¿Por qué es bueno sudar?

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Nuestro cuerpo transpira para equilibrar la temperatura y mantenerla a unos 37 grados, el nivel óptimo. Cuando el sudor se evapora de nuestro cuerpo se elimina el calor y se reduce la temperatura central. Si no sudáramos nuestro cuerpo se sobrecalentaría fácilmente, lo que conduciría a numerosos problemas como desmayos, insolaciones...

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Al sudar producimos más glóbulos blancos, protegiendo en mayor medida nuestro organismo y nuestro sistema inmunológico. El sudor, además, contiene un antibiótico natural (dermcidin) que nos protege de patógenos nocivos.

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Cuando transpiramos se abren los poros de nuestra piel, lo que permite que se expulsen impurezas que se acumulan dentro de ellos. El aceite que desprende también evita que nuestra piel se reseque, contribuyendo a su hidratación. Por lo tanto, ayuda a que nuestra piel se mantenga más suave y tersa.

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Al contrario de lo que la gente piensa, sudar rápido es síntoma de estar en buena forma. Cuando sudamos temprano durante el entrenamiento significa que nuestro cuerpo es capaz de regular la temperatura más rápido, ya que previene que llegue a ser demasiado alta y evita que se gaste más energía de la necesaria.

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El sudor se compone casi totalmente de agua, pero también contiene sal, potasio y carbohidratos. Cuando más frecuentemente sudamos más preparado estará nuestro cuerpo para evitar esta pérdida de sal y otros elementos a través de nuestros poros cuando transpiramos.

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Cuando el cuerpo concentra el calor mejora la producción de endorfinas, irrigando las articulaciones y combatiendo en cierta medida el dolor.

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Por último, algunos estudios han revelado que sudar proporciona satisfacción a las personas que disfrutan haciendo ejercicio. En este sentido sudar es síntoma de éxito.