Así puedes detectar que tu hijo no ve bien

Que «los alumnos con peor visión obtienen peores resultados académicos y suelen detestan leer» es un hecho probado, pero que «solo tres de cada diez menores de 10 años ha acudido alguna vez a una revisión completa» -como destacan desde el programa- parece extraño en una sociedad que prima por encima de todo el bienestar y la salud de los niños.

Por ese motivo y porque «uno de cada tres menores podría tener un problema visual no corregido» que esté dificultando su aprendizaje, la campaña 'Ver para aprender' pone a disposición de las familias hasta el 11 de enero de 2020 más de 1.400 centros ópticos en toda España (nueve de ellos en Valladolid capital) para realizar a los menores un test visual totalmente gratuito. Y, aseguran, que no existe después de la prueba ningún compromiso comercial con la óptica.

La campaña incluye un póster ilustrado con los signos y síntomas que indican que un niño puede tener un problema visual. A continuación, hacemos un resumen. Si detecta alguna de estas situaciones en los menores de su entorno lo recomendable es someter al menor a un examen visual completo lo antes posible:

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Si para leer mueve la cabeza en lugar de mover los ojos al seguir las líneas de texto, puede ser un problema de motilidad ocular. Si, además, para leer necesita ir siguiendo las frases con el dedo, es otro signo de que algo no va bien.

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Ver doble o ver borroso durante la lectura es un signo indicativo de un problema de visión.

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La distancia de lectura debe ser la equivalente entre el dedo doblado y el codo. Una distancia más corta puede indicar un problema visual.

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Si no puede leer en silencio y necesita vocalizar o lee con dificultad en voz alta para su edad, podemos pensar en un problema visual. Además, una lectura lenta para su edad puede significar un problema de visión.

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La posición de lectura es asimétrica. Gira el cuerpo o el papel para leer. Es posible que la visión de los dos ojos no sea igual de buena.

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Si tras leer un texto le cuesta explicar lo que ha leído, sospechemos que puede deberse a un problema de visión.

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Signos como cambiar sílabas de lugar o confundir palabras parecidas también pueden derivarse de un problema visual.

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Si a cierta edad, la escritura es irregular o se tuerce en exceso, deberíamos sospechar de un problema de visión binocular, de dificultad en el trabajo coordinado de ambos ojos.

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Muchos niños cogen mal el lápiz y la posición resultante de la mano estará interfiriendo con la visión de lo que escribe. Es imprescindible corregir este hábito a la edad adecuada.

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Entrecerrar los ojos para ver de lejos puede indicar la existencia de un problema visual como miopía.

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Torpeza en actividades de coordinación como ir en bicicleta, miedo a subir a los columpios o poca destreza en el deporte, pueden derivarse de un problema de visión binocular. La falta de destreza en recoger o devolver la pelota también se asocia a problemas de coordinación de ambos ojos.

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Si necesita fijarse en un texto o en una imagen, acostumbra a cerrar un ojo o a tapárselo. ¡Quizás no vea bien con ese ojo!

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Los ojos tienen que estar alineados al mirar de lejos y simétricos hacia dentro al mirar de cerca. Si el niño bizquea, hay que tratarlo lo antes posible.