!['¡Papá, tengo ganas de vomitar!'](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/201906/18/media/GF2LN8Q1.jpg)
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'Papá, tengo ganas de devolver', se oye desde los asientos traseros. Y la 'tragedia' se desata. Para algunas familias supone un estrés añadido a la preparación del equipaje, la puesta a punto del coche y las expectativas de cómo saldrá la aventura estival. La ... cinetosis, el clásico mareo durante el viaje, es un trastorno muy común de los niños entre 2 y 12 años, aunque también lo sufren algunos mayores. La sensibilidad al movimiento en ruta, bien sea en coche, autobús, tren, avión o barco, se traduce en náuseas y malestar general. Es, dicho de manera coloquial, un mal rollo para todos los que se desplazan juntos.
Algunos padres temen la salida en sus turismos únicamente por este aspecto, por el sufrimiento que conlleva para el menor y para el resto. Su consecuencia más desagradable puede ser el vómito en pleno recorrido. El doctor en Pediatría, Luis Rodríguez Molinero, uno de los especialistas más reconocidos de la provincia, ofrece en esta pieza algunos consejos para evitar o paliar sus efectos, que tienen lugar por la descoordinación de las informaciones en el sistema vestivular -control del equilibrio y movimiento ocular- por la aceleración o desaceleración durante la marcha.
1
El niño debe viajar cómodo en el coche. Si es menor de dos años, debe ir en su sistema de retención en sentido contrario de la marcha. En caso de ser más mayores en las sillas o alzadores deben sentirse confortables y por supuesto sujetos. También es importante una buena climatización del vehículo. El excesivo calor o los chorros de frío del aire acondicionado no son buenos. «El viaje debe ser cómodo con una temperatura agradable dentro del habitáculo», sostiene el pediatra. Y, por supuesto, sin humos del tabaco. Los parasoles también pueden ser efectivos para evitar el recalentamiento del automóvil en el caso de que el niño vaya junto a la ventanilla y el sol apriete en ese lateral del coche
2
Antes de iniciar al viaje, los niños deben comer algo ligero, evitar, eso sí, alimentos de difícil digestión. Es importante llevar líquidos, preferiblemente agua, para que el pequeño vaya hidratado. La conducción debe ser suave, evitar acelerones o frenazos bruscos, porque eso revuelve mucho. Por supuesto, conviene llevar alguna bolsa o recipiente para que el niño o niña (ojo, dejar el cubo de la playa en la parte trasera no es mala idea). Por supuesto, si se ve que la cosa se pone fea y se puede, conviene parar para que el pequeño devuelva fuera del coche y se recupere.
3
No conviene que el menor vaya leyendo o pintando para ayudarle a evitar el aburrimiento, porque le obliga a mantener la vista fija en un punto y con el movimiento se favorece el mareo. La opción de ver una película en una tablet u otro dispositivo -algunos coches disponen de pantalla en los reposacabezas delanteros para que los que viajan atrás – puede ser alternativa, aunque tampoco se recomienda. Mantener al niño entretenido con juegos como el 'veo veo', identificando elementos del interior del coche o del paisaje, o cantar canciones en familia le puede ayudar a distraerse, ya que si es propenso al mareo ese runrún interior le puede acompañar durante el viaje. Estas actividades le ayudará a olvidarse de un problema, que en algunos menores se convierte en obsesión nada más subirse al vehículo.
4
Dormidos no hay problemas. Esa es una máxima importante. Si el viaje en coche es largo conviene madrugar y salir de amanecida. Que el niño o la niña coja sueño en la primera parte del viaje evita el mareo en ese tiempo. No importa en absoluto que vuelva a echarse una siesticita a medio camino.
5
Hacer paradas para estirar las piernas y salir del «aburrimiento atroz» que para un pequeño supone un recorrido largo es fundamental, defiende Rodríguez Molinero. No tengamos prisa. Lo más importante es la comodidad de nuestros hijos y evitarles momentos desagradables. «Los descansos son buenos desde el punto de vista de la seguridad vial y también para favorecer el descanso de los pequeños», incide el pediatra.
6
Si su hijo o hija es reincidente, ya tendrá usted experiencia. Aquí entra la posibilidad de tirar de medicamento. Es recomendable consultar antes con su pediatra o farmacéutico, pero el uso de antihistamínicos da buen resultado. El dimenhidrinato es el principio activo de compuestos como la biodramina o el cinfamar, dos clásicos en los hogares con hijos propensos al mareo en viaje. Los hay en comprimidos y en formatos líquidos. Conviene tomarlos unos treinta minutos antes de iniciar el viaje. Suelen dar sueño, por lo que para los adultos se venden con cafeína.
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