Voy a empezar a pensar que lo de mi compañero y sin embargo amigo Eloy de la Pisa con lo de pasarse al otro lado, al oscuro, más que afición es vicio. Cuando llegué a El Norte hace ahora 30 años, sí, en pantalón corto, ... él disfrutaba de una excedencia como redactor para encargarse de la comunicación del gobierno de Jesús Posada en la Junta de Castilla y León. Ahora, tres décadas después, en vez de quedarse quietecito y dedicarse a informar de la pandemia y sus consecuencias en el deporte, el área del que es redactor jefe, ha preferido contraer el virus de las pelotas, del que ahora se recupera en casa tras unos días hospitalizado.
Al ritmo que se curan los contagiados –chapó por nuestros sanitarios–, hay miles de testimonios que dan fe de lo agresivo que es el virus y de lo baldado que deja a quienes lo padecen. Yo he escogido el relato del único compañero de la redacción que le ha plantado cara y con el que puedo hablar de Paraíso o los Nikkis sin que se me quede mirando como las vacas al tren.
–Pareja de una sanitaria, diabético, cazador y responsable de Deportes de un periódico... entre factores de riesgo y actividades incompatibles con la pandemia, ¿has llegado a pensar que el virus iba a por ti?
–Realmente no. Es un bicho con un colmillo tan retorcido y una forma de trabajar tan agresiva que te das cuenta de que casi todos vamos a terminar pasando por sus manos.
–¿Cuándo te empezaste a sentir mal y cuándo te confirmaron que lo tuyo era covid?
–Mal, mal, en ningún momento. Picos de fiebre, dolor en el costado... molestias que te hacen pensar que el bicho se ha colado. Me lo confirmaron en el Río Hortega, cuando terminé por ir mosqueado porque no iba ni para adelante ni para atrás y por la insistencia del director, de Ángel Ortiz, al que le daba en el olfato que me estaba pasando algo más de lo que yo presuponía.
–¿Acojonó saberlo?
–Cuando te dicen que tienes neumonía por la covid-19 te quedas algo descolocado y empiezas a repasar lo que has leído esos días, pero no eres del todo consciente de lo que puede ser o de lo que puede pasar.
–¿Llegaste a pensar que lo tuyo con la parca más que un flirteo podría ser un rollo serio?
–No, porque no me encontraba especialmente mal y me dijeron más o menos rápido que la neumonía solo era en el pulmón derecho y en la zona media y baja. Lo pasé peor las diez horas en observación de urgencias mientras salían los resultados. Diez horas sin probar bocado y oyendo a gente pasarlo francamente mal. La labor que hacen las auxiliares en esos 'box' de observación no se paga con dinero.
–¿Es una enfermedad que deja dolor? ¿De qué? ¿Cuánto?
–Dolor, dolor, de cabeza. Y muscular al principio, pero luego te ataca por la vía del cansancio. Es curioso, pero por las mañanas estás como si hubieras corrido un maratón sin haber entrenado y, nada más terminar, te hubiera atropellado un coche de caballos. Las tardes, en mi caso, no tienen nada que ver, me encuentro mucho más fresco. Es una reacción rara la que te provoca en el cuerpo el virus este.
–¿Cómo fue la experiencia hospitalaria?
–Oyendo lo mal que lo estaban pasando muchas personas, yo no debo quejarme. Fue muy soportable y el personal te lo hace muy llevadero por el cariño con que nos trataban. Mi compañero de cuarto, un soriano de San Esteban, se fue un día antes que yo, pero el hombre estuvo 13 días en la UCI y no recordaba nada de lo que le había pasado desde que entró con la saturación baja en el hospital de Soria hasta que 14 días después se despertó en la habitación de un hospital de Valladolid. Se llevó un gran aplauso cuando marchó.
–¿Da más dolor de cabeza el coronavirus o las ventanas de fichajes del fútbol?
–Las ventanas, sin duda. Lo del coronavirus se controla bien con paracetamol, pero en las ventanas hay veces que parece que entran vendavales.
–¿Qué es lo que más echas de menos, lo que más te apetece?
–Sobre todo, los paseos por el campo con los perros, Y más en esta primavera tan explosiva que tenemos. Y lo primero, nada más volver del paseo, será ponerme a adecentar el jardín, que parece más una sucursal europea del Amazonas que un lugar para descansar.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.