Castilla y León

Los depósitos bancarios de los hogares tocan techo con la cifra más alta en 40 años

En ambos casos el grueso se concentra en cuentas a la vista, que son las que utilizan los ciudadanos en el día a día puesto que permiten acceder a los fondos sin restricciones, de manera inmediata. Es lo que ocurre con 83,5 de cada 100 euros en Castilla y León, mientras que se encuentra a plazo el 16,5% restante (que aunque parece una proporción pequeña en comparación con la primera está en claro ascenso, ya que un año antes se limitaba al 7,1%). En el conjunto del país los porcentajes son muy similares y se sitúan en el 83,7% y el 16,3%, respectivamente, según la institución que dirige el exministro José Luis Escrivá.

Los motivos que explican esta evolución al alza de los depósitos, de acuerdo con las fuentes consultadas en el sector, son múltiples y tienen que ver fundamentalmente con el comportamiento que han experimentado la inflación, los tipos de interés y el mercado de trabajo. Sin olvidar que aún sigue muy presente el efecto de la pandemia, que generó un pico de incertidumbre que según el Observatorio de Finanzas y Tecnología (OFT) de la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) «llevó a empresas y hogares a aumentar sus ahorros por precaución, ante la disminución de consumo e inversión».

La misma publicación de ese centro de análisis e investigación constata que a partir de 2022, «con la gradual recuperación económica, se observa una cierta estabilización e incluso una leve disminución» de este tipo de productos bancarios. Y en esto mismo incide María Jesús Fernández, economista sénior de Funcas y docente en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), quien explica que aunque «lo lógico es que los depósitos crezcan año tras año», hace dos ejercicios se produjo un punto de inflexión «porque la gente transfirió dinero de esos depósitos a la compra de títulos de deuda pública». «Los bancos no remuneraban nada y sin embargo las Letras del Tesoro estaban dando el 3,5%», recuerda la experta, que apunta que otra parte fue a parar a fondos de inversión.

La profesora María Jesús Fernández confirma que «este año parece que ese efecto ya no tiene tanto peso», al menos a juzgar por lo que ha ocurrido hasta este junio, el último mes del que hay datos. «Muchas cuentas en las entidades financieras ya han empezado a dar una cierta remuneración y además el tipo de interés de las Letras se ha reducido, lo que tiene como consecuencia que vuelve otra vez a aumentar el volumen de depósitos», señala. Una tendencia que es posible que se dé la vuelta en el medio plazo, teniendo en cuenta que la banca está bajando su rentabilidad al mismo ritmo que el Banco Central Europeo (BCE) abarata el precio oficial del dinero.

Al hilo de esto Fernando Vives, director de Abante en Castilla y León, subraya que «ha sido en junio de este año cuando el BCE ha comenzado a bajar los tipos», un recorte que «llegó después de ocho años con ellos en el entorno del 4%, un escenario que hizo que los productos financieros más conservadores, como los depósitos, ofrecieran rentabilidades más atractivas». Algo a lo que a su juicio se suma «el perfil del ahorrador de Castilla y León y de España en general: somos conservadores con nuestro dinero».

El responsable en la región de esa plataforma independiente de asesoramiento –con 13.000 millones de euros de patrimonio gestionado en España– hace hincapié, por otra parte, en que el IPC «se ha ido reduciendo considerablemente» hasta alejarse «del 3,2% que teníamos hace un año, lo que nos deja un cierto alivio en los bolsillos». Aun así, remarca que «a veces se olvida el impacto que tiene la inflación a largo plazo», y pone un ejemplo muy gráfico: «Si el próximo 22 de diciembre nos toca el primer premio de la Lotería de Navidad, los 328.000 euros que recibimos después de pagar impuestos equivaldrían a unos 220.734 actuales si pasados 20 años no los invertimos».

«A pesar de ese récord en depósitos», la experiencia de Fernando Vives es que los habitantes del territorio autonómico «cada vez apuestan más por otros vehículos financieros como los fondos de inversión» para el largo plazo. Lo refleja el informe más reciente de Inverco (la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones), que deja patente que la nuestra es «la quinta comunidad donde más se invierte: 1.183.402 cuentas de partícipes, que representan el 7,4% del total de España». Y ello sin olvidar «productos alternativos como los fondos de 'private equity'».

Por su parte Roberto Diez Cerrato, el socio responsable del sector de Banca y Mercados de Capitales de EY en España, pone de relieve con base en los resultados del paro registrado que «la positiva evolución del mercado laboral en Castilla y León hace que la capacidad de ahorro, de la misma manera que ocurre en el territorio nacional, esté creciendo», fruto de que «la brecha entre la renta disponible y la de consumo continúa existiendo».

«A medida que el incremento de tipos se ha ido trasladando a la remuneración de los depósitos estos, al entender el consumidor que gozan de menos riesgo de volatilidad en su rentabilidad, ha hecho que se opte por ellos en detrimento o de manera complementaria con otros productos financieros», resume el analista y directivo de Ernst & Young, que augura que «en la medida que vayan bajando los tipos de interés y, por ende, la remuneración de los depósitos, los consumidores irán deshaciendo sus posiciones en los mismos a la búsqueda de unas mayores rentabilidades».

La estadística del Banco de España sobre depósitos de los hogares y lo que denomina ISFLSH a su servicio (instituciones sin ánimo de lucro como las ONG, las entidades religiosas y las asociaciones de carácter cultural o deportivo, entre otras) dedica un apartado específico a la banca electrónica, en la medida en que sus números no se pueden regionalizar por cuanto el titular puede estar en cualquier lugar con conexión a Internet. En este apartado la entidad anota unos relevantes 75.678 millones de euros a 30 de junio de 2024, cantidad que es muy similar a la que acumulaban los hogares castellanos y leoneses en la misma fecha.