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A las once y media de la mañana, cuando el alcalde, Óscar Puente, se asomó al balcón del Ayuntamiento para mostrar en un vídeo una Plaza Mayor mojada, fría y desierta, ya irrumpía en el plano un todoterreno verde. Era uno de los vehículos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) que a las ocho de la mañana se había desplegado desde la base de León, donde se ubica el V Batallón.
Era la imagen definitiva que le faltaba a este estado de alarma. «El domingo se desplegaron 43 efectivos en León; hoy se están desplegando 103 en Valladolid y 98 en Burgos», informó después el delegado del Gobierno en Castilla y León, Javier Izquierdo. El Ministerio de Defensa concretaba más: «244 militares y 73 vehículos del Quinto Batallón de Intervención en Emergencias reconocen desde esta mañana áreas de Burgos y Valladolid donde han desinfectado la estación de trenes de Campo Grande y la de autobuses, así como los accesos al hospital de León».
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En Valladolid, posteriormente, las tareas se ampliaron, como confirmó la Delegación del Gobierno. «El objetivo de este despliegue es la labor de concienciación a la ciudadanía y el trabajo de desinfección de algunos centros. Se ha hablado con los ayuntamientos para ver qué lugares serían más interesantes. Fundamentalmente serán estaciones de ferrocarril y autobuses», explicaba Javier Izquierdo. En Valladolid comenzaron por participar en la desinfección del exterior de los hospitales Clínico y Río Hortega. Después estaba previsto que hicieran lo mismo en el albergue municipal y en el comedor social.
«No estamos desarrollando labores de seguridad, solo de descontaminación y desinfección», indicaba el capitán vallisoletano Juan Carlos Peñas, jefe de Relaciones Institucionales y Comunicación Pública del Quinto Batallón de Intervención en Emergencias. Los militares partieron de la base de Ferral de Bernesga, en León, poco después de las 8:00 horas e iniciaron una labor que se prolongó hasta las 21:00 horas. A su trabajo se sumó la labor de localizar puntos críticos de concentración de personas, para posteriormente comunicárselos a la Subdelegación del Gobierno «y adoptar medidas».
En la capital vallisoletana, la UME, que ejerce «de cabeza de lanza» de la Fuerzas Armadas, desinfectó las estaciones de autobuses y trenes, así como las áreas de Urgencias y diálisis del Hospital Clínico, antes de recorrer la ciudad «para identificar posibles puntos críticos», incidió otro de los soldados desplazados a la ciudad. La plaza de San Pablo, la plaza de Poniente o la Plaza Mayor, fueron algunas de las zonas supervisadas por los militares, que fletaron 40 vehículos a Valladolid.
El equipo especial de la UME contó con profesionales 'armados' con mochilas de desinfección, con esparcidores y difusores, que también se aplicaron en las entradas de los grandes supermercados de la capital. «Estamos para ayudar. Es una primera fase, en la que realizamos labores de apoyo a otros cuerpos del estado», afirmó Peñas, quien recalcó que «de momento», los militares no están «para detener a nadie», si bien contribuyeron a controlar el paso de ciudadanos, obligados a cumplir con las restricciones impuestas por el Real Decreto que ordenaba el estado de alarma en todo el país. Una tarea que, además, ocupa también al resto de fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y a la Policía Local.
En la jornada vespertina, los soldados desplegados en Valladolid se centraron en desinfectar el Centro de Salud de Arturo Eyries y el del barrio de Delicias.
En la capital burgalesa, la UME se encargó de dar servicio de desinfección a otros cuerpos del estado, como la Policía Local o los accesos al edificio de Protección Civil. La cochera de la estación de autobuses, así como algunos supermercados, también fueron descontaminados por los militares, que constataron la concentración de personas en estas superficies, así como en las colas de acceso a estos establecimientos, que en algunos casos han tratado de establecer un sistema para evitar aglomeraciones en el interior y colas que no guarden la debida distancia de seguridad en el exterior.
La Unidad Militar de Emergencia seguirá actuando en los próximos días, con un radio de acción que abarca prácticamente toda la zona norte del país, con despliegues en Castilla y León, pero también en Galicia y Asturias. «Nuestro trabajo no tiene que causar temor. Estamos para servir y para asegurarnos que todo funciona correctamente y detectar posibles focos de problemas. Somos la cara amable del ejército», concluyó Juan Carlos Peñas, representante de la UME.
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