Disfrutar de Castilla y león en moto

Nadie en los últimos años ha retratado en España el género 'road movie' como David Trueba en 'Vivir es fácil con los ojos cerrados'. El mismo autor, cuyos orígenes se encuentran en Villafrades de Campos, en Valladolid, describió en 'Tierra de Campos' parte del encanto de nuestra comunidad; eso sí, en un coche. A su protagonista, Dani Mosca, le sirvió para para la introspección. Mejor que eso habría sido (es) descubrir la riqueza y los encantos de Castilla y León en moto.

Nuestra región mima los tesoros que mantiene a la vista del visitante como si fueran oro en paño. La riqueza natural, cultural y patrimonial va desde los pueblecitos más pequeños hasta las capitales de provincia, pasando por tantos y tantos rincones que permiten observar las '12+1' rutas que aparecen en la guía creada por la consejería de Cultura, Turismo y Deporte de Castilla y León, que sirven como maridaje perfecto para las escapadas que a los amantes de las motos tanto les gusta hacer.

Recorrer los parajes y formas geológicas, atravesarlos sobre las dos ruedas y encontrar en la siguiente curva lugares en los que detenerse a contemplar la belleza paisajística y el valor histórico de nuestra comunidad, es parte del espíritu del motero, al que se le llena el alma al viajar. Las memorias que contempla al lado de la carretera hablan del paso del tiempo, en los accidentes geográficos, caprichoso y travieso hasta crear enclaves como el lago de Sanabria, protagonista de la primera ruta, o como las Arribes del Duero, por las que se transita al buscar el lago desde la hidalga Ciudad Rodrigo.

Como Drew (Orlando Bloom) cuando atraviesa varios estados en 'Elisabethtown', el aire acompaña al que se encamina hasta Villablino desde Sanabria. Por el camino, la moto susurra allí donde los romanos explotaron el oro, en Las Médulas, nombradas Patrimonio Mundial por la UNESCO. La montaña abraza al viajero al pasar por Ponferrada o por el mismo Villablino, punto de salida hasta el siguiente destino: Aguilar de Campoo. Lo agreste cobra un protagonismo mayor en la montaña palentina, pero también la pureza respirada en Riaño, como el abundante románico al final de la ruta.

Burgos y su impresionante catedral esperan a quien la pretende desde Aguilar. Camino Soria, como cantaba Gabinete Caligari, las Lagunas de Neila o el desfiladero de la Yecla permiten el reposo frente a la belleza natural de nuestra tierra, y la visita a la antigua Numancia, descubrir lo que un día fue Soria. Si desde allí uno decide ir a Segovia, al final de la ruta hallará su conjunto Patrimonio de la Humanidad. Joyas arquitectónicas del Medievo o las Hoces del Río Duratón le muestran el camino.

Segovia es final e inicio, ya que otra de las rutas propuestas sale de ahí buscando la amurallada Ávila, cuya riqueza monumental se divisa al atravesar la frondosa arboleda del valle del río Eresma o puertos como Mijares. Y es que es la montaña lugar de paso de estos senderos, pero, a la vez, en los que conviene detenerse, como en la Sierra de Gredos si uno viaja de Ávila a Ciudad Rodrigo, un camino con pueblos de paso de gran belleza también. No en vano, es nuestro rural un diamante con múltiples aristas. En una de ellas, el castillo de Peñafiel actúa como guardián de un mar de trigo y viñas, a cuya orilla se llega tras acariciar el cauce del gran río Duero.

A la distinguida y universitaria Salamanca se la conoce por sus calles, plazas y noches, también si uno proviene de aquel castillo y antes se detuvo en ese maravilloso mirador de nuestro mundo que es la lectora Urueña. La memoria de Tordesillas, punto de inicio y fin de dos rutas, contiene la grandeza de la historia y del Tratado que allí se firmó. Allí se arriba desde Cervera de Pisuerga, atravesando la Tierra de Campos, y desde allí se alcanza Ávila en una de las últimas propuestas de esta guía, que termina con una ruta cultural entre Redecilla del Camino y Villafranca del Bierzo, en la que el patrimonio religioso es inmenso.

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