Valladolid

Denuncian trato vejatorio a una anciana con alzhéimer en el centro de Arturo Eyries

La casa de la paciente está a menos de 300 metros del ambulatorio y se acercaban dando un paseo hasta que, a mitad de camino, a la anciana se le «bloquean las piernas» y no se mueve. Sufrió una indisposición repentina. Ahí llegó el primer sofoco para el hijo de Herminia y la cuidadora, que fue cuando esta última se acercó a buscar una silla de ruedas para acercar a la paciente al centro de salud, que se les negó. Les dijeron que saldría personal del centro a buscar a la paciente, pero eso no ocurre, lo que obligó a los acompañantes a 'arrastrar' a Herminia, que mientras esperaba la silla en la calle había vomitado, hasta el edificio. «Una señora con 76 años, alzhéimer y totalmente desplomada», remarca el familiar.

El hijo relata que al entrar, la trabajadora de Sacyl que no había dejado sacar la silla de ruedas a la cuidadora se interesa entonces por la anciana al verla en el estado en que está, que él con enfado le dice que van a poner una reclamación y le replica que ella le va a denunciar «por las formas».

Tras la extracción de sangre abandonan el centro de salud con la autorización expresa y comunicada al personal del punto de información por parte de la doctora de Familia que atiende habitualmente a Herminia, que está inconsciente, para que lo haga en una silla de ruedas. Toman los datos al hijo y deja el carné de identidad en el punto de información antes de salir. Ya en la calle, un trabajador del centro que, según destaca el familiar de la anciana se niega a identificarse, le recrimina que haya cogido la silla y le conmina a devolverla. «Le digo que tengo autorización de la doctora y del punto de atención y me responde que eso es mentira, que soy un jeta y un ladrón... Que baje de la silla a mi madre, llame a una ambulancia o busque una silla en mi casa...», relata el hijo de Herminia.

Todo esto ocurrió delante de testigos y los viandantes que caminaban por al calle y con la amenaza reiterada por parte del 'camillero-celador', según esgrime el familiar de Herminia, de que le iba a denunciar por agresión. Con esa situación y ante la actitud del trabajador sanitario, vuelven al centro con la anciana inconsciente, donde le aclaran a este último que la paciente sí tiene autorización para utilizar la silla de ruedas. «Nos ha tratado de ladrones, jetas, a mi madre la han despreciado, han abusado de su puesto de trabajo, además de levantar falso testimonio con lo del intento de agresión, supongo que para que me acobardara», remarca el hijo de la enferma, que censura «la falta de humanidad» con una persona «totalmente indefensa» que, tras una fuerte indisposición repentina, «lo único que necesitaba era una silla de ruedas para llegar al ambulatorio y para volver a su domicilio y poder descansar».

Fuentes de la Consejería de Sanidad han trasladado que se trata de un «problema puntual que vamos a corregir y que no volverá a suceder». Desde el departamento que dirige el consejero Alejandro Vázquez trasladan las disculpas por lo ocurrido. «Lamentamos mucho este tipo de incidentes y en primer lugar queremos pedir disculpas a la paciente y a sus familiares», aseguran.