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Laura Negro
Jueves, 3 de abril 2025
En una noche de premios, en la que la innovación, la sostenibilidad y la expansión de las empresas fueron los temas principales, había que centrarse en una empresa modelo como la centenaria galletera Galletas Gullón, fundada en 1892 en Aguilar de Campoo. Una empresa que se sitúa entre los principales fabricantes europeos. Una empresa que basa su estrategia en la eficiencia productiva, en la innovación y en la expansión internacional. Una empresa con presencia en más de 125 países y filiales en Portugal, Reino Unido, Italia, Francia y Estados Unidos. Una empresa que sigue trabajando cada día para reforzar su posición como exportadora clave para la economía española.
Juan Miguel Martínez Gabaldón, su director general, empresario que es ejemplo de esfuerzo y talento, compartió con el público asistente a los Premios Castilla y León Emprende, cómo Gullón pasó de ser una pequeña fábrica con 8 trabajadores a convertirse en la galletera más grande de Europa. «La clave del éxito radica en su propietaria, María Teresa Rodríguez, que se hizo cargo de la empresa en 1983 tras el fallecimiento de su marido, demostrando una fortaleza y una visión empresarial excepcionales. Su enfoque en la alimentación saludable sentó las bases para el crecimiento de Gullón y su especialización en productos innovadores», destacó.
El otro pilar fundamental sobre el que se asienta esta compañía palentina, es su mismo director general, un apasionado de la industria y la ingeniería, que se incorporó a Gullón cuando la fábrica era una instalación pequeña y desactualizada. «Lo primero que hice al entrar a formar parte de la empresa, fue modernizar las instalaciones, adquiriendo maquinaria de segunda mano para ampliar la capacidad productiva sin necesidad de grandes inversiones iniciales», relató.
Desde 1985 hasta principios de los años 90, Gullón realizó una transformación radical de la mano del tándem Rodríguez-Martínez. Automatizaron la producción y establecieron una red comercial propia, dejando de depender de los antiguos distribuidores que ponían sus propias marcas a las galletas de la compañía palentina.
Según contó Martínez Gabaldón, uno de los hitos más importantes en la trayectoria de la empresa fue el lanzamiento de las galletas saludables. Primero fue la galleta integral y, más adelante llegaron las galletas sin azúcar y también sin sal. «Esto marcó el posicionamiento definitivo de la empresa en el mercado de la alimentación saludable», remarcó.
Con el paso de los años, Gullón construyó nuevas plantas industriales, llegando a contar con más de 125.000 metros cuadrados de instalaciones. Además, invirtieron en tecnología, software avanzado y sistemas logísticos para garantizar una producción eficiente y una distribución ágil. También revolucionaron la estrategia comercial. «En 1987, lanzamos la primera tarifa nacional, estableciendo precios uniformes para todo el territorio y empezamos a tener un control total sobre la distribución. Esto permitió competir en la gran distribución y ganar presencia en las cadenas de supermercados. Organizar todo esto, costó más de una década», apuntó. «En el año 2000, apostamos por ampliar nuestra gama de productos saludables y nos convertimos en pioneros al desarrollar todas las variedades de galletas sin azúcar del mercado. 27 en total. La creación de la marca 'Zero' consolidó nuestro liderazgo en este segmento. Aquello fue arrollador», recordó.
Hoy, a Martínez Gabaldón, le enorgullece decir que aquella pequeñísima empresa que se encontró cuando todavía era un joven ingeniero industrial, se ha convertido en una de las mayores galleteras de Europa, con un crecimiento sostenido basado en la innovación y la calidad. «La apuesta por la alimentación saludable, junto con la estrategia de modernización y expansión, ha convertido a esta empresa familiar en un referente internacional», indicó satisfecho.
Esta empresa, que también es referente en sostenibilidad y en generación de empleo de calidad, está presente en 125 países. «Nuestros productos, al ser saludables, pueden triunfar en todo el mundo. Tenemos producto y tenemos proyecto. Nuestra historia se resume en una inversión radical en producto, en mecanización y en buscar nuevos mercados, ya que actualmente el 44% de la facturación proviene de la venta al exterior», concluyó el director general de esta galletera que, a pesar de ser la más grande de Europa, no se conforma y sigue apostando por la innovación y la diversificación.
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