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La presidenta de Grupo Eulen, María José Álvarez, durante su intervención. Alberto Mingueza
La labor de emprender y arriesgarse, a través de los ojos de Eulen

La labor de emprender y arriesgarse, a través de los ojos de Eulen

María José Álvarez, presidenta de la empresa familiar líder en la prestación de servicios, recuerda a su padre y a su hermano y valora la importancia del empresario en estos tiempos difíciles

Jesús Domínguez

Valladolid

Miércoles, 19 de abril 2023, 23:07

Emprender es innovar, es invertir y es arriesgarse. Es comenzar nuevos proyectos, con ilusión, a menudo, por no decir siempre, toda aquella que nace del corazón. María José Álvarez, presidenta de Eulen, abrió la decimotercera edición de los premios 'Castilla y León Emprende' recordando el leitmotiv del emprendimiento y el alma del empresario, que encarna ella, como lo hicieron su padre, David Álvarez, y su hermano Jesús David, recientemente fallecido hacia quien tuvo un emocionado recuerdo. «El emprendedor, cuando empieza a tener personal, pasa a ser empresario, aunque a veces los términos se confunden porque parece que serlo está mal viste. Yo he sido emprendedora y soy empresaria, y tengo que decir que tanto el empresario como el emprendedor –una diferenciación que insistió en hacer– se juegan su patrimonio, su ilusión y su vida en sus proyectos, pero la gratificación va más allá de lo económico. El mayor éxito de emprender y de tener una empresa es hacer lo que a uno le apasiona», destacó, sin obviar el esfuerzo como principal ingrediente.

«Me equivoco igual que todos, pero los errores pasan a ser valores positivos cuando aprendes de ellos»

María José Álvarez

Presidenta de Grupo Eulen

Esa pasión la conoció María José Álvarez al recalar en la empresa familiar, formada, ya que esta bilbaína con raíces y corazón leoneses estudió Derecho antes de enamorarse, más aún, del proyecto de Eulen, aquel que ha mostrado una raíz social muy profunda, con un decálogo ético que aplican a rajatabla en cada decisión que se toma, mediante la fundación que inició David Álvarez, actualmente, dedicada a la mejora de la sanidad y de la educación de los más de 80.000 trabajadores que tiene la empresa en todo el mundo, con especial atención en Latinoamérica, y a otra faceta algo más desconocida como es Eulen Art, promovida por Jesús David Álvarez, quien, precisamente, fue uno de los grandes pilares del desarrollo internacional de la empresa en los años 90.

Con estas acciones, tanto con el fomento del mejor presente en pos de un mejor futuro, así como en acciones de índole cultural, Eulen demuestra una faceta social en la cual hizo un especial énfasis la presidenta. «Hoy tenemos que tener mucho cuidado con el lenguaje, porque ser empresario y tener beneficios está denostado. Pero no hay que denostarlo, porque esa función social que supone poder mejorar las condiciones de los trabajadores y contratar sin beneficios, no sería posible: para generar riqueza hay que aceptar que exista creación de riqueza», afirmó.

«El mayor éxito de emprender y de tener una empresa es hacer lo que a uno le apasiona»

María José Álvarez

Presidenta Grupo Eulen

En definitiva, en su opinión, «para crecer hay que ganar dinero», una premisa que llevó a Eulen al otro lado del océano y a crecer hasta convertirse en referencia en la prestación de servicios. «Todo parte de atender siempre a las necesidades de nuestra tierra. En general, nosotros trabajamos cuando los demás duermen: en la seguridad, en la limpieza, en el mantenimiento… Y eso nos obliga a estar despiertos», añadió. Este estado de 'alerta' se ha de manifestar en la formación continua y arriesgando, ya que la empresa, para María José Álvarez, debe buscar así su crecimiento, aprendiendo y buscando su propio desarrollo con la diversificación o la ampliación del negocio, tal como Eulen ha hecho mediante su catálogo de servicios o la división Eulen Art, gracias a la cual se ha expuesto en Madrid, durante dos años, 'Hijas del Nilo', un muestrario de la cultura egipcia y de cómo la mujer lleva impactando en la sociedad desde siempre.

«La función social que supone poder mejorar las condiciones de los trabajadores y contratar, sin beneficios no sería posible»

María José Álvarez

Presidenta de Grupo Eulen

No en vano, el feminismo fue otro de los valores destacados por Álvarez en la actividad empresarial, uno puesto en boga como novedad, cuando, para ella «siempre ha estado entre nosotros». En su caso, aunque huyó de esa caracterización, la presidenta fue una pionera, mucho antes incluso de acceder a ese cargo en 2017. «Seguramente no sea la más lista, pero llevo muchos años trabajando», relativizó sobre una experiencia amplia, nacida de esa formación en la que tanto hincapié hizo, aprovechando la presencia, por un lado, de emprendedores, y por otro, de estudiantes de Comercio. «Cuando me fui a Lovaina, éramos dos españolas y una portuguesa. Era la primera vez que salía de casa, pero siempre insisto en la importancia de poder aprender, porque hacerlo me permitió tener criterio propio para decidir no por lo que me dicen, sino con base en aquello en lo que me he formado. Eso no quiere decir que me equivoque; me equivoco igual que todos, pero los errores pasan a ser valores positivos cuando aprendes de ellos. Y yo he aprendido mucho», aseveró sonriente, misma sonrisa con la que concluyó, de nuevo, con un recuerdo hacia su padre y hacia su hermano: «De mi experiencia en Eulen tengo grandes satisfacciones y grandes decepciones, pero mi gran orgullo es presidir el grupo que fundó mi padre y en el que trabajó Jesús David».

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