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De la moqueta de las Cortes a la moqueta del Europarlamento hay un camino de baldosas de granito. Grises, por tanto, con menos encanto que el de Dorothy en el Mago de Oz pero con idénticos riesgos. Rugosos, con baches, atestados de gente que pregunta ... y pide y exige y que tiene en su mano la papeleta que te puede llevar a Bruselas o dejarte en tierra. Pablo Fernández (Unidas Podemos), Raúl de la Hoz (PP) y Vanessa García (Soria ¡Ya!) tienen ese objetivo en mente y los tres salen desde el hemiciclo castellano y leonés con opciones muy diferentes. De la Hoz solo tiene que ir sacando el billete de primera clase desde su cómodo puesto 12 en la lista del PP. Hasta el Centro de Investigaciones Sociológicas de Tezanos les otorga un suelo de 18 eurodiputados a los de Feijóo. Pablo Fernández está como los funambulistas del Teatro de Calle de Valladolid: las encuestas llevan a Podemos a 2 escaños y él es el número 3. Su viaje metafórico lo traslada bien a la realidad su periplo de este jueves: hizo Madrid-Valladolid en un recién estrenado Avlo de la línea de Murcia y salió hora y media tarde -ministro Puente, le llama el secretario de Organización de Podemos-.
Vanesa García lo tiene complicado, pero su lucha no es la suya, realmente, sino la de Existe, la plataforma que aúna a los hartos despoblados: Teruel, Jaén, Soria… Si sacan 300.000 votos entre las provincias menos pobladas de España, tendrán representación. El CIS le da más opciones a Ciudadanos. Al ex partido de Francisco Igea, número 32 en la papeleta de Izquierda Española, que para el CIS forma parte del epígrafe «otros». Allí está la ex eurodiputada de Ciudadanos y ex diputada del PSOE Soraya Rodríguez. La número 2. En su vuelo a Bruselas hay overbooking. Si encuentran plaza para el número 1, Guillermo del Valle, ya será un éxito.
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Antonio G. Encinas
Iratxe García (PSOE), en realidad, solo bajará de la moqueta europea para la campaña. Va de 2 porque la ministra Teresa Ribera sale de 1, pero la última presidenta del grupo socialista europeo lo tiene hecho. Actos grandes, bien rodeada, icono del eurosocialismo… Hizo la pegada de carteles en Valladolid y volverá el día 1 con Pedro Sánchez y los ministros Puente-Redondo. Y Luis Tudanca. El secretario autonómico del PSOE ha perdido peso en la lista por más que algunos quieran erigir a Leire Pajín -número 8 de la papeleta- en icono del leonesismo socialista. Intervino en la inauguración oficial de la campaña en Valladolid, con la propia Iratxe García y con Ana Redondo y su chaqueta roja de mitinera, un clásico a estas alturas. El argumento se lo ha servido en bandeja Javier Milei, presidente argentino. «Viene la ultraderecha internacional y el PP -y el PP europeo- van a pactar con ella». Y ese va a ser la primera idea-fuerza socialista hasta que aparezca otra mejor.
El PP se multiplicó. A la sombra del Patio Herreriano de Valladolid, luego en Salamanca con Mañueco y Cuca Gamarra, con la consejera Isabel Blanco en Zamora… Sin corbatas, lo que quiere decir que hay campaña. Que Raúl de la Hoz no deja del todo el terno azul, porque la camisa blanca y vaqueros es más uniforme de Sánchez-Puente-Tudanca, pero con el cuello libre. «Como se decía en Blade Runner hemos visto cosas que jamás creeríamos que fueran a suceder, y están sucediendo», decía De la Hoz. ¿Naves en llamas más allá de Orión? ¿Rayos C brillando en la oscuridad más allá de la puerta de Tanhauser? No. «Estamos viendo que el presidente Sánchez es capaz de abrir dos crisis diplomáticas exclusivamente para no hablar de la corrupción de su mujer y de su entorno más personal».
Así que lo que vemos es Sánchez en el argumentario popular. Porque son unas elecciones europeas que el PP vive como unas elecciones generales bis. «Estas son nuestras elecciones, porque son las elecciones de España y todo lo que pase en España nos interesa y nos preocupa. Y quiero liderar una gran victoria», sentenció Mañueco. Lo que es una orden de «prietas las filas» que se traduce en los más de 300 actos programados en la agenda de la responsable de la campaña, Isabel Blanco. Todos los concejales y alcaldes a pisar baldosa granítica. Empezando por este domingo en Madrid en la manifestación contra la amnistía.
Pero habrá otro supervillano socialista para los populares. Óscar Puente. «Ha nombrado a Puente para que paralice todas las obras que interesan a Castilla y León», dijo Mañueco, «desprecia el soterramiento del tren en Valladolid». Y Jesús Julio Carnero, al quite. Raúl de la Hoz, dijo, traerá fondos europeos para soterrar. «Cuando esté Feijóo en el Gobierno tendremos soterramiento», insistió.
A Pablo Fernández también le espera una agenda de actos criminal. Pondrá pie en las baldosas de las 17 comunidades autónomas. A veces, de varias en el mismo día. Pero está animado porque ve a Podemos subir en las encuestas y a Sumar, sumido en su propio desbarajuste interno y con tendencia a la baja. Coincide con Vox en algo. Sí. «PP y PSOE han votado juntos en Europa muchas veces». E insiste en desmarcarse como el partido capaz de implantar «políticas de izquierdas verdaderas». Puesto del que quieren desbancar a Sumar para resurgir. En los de Yolanda Díaz, de momento, el único castellano y leonés en lista es Juan Gascón, líder de IU en la comunidad, que parte del número 14. El CIS le concede a Sumar 4 sillas en Bruselas.
Vox, por cierto, no tiene castellanos y leoneses en la candidatura. Igual da. El cartel, otra vez, es Santiago Abascal. Perenne, en ruta constante y paralela a la de Jorge Buxadé, el eurodiputado y hombre fuerte de Vox tras él. Ayer los dos coincidieron en León. Y allí estuvo Juan García-Gallardo, invitado estrella en cada acto que pise Castilla y León y allá donde se le requiera. «Un ataque a la soberanía de España es que PP y PSOE hayan votado a favor del Pacto Verde europeo», resumía Buxadé en el 24horas de TVE. En juego, el voto rural por el que ambos socios, PP y Vox, ya pelearon encarnizadamente durante las tractoradas.
Ya están todos. A corbata quitada y con quince días de eslóganes en busca de un plebiscito que apuntale a los propios. Emulando a De la Hoz, y parafraseando a Rutger Hauer en Blade Runner. «Es toda una experiencia vivir con miedo, ¿verdad? Eso es lo que significa ser político y empezar una campaña electoral».
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