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Un bebé es una tentación para los sentidos: todo el mundo quiere tocar su suave piel, oler su dulzón perfume natural, posar los labios en sus rollizas mejillas, cogerlos y abrazarlos... pero aunque sean muestras de cariño llenas de amor y buena voluntad, pueden convertirse en vehículos de trasmisión de enfermedades para un ser desprotegido, cuyas defensas no son lo suficientemente fuertes. De hecho, no acaban de desarrollar del todo su sistema inmunitario hasta los dos meses de vida aproximadamente. La matrona de atención primaria Marta Alonso, del Centro de Salud Arturo Eyries de Valladolid, ofrece una serie de pautas que deberían seguir las visitas cuando van a ver a un recién nacido y a sus padres.
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Ya sea en el hospital o en casa, nunca es buena idea una visita sorpresa. «Es un mal momento, un periodo de adaptación, se acaba de formar una familia y los bebés no tienen horarios», incide Marta Alonso. Por eso, lo mejor es acordar previamente la visita para que sea algo agradable para todos. En cualquier caso es mejor que no se alargue demasiado.
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Aunque los padres no pidan ayuda es importante ofrecernos para ayudar en cualquier tarea que los padres tengan pendiente, ya que estarán cansados. «Aunque los padres estén de baja y no trabajen están más ocupados que nunca», sentencia Marta Alonso.
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Para visitar a una familia con un recién nacido debemos estar en buen estado de salud. De lo contrario contagiaremos nuestra afección al bebé y a los padres. «No se trata de meter al bebé en una burbuja pero sí de evitar que los virus que podamos tener pasen al bebé», aclara Marta Alonso.
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Es posible que tengamos virus que a nosotros no nos provoquen una enfermedad pero que sí puedan provocársela a un recién nacido. Por eso es esencial lavarnos las manos antes de tocarlos. Y aún así, muy importante, no debemos coger al niño a no ser que los padres nos inviten a ello. «Hay muchos gérmenes en las manos que podemos pasar al pequeño tocando su cuerpo e incluso el pijama. El niño se tocará y se llevará las manitas a la boca y podría contagiarse de infecciones víricas», subraya Marta Alonso.
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Ante todo hay que pedir permiso a los padres para besar al bebé para respetar la intimidad de la familia y, en caso de hacerlo, se recomienda no besarlos en la cara, sino en los pies, ya que es difícil que un bebé de 0 a 2 meses se meta el pie en la boca, con lo que se elimina la posibilidad del contacto de nuestra saliva con la suya. Si le besamos en la cara o en las manos el pequeño se acabará tocando y llevando sus manos a la boca, algo que abre una puerta al contagio de enfermedades respiratorias o incluso herpes. Esta alternativa de besarles en los pies se puede extender a los hermanos. «Los padres tienen que explicar a sus hijos cómo comportarse ante su hermanito pequeño, que no tiene desarrolladas las defensas. Hay que tener en cuenta que los niños juegan y pueden tener gérmenes o suciedad», remarca Marta Alonso.
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No debemos despertar nunca al bebé por la curiosidad de ver sus ojitos, ya que alteramos sus ritmos y su tranquilidad. Tampoco es indicado destaparle para ver sus manos, sus pies, su ropita, etc., sobre todo en la calle. «El recién nacido solo quiere dormir, comer y hacer sus necesidades. Además, la madre debe aprovechar cuando el niño duerme para poder descansar», recuerda Marta Alonso.
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Es común que el resto de famiilares, con experiencia en la crianza de niños, ofrezcan consejos a los padres. Aunque la intención es buena hay que tener en cuenta que son los padres los que tienen que tomar las decisiones y podemos llegar a agobiarlos con consejos. «Si los padres nos invitan a que demos alguna recomendación siempre debemos hacerlo de forma muy respetuosa y asertiva», recalca Marta Alonso.
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Aunque hayamos acordado la visita previamente, si al llegar vemos que hay mucha gente es mejor que nos vayamos y volvamos en otro momento. De hecho, si podemos llevarnos a algunos con nosotros, mejor. «Muchas veces los padres no se atreven a pedir a los familiares y amigos que vayan», reconoce Marta Alonso.
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Antes de hacer una foto al recién nacido (y a la madre, especialmemte si está en el hospital o aún no se ha recuperado del todo) tenemos que pedir permiso. Además, jamás se debe realizar una foto con flash a un bebé. Tampoco colgarlas en redes sociales sin el consentimiento de los padres.
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Hay que evitar elevar la voz, los ruidos y los gritos, ya que «podemos ocasionar estrés al niño y podría repercutir en su descanso nocturno», según indica Marta Alonso.
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Está muy bien visitar al recién nacido pero si tiene hermanos es recomendable dedicar un rato de nuestra atención a hablar y jugar con ellos para contribuir a que no se sientan apartados por el recién llegado.
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Es importante tener cuidado con nuestros cosméticos cuando nos acercamos a un bebé. Por ejemplo, es recomendable que su piel no entre en contacto con nuestro maquillaje, no llevar un perfume demasiado agresivo y no meter nuestros dedos en su boca si nos hemos pintado las uñas (además de que no debemos hacerlo sin lavarnos las manos antes). «Por algo los productos de higiene de los bebés como los geles y cremas son bastante neutros y no llevan parabenos. Hay que evitar que puedan irritarse con algún producto inadecuado para ellos», expone Marta Alonso.
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Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
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