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El temor a la cuarta ola, cuando la tercera ni siquiera ha empezado a amainar, exacerba la prudencia en la Junta de Castilla y León. La consejera de Sanidad, Verónica Casado, tras reconocer que empieza a descender la incidencia de la covid-19, ha enfocado ... directamente a las unidades de críticos, el baremo más eficaz para medir la congestión del sistema sanitario. La conclusión es que a finales de marzo podría haber aún «unos 160 pacientes» en las UCI de la comunidad autónoma -calculábamos en El Norte que se rondarían los 200- y eso obliga a mantener un perfil muy conservador a la hora de eliminar las restricciones.
«En las UCI, donde nos está costando mucho normalizar la situación, el escenario es similar al que teníamos a mitad de abril, con el 51% de ocupación. En los criterios establecidos [para fijar los niveles de alerta] se considera el 25% para iniciar prudentemente una desescalada. No se pueden relajar medidas de protección ante la covid y debemos esperar para tener garantías de salud y de sostenibilidad en nuestro sistema sanitario», zanjó Casado antes incluso de iniciar el turno de preguntas, cuando se le inquirió precisamente por si se contemplan pequeños alivios a corto plazo.
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Será la situación hospitalaria la que marque los pasos hacia una normalidad relativa. Y aunque en planta las sensaciones son mejores, porque los ingresados se reducen a buena velocidad, lo que pasa en las UCI es que los casos graves siguen siendo muy difíciles de recuperar. «El 30% de los pacientes cronifican su estancia en UCI y pueden superar el mes de estancia, y hasta un 10% están más de 40 días», explicó la consejera de Sanidad, Verónica Casado. Eso hace que el ritmo de altas en las unidades de críticos, lejos de ser similar al de la primera ola, se parezca al de la segunda. De ahí el cálculo prudente. «Estimamos que a finales de marzo aún tendríamos en torno a 160 pacientes. Estimación que puede verse modificada si padecemos una cuarta ola», sentenció Casado. Esa última advertencia se basa, en realidad, en lo que ya ocurrió entre la segunda y la tercera. La curva de las UCI solo se logró rebajar hasta los 130 ingresados. A partir de ahí comenzó a notarse la influencia del incremento de casos de la tercera ola y eso llevó a un colapso casi pleno. «Estamos alcanzando el 50% de la actividad programada, cuando tuvimos que suspender semanas atrás hasta el 70% de la cirugía programada», admitía, como ejemplo, la consejera de Sanidad.
Partir de esas cifras de entre 160-200 a finales de marzo, si llegara un nuevo incremento de contagios por la dominancia de las variantes más contagiosas del virus, como la británica, supondría una catástrofe.
De ahí que lo del alivio de medidas, incluido el cierre perimetral, vaya a quedar de momento en punto muerto. «Tenemos 1.406 personas ingresadas, 286 en UCI y 1.170 en planta. El descenso de pacientes covid en plantas de hospitalización está siendo notable, casi a la misma velocidad a la que se produjeron los ingresos. Pero los críticos continúan con una elevada presión asistencial y será el elemento que condicione de manera importante las medidas de desescalada, porque es el gran medidor de la gravedad de la enfermedad», sentenció Casado.
Las medidas restrictivas actuales, con los cierres de la hostelería, centros comerciales y gimnasios, se mantendrán por tanto inalteradas, con «vigencia hasta el día 23, ese día se analizarán los datos y de la mano de esos datos se tomarán las decisiones». Y en una semana, aunque la incidencia está bajando a buen ritmo, resulta complicado que se aligeren mucho los indicadores hospitalarios, los más difíciles de achantar. En cuanto a Semana Santa, que empezará el 28 de marzo, no se repetirá el «salvar la Navidad». «No sé qué va a pasar en Semana Santa, lo que no vamos a hacer es salvar nada por salvar, vamos a seguir con la tónica de siempre, ir de la mano de los indicadores epidemiológicos y sanitarios», afirmó Casado.
Las residencias de mayores pidieron a la Junta un cierto alivio de las condiciones vigentes, especialmente para permitir un mayor contacto de las familias con los residentes, sobre todo los que padecen deterioros cognitivos, discapacidades auditivas o visuales, ahora que están vacunados. La respuesta de Sanidad es que hay que esperar aún. «Nuestros expertos recomiendan que seamos prudentes a la hora de poner en marcha [estos alivios] y nos ha hecho una propuesta la Dirección de Servicios Sociales que entendemos que es buena, porque lo que ellos dicen es que se hace necesaria una contención efectiva de la pandemia en toda la población y continuar con las medidas efectivas. Las salidas y visitas deben seguir con las restricciones vigentes en la actualidad».
Castilla y León ha notificado 484 casos en las últimas 24 horas y han fallecido otras 18 personas, según las cifras aportadas por Verónica Casado. De este modo, se superan ya los mil muertos por la covid-19 en la comunidad autónoma en los 47 días transcurridos en 2021. En la parte positiva, son ya 80.130 personas las que se han vacunado al completo y se ha regularizado la llegada de los viales de Pfizer.
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