«Hay cosas que no se entienden bien y no hay clases presenciales para que te las expliquen»

Levantarse sobre las 8,45, desayunar, hacer las camas, lavarse los dientes y vestirse son las tareas que han llevado a cabo Claudia, Sara y María Galván Lorenzo antes de ponerse cada día lectivo a hacer los deberes, a través de la plataforma educativa Ta-tum. Las tres niñas son hermanas trillizas de 9 años, alumnas de 4º curso de Primaria del Colegio San Vicente de Paúl de Medina de Rioseco. Unas semanas de una educación diferente en la que los martes tocaba clase telemática a través de Skipe para las asignaturas de lengua y matemáticas.

Los exámenes los han hecho por medio de la herramienta Live Worksheets, cada una en su habitación y con su tableta, reconociendo el juego limpio, pero sin olvidar que «con ese riesgo juegan los profesores, ya que saben que los alumnos pueden contar con ayudas externas de los padres y hermanos mayores, los libros o Internet», según explica la madre de las tres niñas y profesora de Educación Infantil en el centro escolar de sus hijas, Marta Lorenzo, quien indica que sus hijas han estudiado para cada examen. Lorenzo valora el gran trabajo realizado por los profesores «al aprender todas las plataformas y posibilidades de internet en tiempo récord para poder llegar y estar en contacto con todos los alumnos». A pesar de tener contacto directo con sus profesoras, las tres alumnas han acudido cuando era algo urgente a su madre, «porque la plataforma tarda más», afirma Sara, quien recuerda que en las tareas se han ayudado entre ellas o se han tomado la lección.

Las tres tienen claro que quieren volver al colegio en el próximo curso, porque «no es todo tan difícil como con el teletrabajo y además estamos con nuestros amigos», hace ver Claudia. Una dificultad que se complica más con asignaturas como Science (Ciencias) y Art (Plástica), que son en inglés, al ser un colegio bilingüe, porque «hay cosas que no se entienden muy bien y no hay clases presenciales para que te las expliquen», aclara María. Un nuevo curso en el que su madre quedará institucionalizado el hacer las camas.

Las tardes, si los deberes se habían terminado por la mañana, han sido el tiempo para divertirse. Porque Claudia, Sara y María, además de ser hermanas de la misma edad y compañeras de clase, también son amigas. Tiempo para divertirse con la tableta viendo vídeo en You Tube, para los pasatiempos, para videollamadas con amigos y familiares, para el aplauso diario, pero también para los juegos en familia. Porque las tres pequeñas reconocen que en estos tres meses han aprendido el valor que tiene pasar más tiempo juntas, pero también con sus padres, Álvaro y Marta, quienes también reconocen que han podido descubrir virtudes de sus hijas que «con las prisas del día a día pasan desapercibidas».