consejera de Hacienda de Castilla y León durante 16 años, lo que es el 'dumping' fiscal o la competencia desleal tributaria. No es sospechosa de comulgar con Rufián, que tizna ahora la aspiración a que una coordinación estatal fije una tarifa mínima y frene rebajas insolidarias de tributación con el enfoque del frente antimadrileño.
El diputado secesionista no dice nada de vascos y navarros, con sus vacaciones fiscales toleradas por PSOE y PP siempre. ¿Por qué es insolidario que el País Vasco, Navarra o Madrid rebajen o eliminen impuestos? Porque con independencia de la gestión que hagan sus dirigentes, juegan con cartas marcadas.
Las dos primeras autonomías tienen un sistema de financiación propio, el foral, que les permite disponer de una sobrefinanciación estatal por la forma en que liquidan el cupo que aportan al Estado. Castilla y León llevó a los tribunales las rebajas del Impuesto de Sociedades vasco por considerarlo competencia desleal.
Y Madrid disfruta de la atracción de empresas y concentración de instituciones que implica ser la capital del país. Tiene muchos contribuyentes, y con rentas y cuentas de resultados por encima de la media. Eso le permite bajar impuestos, pero atenta contra la igualdad y la idea de país. Es desleal con los contribuyentes que sí tributan en otras regiones y ese dinero que se deja de pagar no va a la caja común con la que luego se financia, no a los territorios, sino los servicios que reciben los ciudadanos españoles y que deberían ser iguales. Vivan en Ávila o en El Escorial.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.