El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el alcalde de Jerusalén, Moshe Lyon, brindan tras la reapertura general de marzo, completa para quienes ya habían recibido las dos dosis de la vacuna. OHAD ZWIGENBERG

Lo que enseña Israel: pasar del 65% de la población vacunada se complica

La farmacovigilancia retransmitida en directo, alerta Ignacio Rosell, puede ofrecer una imagen distorsionada de los riesgos

Antonio G. Encinas

Valladolid

Lunes, 19 de abril 2021, 06:43

Israel ha sido el punto a vigilar por los epidemiólogos. Con nueve millones de habitantes, mucha incidencia de la enfermedad y una campaña de vacunación supersónica, sus resultados se han escrutado desde el primer momento. Y hay una conclusión buena y una que es una ... advertencia. La buena es que la vacunación funciona. Salían los israelíes de un confinamiento severo, incluso sin colegios abiertos. «Paradójicamente, según empieza la vacunación parece que no se controlan los contagios, pero a medida que van consolidándola, y ahora están por encima del 60% de población que ha recibido la vacuna, el país se sitúa en unas cifras bajas», señala Ignacio Rosell.

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La advertencia, y más ahora que surgen las dudas con los riesgos de la vacunación y se da voz a antivacunas en la televisión, es que llegado un punto empieza a ser difícil seguir el ritmo de pinchazos. «Israel parece estar aplanando un poco la curva de vacunados, por encima del 60-65% es más complicado vacunar a la gente. Se llega muy rápido a la gente institucionalizada, gente mayor, pero a veces cuesta más llegar al resto de la población. Y el efecto rebaño, que es muy teórico, porque es una fórmula, parece que para el covid es más o menos un 70%. Y llegar a esos porcentajes es complicado», alerta Rosell. Y aún añade un matiz. «Eso del 70% hay que ponerlo un poco en cautela. Porque eso es cuando la vacuna evita el contagio». Y aquí, de momento, no parece el caso.

Alfredo Corell echa en falta que las cosas se expliquen mejor en Europa. «En Estados Unidos [con la paralización del suero de Janssen] han aplicado un extremo de prudencia máximo, más que el europeo, incluso, y lo que dijo Faucci es que no dudan de la seguridad de la vacuna, que no es para dudar con un caso entre un millón. Quieren investigar la casuística para ver si se puede prevenir, diagnosticar y tratar. Eso sí me parece prudente que lo digan. Porque aquí la Agencia Europea del Medicamento dio los datos y cada país hizo lo que le dio la gana», lamenta. Corell apuesta, en vista de los buenos resultados que ofrecen las vacunas, por «continuar la vacunación con AstraZeneca en la franja de 69 a 79, porque esa franja es vulnerable. Máxime ahora que se ha suspendido cautelarmente Janssen».

Ignacio Rosell, del comité de expertos de Sanidad, cree que el hecho de vivir el proceso de farmacovigilancia en directo, como si fuera un 'reality' televisivo, puede arrojar una imagen errónea de los riesgos. «Los medicamentos nuevos son objeto de especial vigilancia siempre, porque superan los ensayos clínicos con miles de personas pero no se han aplicado a millones. Y la farmacovigilancia consiste en eso, cuando el medicamento ya está en el mercado, seguir vigilando. Pero con todo el respeto y con prudencia, con seis casos en siete millones hay que hacer un balance del riesgo-beneficio. Todo el mundo está convencido de que no va a coger el covid, pero es mucho más probable cogerlo, y además produce muchos trombos, que padecerlos por la vacuna».

Otros países que han empezado a notar los efectos de la vacunación son Reino Unido y Estados Unidos. El primero, después de un confinamiento severo y tras aplicar una estrategia que ha buscado inmunizar con la primera dosis al mayor número de personas posible.

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En Estados Unidos, mientras tanto, se ha apostado por una vacunación masiva que ha deparado un gran ritmo en las inyecciones, a pesar del parón en la inmunización con el fármaco de Janssen hasta que se estudie a fondo cómo prevenir sus efectos secundarios en parte de la población. Joe Biden prometió que el 90% de los adultos norteamericanos podrían reservar cita para vacunarse entre abril y mayo, en centros de vacunación, como mucho, a ocho kilómetros de distancia de sus casas.

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