Alvise Pérez, durante la celebración de los resultados de este 9J, en el que su agrupación 'Se acabó la fiesta' logró 3 eurodiputados.

Por qué los datos de Alvise en las europeas no son extrapolables a unas generales

La baja participación del 9J distorsiona el resultado: PP y PSOE se dejan en Castilla y León 262.000 votos y Alvise Pérez tendría casi imposible lograr un diputado en el Congreso en toda España

Antonio G. Encinas

Valladolid

Lunes, 10 de junio 2024, 15:19

El triunfo del PP en Salamanca, en estas europeas, fue aplastante. Un 49,88% de los votos válidos. Una de cada dos papeletas. 72.179 votos. Tres puntos más de lo que el mismo PP obtuvo en las generales en la provincia de Salamanca, ... cuando se quedó en un 46,87%, otro éxito. Lo que significa que entonces obtuvo… 21.139 votos más que este domingo. ¿Cómo es posible esta paradoja? Pues la clave está en la participación. Y es esa clave la que explica que Alvise, al contrario de lo que se podría suponer con una extrapolación de los datos, se quedaría sin representación en el Congreso de los Diputados con el mismo resultado que ayer.

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En las europeas la participación, a nivel nacional, fue de un 49,21%. En las generales fue de un 66,59%. Esos 17 puntos, que en algunos territorios llegan a ser casi 20, son del voto menos movilizado. Y Alvise Pérez es el ejemplo contrario: el voto del cabreo siempre es el más dispuesto a acudir a las urnas. Lo fue Podemos, lo fue Vox y ahora lo representa el populista de 'Se acabó la fiesta'. Con esa participación, en Madrid rebasó por poco el 5,06%. Hace falta un 3%, como mínimo, para entrar en el reparto. Pero es que en las últimas generales los cuatro partidos principales, los únicos que obtuvieron representación, PP, PSOE, Sumar y Vox, lograron porcentajes entre el 40,55% y el 14,03%.

Desde luego, en Castilla y León la formación de Alvise Pérez no se habría comido un rosco a pesar de ser la cuarta fuerza con 42.000 votos. Las circunscripciones pequeñas, donde se reparten 2 y 3 escaños al Congreso, suponen una barrera infranqueable para muchas formaciones. En Soria, donde solo hay dos diputados en juego, el 19,1% de Soria ¡Ya!, un resultado magnífico, no les sirvió para nada a los de Ángel Ceña. En Burgos, León o Palencia, Vox obtuvo por encima de un 12% y tampoco rascó escaño. Igual que en Salamanca, donde se reparten cuatro asientos, a pesar de lograr un 14,67%. El único diputado que pudo conservar el partido de Santiago Abascal fue el de Valladolid, la provincia que más reparte, con cinco diputados, y para ello tuvo que lograr un 15,16% de los votos. Por comparar, el 8,87% de Sumar no se tradujo en nada.

A mayores, cierta parte del voto de cabreo con los partidos tradicionales lo aglutinan formaciones territoriales con más implantación y con representación en las Cortes de Castilla y León. El pasado 23J, Unión del Pueblo Leonés logró un 8,25% en las generales en León; Por Ávila se llevó un 7,52% en Ávila y aún hubo un Zamora Sí que arañó un 1,78% en Zamora pese a ser un partido creado a última hora.

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PP y PSOE sumaron el 23J, en Castilla y León, 1.057.273 votos. Este domingo, ambas fuerzas algutinaron 794.679 votos. Es decir, los dos primeros, con la escasa participación de las europeas, se quedaron a 262.594 votos de los resultados de hace un año. Son, además, dentro del espectro actual, los dos partidos que representan el voto más volátil, el que concentra aún a ese votante capaz de oscilar de un lado a otro o de abstenerse. Menos polarizado y activo que el de Vox y Alvise, por el lado derecho, o Podemos y Sumar, por el lado izquierdo. Extremos que cuentan con un voto con menor capacidad de crecimiento por el centro.

¿Qué habría pasado en unas generales en Castilla y León con los votos de este fin de semana? Pues que Vox habría perdido su único diputado, el de Valladolid, mermado por los 11.000 sufragios que han recaído en Alvise. Suponiendo, claro está, que la agrupación de electores del populista de Telegram fuera capaz de presentar una candidatura y que esa papeleta arrastrara lo mismo que una lista encabezada por él. Del 18-12-1 para PP, PSOE y Vox el pasado 23J se pasaría, como mucho, a un 19-12 para PP-PSOE.

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Las opciones de Alvise Pérez pasarían por Madrid y Barcelona. Y un incremento del voto a las dos primeras fuerzas, un pequeño empujón de Podemos o una unión del lado izquierdo del electorado -del estilo Unidas Podemos-, dejaría a cero a Alvise. Esto es, Se acabó la fiesta.

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