Desde que en enero comenzara ya con fuerza la campaña de vacunación frente a la covid, cada semana, en cada rueda de prensa, la consejera de Sanidad, Verónica Casado, reitera que «no hay preferencias ni prioridades por provincias, sino una estrategia por grupos vulnerables ... y edades y características poblacionales muy diferentes». Y no es la única responsable política enfrentada recurrentemente a esta pregunta. También entre comunidades se habla de suministro privilegiado según colores ideológicos.
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Lo cierto es que dentro de un continuo vaivén, la cobertura vacunal es bastante similar en toda España. Y lo es más en toda Castilla y León. Primero se consideró aventajada a Soria, marcada por su envejecimiento demográfico –entonces se atendía a la población diana, luego cambió el criterio al de tarjetas sanitarias–, y ahora a la zona de León, capital y provincia, salvo El Bierzo, donde el avance es más lento, lo que ha suscitado críticas.
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Según los datos de cobertura –tanto de una dosis como de pauta completa–, la vacunación en el tramo de edad de entre 12 a 19 años oscila entre el 0,5% de Burgos y el 1,3% de Salamanca, aunque la mayoría de las provincias rondan el 0,7%. En el caso de los veinteañeros, los porcentajes se sitúan entre el 9,4% de Zamora y el 17,4% de Ávila, aunque predomina el 12% y en el caso de Valladolid se alcanza el 14,5%. El cómputo total es muy similar, de en torno al 65%. El por qué, aparte de que el balance muestra un termómetro que sube y baja casi a diario, radica en la pirámide poblacional, en cuántos jóvenes tiene una provincia y en la dispersión y forma de organización. La Janssen suele llevarse a pueblos por ser una sola dosis, por lo que se completa antes.
En León, el gerente de Atención Primaria, José Pedro Fernández Vázquez, explica «que las vacunas se reparten en función de las tarjetas sanitarias y con equidad. Un tercio son para El Bierzo. Nosotros tenemos unas 2.400 personas por cada tramo y ello nos permite pasar más rápido por los grupos de edad. Dicho de otra forma, si empezamos ya con los de 15 años –han sido citados para la próxima semana– es porque, desgraciadamente, tenemos muy pocos jóvenes, no porque tengamos más vacunas. De hecho, aunque lo combinamos con los llamamientos en el Palacio de Congresos, ya tenemos que vacunar en centros de salud porque el llamamiento no tiene demanda suficiente. Lo hacemos por agendas, se nos bloquea un médico en cada centro para ello y procuramos que ese día se vacune al mayor número de personas posibles».
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Desde la Consejería de Sanidad se explica que «los ritmos de vacunación en las distintas provincias no puede ser los mismos, porque no en todas hay el mismo número de personas en cada grupo de edad. Y las vacunas se están poniendo por grupos etarios, tal y como marca la estrategia nacional». Por tanto, añaden, «lo que no se va a hacer es frenar la vacunación en una provincia para esperar a otra. Si una termina con un grupo y tiene dosis suficientes como para continuar vacunando lo hace. El objetivo es vacunar al mayor número de personas en el menor tiempo posible».
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