El consumo de pornografía dispara las relaciones sin condón entre los jóvenes

En el Día Europeo de la Salud Sexual, promovido por la OMS desde 2003 con el propósito de sensibilizar a la población juvenil para que las relaciones íntimas sean sanas -es decir, placenteras, pero seguras-, especialistas alertan sobre estas conductas. El problema es que los adolescentes «imitan lo que ven. En esos contenidos nadie se pone un preservativo y ellos hacen lo mismo en la vida real, pero no se dan cuenta del riesgo», afirma Nacho Lobo, jefe de Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud Bizkaia.

Según los datos del Departamento vasco de Salud de 2018 -los correspondientes al pasado ejercicio se publicarán a mitad de este año-, casi 1.300 vascos sufren alguna infección genital. Una cantidad notablemente superior a la de 2017, cuando se contabilizaron un total de 894 contagios. Este repunte preocupa a los sanitarios, que insisten en el uso del condón, incluso para el sexo oral.

Los más jóvenes buscan disfrutar del placer, pero no tienen miedo. Se confían demasiado. «Aplican la famosa frase de 'Les pasa a los demás, a mí no me va a pasar'», agrega. El porno está muy presente en las redes sociales, pero no es ese su principal peligro. También facilita e incrementa el número potencial de parejas sexuales, lo que ha hecho aumentar los contagios.

Según apunta el dermatólogo de IMQ Jaime Tánago, «no hay que bajar la guarda y hay que trabajar más la concienciación». El especialista de Quirón, en cambio, incide en que el problema no es el 'cómo', sino el 'dónde', pues los adolescentes apenas consumen los medios tradicionales como el periódico o la radio. «Las campañas siempre son efectivas, pero deben aparecer en Instagram, en Twitter, en páginas de contactos que ellos siguen...».

Otro foco de preocupación es la práctica de sexo en países del sudeste asiático. La aparición de infecciones que los tratamientos convencionales no tienen manera de eliminar plantea «un enorme reto a futuro», pero los médicos vascos invitan a la calma. «Prevención y sentido común». Ésas son las claves.