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Emotivo adiós en las Cortes: Dori cuelga el traje de ujier y se jubilaOvación de despedida con el hemiciclo en pie. Adoración Gobernado Saldaña, 'Dori', cuelga el traje de ujier y pone fin a una vida laboral ligada ... al castillo de Fuensaldaña y a las Cortes de Castilla y León de 42 años. «No sé si me merezco tanto», confiesa todavía emocionada. «Tanto y más», corrobora una compañera de tajo laboral en el Legislativo autonómico que la está escuchando.
«Son 42 años en la casa, con muy buenos recuerdos, he trabajado muy a gusto y me voy encantada», reconoce Dori. Deja de trabajar este miércoles, así que ha vivido la tarde del martes su último pleno como ujier. Con sorpresa. Al inicio de la sesión le pidieron que acercara un documento al presidente y Carlos Pollán le hizo un gesto para que espera allí, bajo el mosaico que corona el frontal del hemiciclo. Y empezó a hablar. «Hoy es el último pleno que Dori estará con nosotros», apuntó el presidente de las Cortes de Castsilla y León y los parlamentarios y el compañeros de la plantilla que escuchaban rompieron en una ovación enorme. «Una vida entera dedicada a esta casa y una trayectoria marcada por su profesionalidad, trabajo y buen hacer y sobre todo por atreverse a decir las cosas tal y como las ha pensado siempre», elogió Pollán, que destacó la ristra de procuradores que ha visto pasar por la casa.
De los políticos en las Cortes se dice que son aves de paso, aunque les haya que aniden durante legislaturas. Desde este miércoles levanta el vuelo Dori. Cada vez quedan en el Parlamento autonómico menos veteranos de esos que vieron cómo se estrenaban los diarios de sesiones. Memoria viva de la andadura autonómica. Especialistas en detectar, aunque no hagan alarde de ello, al orador natural del que pasa apuros, al que trabaja del que solventa la intervención con una faena de aliño. «En esta sede se te va a echar mucho de menos, muchas gracias», concluyó el presidente de las Cortes. Hubo ovación con los procuradores puestos en pie para Dori. Un minuto largo de aplausos.
Dori trabajaba en las exposiciones que la Diputación de Valladolid montaba en el castillo de Fuensaldaña antes de que allí llegaran las Cortes de Castilla y León, en una autonomía en empezaba a echar a rodar. Comenzó en el año 1982 una etapa laboral que hoy llega a su final. A partir de ahora, Dori tendrá tiempo. «Voy a disfrutar con mi familia todo lo posible, esa es la mayor perspectiva que tengo», explica en su última tarde de servicio activo. Unas horas que paso entre el pleno y el servicio de reprografía. Y que vivió con emoción, recibiendo la gratitud de los sucesivos portavoces que intervenían en un homenaje sorpresa que, asegura, nunca se le pasó por la cabeza que ocurriría como ocurrió.
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