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La docena de asociaciones de Amigos del Pueblo Saharaui que trabajan en la acogida de niños y niñas saharauis para que pasen el verano con familias de la región recuperarán en este 2022 sus programas de visitas, interrumpidos en los últimos dos años por la ... pandemia de coronavirus. Metidos en plena gestión administrativa, estos colectivos preparan el programa Vacaciones en Paz con un doble sentimiento. «Estamos entre emocionados y perplejos», resume Maribel Escudero, de la asociación Mano Activa.
Emocionados por la vuelta de una tradición solidaria que ha garantizado durante muchos años que unos 250 niños de entre 10 y 12 años pasaran dos meses con sus familias adoptivas en la comunidad. Un tiempo que les permitía descansar de las duras condiciones de los campamentos en los que viven las familias saharauis en Tinduf (Argelia), poder conocer otra realidad y, de paso, pasar revisiones médicas.
La perplejidad viene por la decisión del Gobierno español de apoyar la propuesta de Marruecos de autonomía para el Sahara, un giro diplomático que ha llevado al Frente Polisario hace unos días a romper las relaciones con España. «Habíamos empezado antes de esta crisis todas las gestiones, pero no sabemos qué consecuencias podrá tener», resume el presidente de la Asociación de Amigos de Valladolid, Rufo Martín.
Este colectivo, así como el resto de todas las provincias de Castilla y León, lleva semanas revisando perfiles familiares y reclutando hogares para la próxima estancia de estos niños. Dos años en blanco obligan a reiniciar gran parte de la maquinaria. En estos dos años, tampoco se han podido hacer las visitas de las familias adoptivas a los campamentos en el desierto. Al menos se ha mantenido la colaboración y el compromiso con las caravanas de material de ayuda que se envían de forma periódica. De hecho, en unas semanas saldrán sendos envíos desde Valladolid y Burgos.
Solo en Valladolid, ya hay unas 25 familias inscritas para acoger a menores, pero tanto asociaciones como la delegación saharaui en Castilla y León están haciendo llamamientos para lograr reunir unas 220 familias, una cifra que aún está lejos de garantizarse. La novedad respecto a otros años es que los niños que visitarán la región tendrán todos 8 años (antes venían los de entre 10 y 12 años). Entre las incógnitas de los colectivos de solidaridad con el Sahara está el temor al «desánimo» de familias que esperan el regreso de los niños que tenían en acogida. Pero ninguno podrá hacerlo ya porque han superado la edad del programa», recuerda Martín. Ahora, con la llegada de críos nacidos en 2014, sus padres castellanos y leoneses podrían tenerlos hasta cuatro veranos.
El delegado saharaui en Castilla y León, Mohamed Labbat, ha mantenido contactos en los últimos días con las organizaciones. Su organización lanzó un comunicado a la sociedad castellano leonesa en la que le recuerda que «estos niños son nuestros mejores embajadores y a través de ellos se da a conocer la situación de un pueblo exiliado, refugiado y que espera que se cumpla la legalidad internacional desde hace más de 40 años». De esta forma pide a las familias que se 'reenganchen' a Vacaciones en Paz. Además, se ha comprometido a ampliar los plazos de solicitudes (en principio, hasta el 15 de abril) para «conseguir más familias porque nos faltan más participantes para mantener el mismo cupo de niños que otros años», resume. De ello dependerá «el que podamos fletar un par de aviones o que sea suficiente con uno», explica Labbat.
En la representación saharaui en la región consideran que «el daño está hecho a nuestro pueblo ya que el apoyo español era uno de los pocos consensos en política exterior española». Aunque insisten en «seguir trabajando en todos los proyectos humanitarios a los que esperamos que no afecte la nueva realidad diplomática».
Mano Activa está implicada también en otros programas como 'Sonrisas en el Sahara' por el que se envía material de ocio y deporte a los asentamientos de Tinduf para que «haya más recursos para el disfrute de los niños en un escenario en el que carecen de casi todo», explica Maribel Escudero.
La gestión de los programas de visitas veraniegas ha obligado a múltiples gestiones nuevas como una nueva revisión de los acuerdos con la Seguridad Social para garantizar los protocolos en caso de que sufran casos positivos de coronavirus, que harían necesario «tener ubicaciones en las que pasar la cuarentena», aclara Martín.
El esfuerzo de las organizaciones humanitarias de apoyo a los saharauis de Castilla y león coincide en paralelo con el trabajo del resto de colectivos del resto de comunidades autónomas, que trabajan a contrarreloj para cubrir todas las expectativas que, un año más, genera este programa entre los niños de los asentamientos argelinos.
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