El doctor Carlos Dueñas, jefe de Medicina Interna y Enfermedades Infecciosas del Clínico de Valladolid advierte sobre los problemas de envejecimiento y comorbilidades de los pacientes más antiguos a la par que del problema de no lograr reducir los nuevos casos cada año y los ... programas puestos en marcha para ello.
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–¿El sida y el VIH son algo ya más del pasado que el presente en cuanto a transmisión?
–En absoluto. Después del alto impacto de los primeros tiempos, hace ya unos diez años que no se logra reducir los contagios y sigue habiendo cada año más de tres mil nuevos casos en España; de ellos, unos 110 anuales en Castilla y León. Sigue teniendo un peso importante pese a que se conoce mucho más y hay más información sobre la forma de transmitirse y sobre el acceso a las pruebas;pero de esas cifras no bajamos y, además, se tarda en mucho en detectar los casos nuevos, llegan tarde al sistema.
–¿Es habitual este retraso?
–Es muy frecuente que los casos debuten con una neumonía, toxoplasmosis, meningitis, tuberculosis... En Castilla y León, casi la mitad de los diagnósticos, el 40%, llegan tarde. Por ello, Sacyl ha puesto en marcha –también se ha hecho a nivel nacional– campañas para buscar de forma más activa los casos positivos. Se trata de que cuando una persona se acerca al sistema sanitario por otro motivo, sin saber que tiene el VIH, y lo hace por enfermedades que se conoce una vinculación con el sida, una posible relación, como las de transmisión sexual, la tuberculosis, mononucleosis, una neumonía... y bajo determinados criterios médicos que analizan el riesgo, se haga una prueba de descarte del sida. También en Atención Primaria o en Urgencias hay que recordar esto, no esperar a que acudan a consulta con síntomas de sida sino adelantarse. Hay unas seis u ocho patologías a tener en cuenta en este sentido por la frecuencia en este tipo de infecciones y se debe pedir permiso al paciente y comprobarlo o descartarlo.
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–¿El miedo se mantiene?
–Menos porque ahora es una enfermedad crónica, con la que se convive; pero es importante buscarla, ofertar las pruebas. En el Congreso Nacional de Sitches han dado un dato importante del cribado, en dos años se han detectado así 700 casos en cien hospitales.
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–¿Cuál es ahora el perfil más habitual de los casos nuevos?
–Seguimos con dos grandes bloques. Por un lado, el de los hombres que practican sexo con hombres, que suelen ser jóvenes y, de otra parte, entre heterosexuales que son más mayores y estos además llegan más tarde al diagnóstico. Los jóvenes y homosexuales tienen más conciencia y conocen el riesgo y se cuidan de realizarse pruebas y esto es algo fundamental para controlar la infección y la enfermedad. Cuando llegan con menos de 250 CD4 es un diagnóstico muy tardío. Estas son células inmunitarias, un marcador de las defensas. Lo ideal es tener 900, 1.000 o 2.000; pero cuando se contrae el VIH (virus de inmunodeficiencia humana) van bajando. Si los valores son inferiores a 300 o 250 no hay defensas y el paciente se coge infecciones oportunistas. No es lo mismo detectar la infección con 800 que nos da buen margen terapéutico.
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Ana Santiago
–¿Hay buen acceso a las pruebas?
–Hay un cierto problema con esto. Hay farmacias que las ofrecen;pero para ello el afectado tiene que acercarse y pedirla. Luego lo llevan a un apartado de forma confidencial;pero en primer lugar tiene que solicitarlo en voz alta en el mostrador, con otras personas... Pero es un problema. De hecho se emplea bastante entre los jóvenes el ir a donar sangre para saber si se han infectado. Como la prueba se realiza siempre con la sangre donada y se lo comunican al interesado, logran saberlo son mayor intimidad y gratis. Tampoco les gusta ir a su médico de Familia porque los conoce desde pequeños, y a los padres... Hay ONG y comités ciudadanos que la ofertan y también está bien. En algunos países se venden autotest.
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–¿Cómo son los pacientes que llevan años medicándose?
–El problema es que los pacientes llegan ahora a una edad media de 50 años y cuando una persona tiene sida el deterioro es más avanzado, es como si tuvieran 60 y les llegan las enfermedades y problemas propios de edades más avanzadas. Envejecen antes, son más frágiles y tienen más comorbilidades. Y esto es algo que cuidar y que tener en cuenta en geriatría, hay que programar y cuidar esta situación.
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–¿Hay novedades en el tratamiento?
–Las hay. Y muy importantes. En toda España desde el 1 de diciembre, coincidiendo con el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, se puede aplicar un nuevo tratamiento, los fármacos 'long-acting', medicamentos de acción prolongada por lo que no es necesario administrarlos todos los días como la actual pastilla sino que ya disponemos en el mercado de estos fármacos que se pinchan una vez cada dos meses y ya pueden olvidarse. Se pone un tratamiento en cada nalga y se van con la siguiente cita para dentro de 58 días. Nosotros se lo recordaremos con 24 horas de antelación para que no se olviden. Este sistema no solo logra mayor adherencia al tratamiento, dado que hay que acordarse de tomar la pastilla o llevársela de viaje sino que no recuerda al enfermo cada día que lo es, supone mucho menos estigma. Y el precio es similar.
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