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Las conversaciones se suceden. Los consejeros de la Junta y los expertos, este lunes festivo. Todos ellos de nuevo el martes, antes de que el presidente del Gobierno autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, haga una declaración institucional a las 11 de la mañana. Representantes de ... la propia Junta con los sectores afectados, entre ellos la hostelería, con la amenaza de un cierre total en lontananza si los números de contagios, hospitalizaciones y UCI no mejoran, y de momento no lo hacen. Conversaciones ajenas como las del Gobierno de Asturias, del PSOE, con el ministro Salvador Illa, también del PSOE, para que el Gobierno se decida a facilitar unos confinamientos domiciliarios que las comunidades autónomas empiezan a reclamar como la única vía posible. También Castilla y León, que lo ha puesto sobre la mesa. Incluso lo ha etiquetado como «inevitable» por boca de su consejera de Sanidad. El vicepresidente, Francisco Igea, parece de la misma opinión. El día 22 de octubre, Igea ya advertía de que al ritmo con el que avanzaba la pandemia el colapso sanitario tenía fecha: el 15 de noviembre.
Conversaciones y decisiones que este martes podrían tomar un nuevo rumbo. Y será aún más restrictivo. Fuentes del sector hostelero han explicado a El Norte que se les ha avisado de la posibilidad de un cierre total de la hostelería a partir del 9 de noviembre. Queda por ver si no se adelanta. Asturias lo decidió el domingo, con efecto casi inmediato: entra en vigor desde el miércoles las 00:00 horas y por espacio de quince días. El Principado tiene una incidencia acumulada a 14 días de 400 casos por cien mil habitantes. Castilla y León sigue por encima de 760.
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Se anuncie o no esa medida, el jueves representantes del sector han convocado una manifestación, que se añadirá a una batería de medidas económicas que harán llegar al consejero de Cultura y Turismo para tratar de salvar al sector. La consejera de Empleo, Ana Carlota Amigo, descartaba hace cinco días que se pudiera «cubrir a todo el sector de la hostelería el 75% de la facturación del mes de noviembre del año anterior», al estilo de la fórmula alemana. «Solo en Castilla y León hay más de 35.000 establecimientos», justificó, antes de remitir en este caso a lo que haga el Gobierno central. Así que los hosteleros van a presentar su propio plan de choque, en el que algunas de las medidas propuestas sí son asumibles por la Junta. Pedirán, por ejemplo, que se mantengan los ERTE en condiciones favorables para el sector, exención de impuestos, paralización de créditos negociados, bajada de alquileres, exoneración de cuota de autónomos y cobrar la prestación por cese de actividad (para autónomos) y exoneración de seguros sociales de las plantillas de los establecimientos.
La evolución de la pandemia en Castilla y León, en datos
Si se tomará esa decisión hoy o se pospondrá unos días es algo que ayer, tras una larga reunión, seguía en el aire, aseguraban fuentes cercanas al Ejecutivo. Lo que parece claro es que las medidas más drásticas están al caer. Y la Junta solo tiene potestad para tomar algunas de ellas, como recoge el decreto de estado de alarma que se publicó el pasado 25 de octubre: toque de queda, confinamiento perimetral del territorio, limitación de grupos en reuniones públicas y privadas, limitación de manifestaciones si no garantizan la distancia mínima, reducción de aforos en lugares de culto...
Para ordenar un confinamiento domiciliario, un retorno a marzo pero con salvedades importantes -colegios abiertos, paseos al aire libre permitidos- sería necesario que el decreto de estado de alarma lo especificara.
Una de las dudas que surge al conocer la prontitud con la que la Junta se plantea endurecer las restricciones es si se ha valorado ya el impacto del toque de queda que se impuso hace diez días. La respuesta es que a tenor del incremento de hospitalizaciones en planta y en UCI no se puede esperar más tiempo. En los últimos días, el número de hospitalizados ha aumentado a un ritmo de 80 personas al día. Ya son 1.386. El día 24, cuando se instauró el toque de queda, eran 1.060. Algo similar pasa en las unidades de críticos. Los 192 de ayer eran 164 hace diez días.
Los fallecidos también se han situado por encima de los veinte prácticamente todos los días -22 este lunes-, lo que ha hecho que en este mismo periodo se contabilizaran, solo en los hospitales, 235 muertes. Cuatro centros -Salamanca, Zamora, León y El Bierzo- empiezan a presentar niveles de ocupación en planta que suponen una amenaza de colapso.
La consejera de Sanidad, Verónica Casado, tiene claro que el confinamiento domiciliario, pese a las reticencias del Gobierno central, es «inevitable». Lo expresó así ayer en una entrevista ayer mismo en la cadena Ser, al tiempo que admitía que guardaría algunas diferencias importantes respecto a lo que se hizo en marzo, cuando se paralizó el país. Por ejemplo, los expertos abogan por mantener abiertos colegios y centros de trabajo y permitir el ejercicio y los paseos al aire libre, donde el uso de las mascarillas y la distancia física han demostrado ser muy eficaces. La clave está, sin embargo, en evitar las reuniones y todos aquellos contactos que no sean absolutamente imprescindibles, insisten desde el ámbito sanitario.
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