![Peces que pueden cenar los niños y las embarazadas tras el aviso de evitar atún rojo, emperador y lucio](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/201911/13/media/cortadas/GF0I4CQ1-kdCC-U90673971670vcG-624x385@El%20Norte.jpg)
![Peces que pueden cenar los niños y las embarazadas tras el aviso de evitar atún rojo, emperador y lucio](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/201911/13/media/cortadas/GF0I4CQ1-kdCC-U90673971670vcG-624x385@El%20Norte.jpg)
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Hace un par de semanas, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) aconsejaba a mujeres embarazadas y niños menores de 10 años eliminar de forma radical de sus dieta el consumo de pez espada o emperador, atún rojo, lucio, tiburón y sus derivados – ... cazón, marrajo, mielgas, pintarroja y tintorera–.
La razón, el alto contenido en mercurio que aseguran esconden estas especies. Tal es la preocupación, que Aesan -entidad dependiente del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social- recomienda a las mamás que estén dando el pecho y a los chavales de entre 10 y 14 años limitar la ingesta de estos peces a no más de 120 gramos al mes.
Pero no hay que alarmarse –algo similar ocurrió hace un par de años con la panga–, existen decenas de alternativas en el mercado para seguir consumiendo pescado, un alimento que como reiteran desde Sanidad es «seguro, saludable y recomendable».
«Hay una amplia la variedad de pescados que se pueden consumir en casa» a diario, recuerdan desde el Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Castilla y León (Codinucyl), que proporciona una completa lista (por orden alfabético) de los pesces que puede comer toda la familia y que están fuera de la última restricción de Aesan. Se trata de «el abadejo, la anchoa/boquerón, los arenques, el bacalao, las bacaladillas, la caballa, el carbonero/fogonero, la carpa, la dorada, el espadín, el jurel, el lenguado, la limanda/lenguadina, la lubina, el merlán /liba, la merluza/pescadilla, la palometa, la platija, el salmón, la sardina, la solla y la trucha».
Naiara Carretero Lozano | presidenta de Codinucyl
Pero, antes de decantarnos por una especie u otra, la presidenta de Codinucyl, Naiara Carretero Lozano, explica que lo más importante cuando estamos frente al mostrador de la pescadería «es elegir siempre pescados de temporada, especialmente los que se recogen cerca de nuestras costas, que hará que su precio se reduzca». Y si tuviéramos que destacar alguno... «En la pescadería suele haber palometa y merlán durante todo el año. Son dos pescados bastante desconocidos, aunque su sabor es posible que sorprenda», desvela la nutricionista.
La palometa negra es además un pescado muy asequible –esta misma semana se encontraba a menos 4 euros el kilo en varios supermercados de Valladolid– y fácil de llevar a la sartén. Filetado y rebozamos «únicamente con una mezcla de harina y pan rallado» –recomienda una pescadera– queda perfecto para que los consuman los niños.
«El pescado es un alimento completo en nutrientes, fácil de digerir y que aporta pocas calorías», un aspecto determinante para que sea la cena perfecta. «Da igual la hora de la ingesta de pescado, aunque por su digestión es mejor tomarlo para cenar y desplazar a la carne que se tarda más en digerir», asegura esta joven Graduada en Nutrición Humana y Dietética por la Universidad de Valladolid.
«La ingesta de este alimento, en general, nos proporcionan proteínas de alta calidad, un aporte de grasa saludable en la que destacan los ácidos grasos omega 3 y las vitaminas A, D, E, B6 y B12. Y, además, es un alimento bajo en calorías», recuerda Naiara Carretero Lozano, que a continuación, revela otras cuestiones fundamentales a tener en cuenta a la hora para sacar el máximo partido a este nutritivo alimento:
«El consumo recomendable de estos pescados debería ser entre 3-4 raciones semanales, de los cuales 1-2 raciones tendrían que ser de pescados azules, principalmente por sus beneficios nutricionales. La cantidad de pescado que debe consumir un niño es la misma que un adulto, 3-4 raciones a la semana. Teniendo en cuenta que la ración de un adulto equivale a 100-150 gramos y en un niño, el equivalente de la ración de pescado será entre 50-100 gramos».
«Está claro que un pescado recién capturado, es mejor en sabor que el congelado, pero puede ser que algunas variedades no sean tan buenas para nuestra salud», recuerda Naiara Carretero Lozano. «Los pescados congelados recién pescados, que pasan rápidamente a una ultracongelación, nos aportan las mismas cualidades nutritivas que un pescado fresco. Por lo que nos ofrece una mayor seguridad de no que no tenga ningún tipo de parásito (entre ellos el anisakis) al haber pasado por estado de congelación».
«El 'quid' de la cuestión es cuando compramos pescado fresco y lo congelamos en casa. Nuestros congeladores no congelan tan rápido, por lo que la textura del pescado cambia, pero no pierde nutrientes y nos garantiza que los parásitos se destruyan (al menos 5 días)».
«Otra de las cuestiones a la hora de consumir pescado congelado es la forma de descongelar el pescado, este se deberá colocar en la zona menos fría del frigorífico. Nunca a temperatura ambiente o sumergirlo en agua, ya que corre riesgo que proliferen bacterias putrefactas. Otra de las opciones es cocinar directamente el pescado congelado».
«Primero tenemos que observar que la piel sea de color vivo, las escamas tornasoladas y brillantes, la carne tiene que estar firme y traslúcida, y además, que no tenga ninguna decoloración. Otra característica de un pescado fresco es que los ojos sobresalgan y su pupila sea negra brillante. No serán frescos aquellos pescados con los ojos hundidos, pupila gris y córnea lechosa». «Otra característica que puede ser más compleja de ver, es el color de las agallas, tienen que ser rojas o rosa intenso, brillantes, y sin mucosidad. Y recordar que el olor natural del pescado debe ser siempre a mar y algas, no a amoniaco o rancio».
«Lo ideal es que desde los 8 o 9 meses se acostumbre al niño al sabor del pescado. Cuando son más mayores hay que buscar maneras divertidas y atractivas, pueden ser en canapés, empanadilla, hamburguesas… Y evitar poner siempre la misma elaboración, a los niños les gusta descubrir cosas nuevas. O incluso, implicarlos a preparar el plato. Para ir haciendo la transición de sabores, comienza con pescados blancos y suaves (gallo, merluza…) y poco a poco introduce los más grasos, con sabores potentes (cabracho, salmón, anchoas…). Y algo que no nos gusta ni a los adultos es que tengan tanta espina, así que habrá que retirarlas«.
«La piel de los pescados nos aporta principalmente colágeno, una proteína que es beneficiosa para la piel y las articulaciones. Aunque nunca se tienen que comer las escamas directamente, que es donde se encuentra la mayoría de las toxinas y contaminantes del agua».
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