Los consultorios en Ávila: «Esperamos que esta situación exepcional no se mantenga»

A esos apuros se sumarán este verano las restricciones impuestas por la Junta de Castilla y León a causa de la crisis sanitaria de la COVID-19 para los consultorios rurales, que en estos momentos están funcionando pero con una limitación casi absoluta a la atención presencial, solucionando la gran mayoría de las consultas por vía telefónica.

Así lo confirma Joaquín Acevedo, médico en la zona básica de salud de Sotillo de la Adrada, conformada nueve municipios y cerca de 11.000 tarjetas sanitarias, y que explica que «solo se realiza una atención presencial cuando el profesional lo considera necesario, en torno al 10% de los casos».

Para este facultativo las medidas adoptadas por el Gobierno regional «son las medidas adecuadas por la excepcionalidad de la situación, hay que extremar las precauciones», pero confiesa que su preocupación es «que se implanten no de forma excepcional sino que se mantenga así cuando la situación se normalice, porque eso iría en detrimento de la calidad médica que recibe el paciente».

Aunque la Junta ha asegurado que se volverá a la normalidad tras la crisis sanitaria, tampoco las tiene todas consigo C. R. R., matrona de la zona básica de salud de Arenas de San Pedro que prefiere no identificarse, quien reconoce que «hay un miedo antiguo a que nos quiten personal, porque el problema auténtico es que no hay médicos».

Esta sanitaria explica que la medida de cerrar los consultorios al público y atender por vía telefónica es «porque en los centros de salud se puede establecer separación entre zona COVID y zona no COVID, pero en los consultorios rurales no hay posibilidad material», y cuenta que «en algunos pueblos ya estaban acostumbrados pero en otros ha costado un poquito de trabajo porque la gente tendía a irse directamente al consultorio».