Cuando la covid infecta la relación de pareja

Este parón traerá situaciones de saturación en todos los juzgados, haciendo todavía más largos los procesos y, por ende, mayor desesperación para las partes y los usuarios de la justicia

Fernando Arranz

Sábado, 23 de mayo 2020, 13:15

El momento actual de estado de alarma que poco a poco intenta recuperar los cauces normales, va a traer situaciones difíciles en todos los ámbitos de la sociedad, también en lo judicial. Este parón traerá situaciones de saturación en todos los juzgados, haciendo todavía más ... largos los procesos y, por ende, mayor desesperación para las partes y los usuarios de la justicia. Ya sabemos que una justicia lenta no es justicia. Ante esta realidad que llega, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) está ultimando un plan de agilización de asuntos judiciales a través , entre otras medidas, de la mediación , tanto extrajudicial como intrajudicial, estableciendo esta medida como requisito previo en algunas materias pudiendo introducir una sanción, a nivel de costas procesales a la parte que, sin causa justificada, decida no acudir a mediación como ocurre desde hace tiempo ya en otros países de la Unión Europea ,(Alemania, Italia, Reino Unido, Holanda, Francia, Grecia, Portugal,…etc.).

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Al optar por la mediación tenemos a nuestro alcance la posibilidad de llegar a acuerdos elaborados desde el conocimiento de los hechos como parte interesada, agilizando la solución del conflicto en días o máximo de dos meses y evitando los costes emocionales y sobrecostes e incertidumbres que ocasiona la judicialización de los asuntos.

Afortunadamente, hoy existen más herramientas al alcance de todos para poner fin de manera más civilizada a una relación entre dos personas, y así, romper los vínculos que en su día se establecieron como sociedad conyugal sin olvidar por ello, si fuera el caso, que lo que se rompe es la relación de pareja pero no la responsabilidad como padres. Esta apreciación no parece estar clara en algunos casos, dándose una irresponsabilidad en el cumplimiento de funciones, que como padres han adquirido en cuanto a la educación, sustento, cuidado y bienestar de los hijos.

Pues bien, si decimos al principio que hoy en día tenemos a nuestra disposición herramientas para llevar a cabo una nueva transición hacia la ruptura o cambio de estado de convivencia, de pareja a monoparental, bien es cierto, que seguimos ese periplo por caminos tortuosos , pedregosos, para llegar al mismo destino pero con un mayor desgaste en todos los sentidos. Es como si a la hora de programar un viaje, lo trazáramos por la ruta con más dificultades, mayor tráfico, más kilómetros, más costes, etc. Es nuestra elección pero no la más acertada.

La decisión de poner fin a una relación es, sin duda alguna, la situación más difícil de afrontar a lo largo de nuestra vida, los miedos a lo que vendrá después, a cómo afrontar la nueva vida, abogados, juicios, recursos...etc. Un auténtico calvario que hace mella en lo físico y en lo psicológico, a cada uno de los miembros de la familia como sistema.

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Los hijos. ¡Lo más importante!

Cómo asumirán los cambios y cómo se adaptarán a la nueva situación, si les influirá en su rendimiento escolar y en sus relaciones sociales. Todo ello hay que prevenirlo y evaluarlo.

¿Cómo gestionar con los hijos la ruptura?

1ª- Etapa pre-divorcio: El clima familiar es muy tenso, los hijos perciben situaciones conflictivas frecuentemente. La pareja tiene tomada la decisión de romper pero no es verbalizada a la familia, por lo que será necesaria una pronta explicación de lo que está ocurriendo para que todo este clima familiar no les afecte negativamente. Es muy importante mantenerlos al margen de las discusiones, evitando los enfrentamientos en su presencia y las descalificaciones del otro en su ausencia. Recordad que vuestros hijos os quieren a ambos.

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2ª- Etapa Transitoria: Uno de los dos progenitores abandona el domicilio familiar. Es el momento de informar a los hijos de los acuerdos adoptados, del régimen de visitas establecido, y del modo en el que seguirán en contacto con él/ella. Hay que hacerles sentir que siguen teniendo el apoyo y la protección de sus padres, e incentivar la fluidez en la comunicación para evitar que los hijos desarrollen un sentimiento de pérdida o abandono.

3ª Etapa post-divorcio: Es importante que el padre y la madre expliquen conjuntamente a los hijos la decisión que han tomado sobre su separación, se debe hacer sin culpabilidades e informándoles sobre criterios educacionales y comportamentales conjuntos, hábitos saludables, orden en sus tareas y obligaciones, control en horas de llegada a casa, criterios educativos comunes, etc.

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4ª- Familia Reconstruida: Tal vez, puedan formarse nuevas parejas en las que los hijos formen parte, si se diera el caso, es aconsejable que esta situación se les presente a los hijos de manera gradual. La incorporación de un nuevo miembro a la escena diaria puede provocar, si no se hace con cautela, un rechazo frontal al sentirse invadido un espacio donde los hijos ejercían su poder, que es su hogar. Hay que ir adaptando cambios muy poco a poco, pensar que la incorporación de un nuevo miembro en su casa puede ser más una intromisión en su intimidad que una acertada decisión en la vida de la nueva pareja.

Hoy en día, son más los despachos de abogados que cuentan con profesionales en otras materias que brindan a sus clientes, el apoyo emocional durante el tedioso proceso de separación, para que este finalice dotando a las partes de una serie de habilidades y estrategias que les permitan gestionar las nuevas situaciones con éxito.

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