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PP y Cs han concluido el trabajo de campo para analizar el funcionamiento del entramado de fundaciones y entes que haya cobijo bajo el ala de la Junta de Castilla y León. Los integrantes tenían previsto reunirse a finales de julio para intentar avanzar ... en unas conclusiones que esperan tener aquilatadas en septiembre, previas a la toma de decisiones. Pero el punto de partida hacia esas directrices que marcarán el futuro de lo que se conoce como 'Administración B' es dispar entre los socios de la coalición. Solo en la parte de Cs llegan a admitir duplicidad de funciones, con entes que se dedican a tareas que deberían desarrollarse en las consejerías. Sobre la mesa está el futuro de 16 órganos muy diferentes en tamaño, plantilla y en la dotación de fondos que reciben del presupuesto autonómico. Desde el PP, el procurador Miguel Ángel García Nieto, asegura que el margen de ajuste «es más difícil» que el que había hace algunos años porque ya se hizo una reconversión y ese entramado de empresas, fundaciones, institutos ha pasado de 46 a 16 en las últimas legislaturas.
El dato es correcto, pero la reestructuración aludida se llevó a cabo uniendo empresas, por fusión y absorción, más que por supresión, según confirmó el Consejo de Cuentas de Castilla y León en una auditoría que efectuó a lo largo de 2018.
Los integrantes de la comisión bilateral se han centrado en el análisis de los balances de actividad, gestión presupuestaria y contratación de servicios, obras y personal de los últimos cuatro años. El grupo ha escuchado el informe oral de los gerentes, que han respondido dudas del tenor de qué impide a ingenieros funcionarios de la Consejería de Agricultura diseñar proyectos que recaen en el Instituto Tecnológico Agrario (Itacyl) con la fórmula de una encomienda de gestión –en este caso concreto el Consejo de Cuentas alertó sobre su uso inadecuado– o por qué desarrolla el ICE las ayudas que diseña la Consejería de Economía, en una potestad (la de gestionar las subvenciones) que la normativa liga a las funciones propias de la Administración.
Sin condicionar las conclusiones previstas para el otoño, el trabajo de ese grupo de análisis confirma casos de fundaciones, empresas y entes públicos que calcan funciones correspondientes a direcciones generales de la Junta. Al menos para la parte de Cs. Hay duplicidades, con situaciones en las que el organismo paralelo vacía de contenido a departamentos de la consejería para la que trabaja que deberían dedicarse a esa tarea. Una suerte de vampirismo administrativo, con duplicidad de plantillas y presupuesto, porque coexisten el órgano vampiro y el vampirizado.
«Desde la óptica de la parte de Ciudadanos, claramente ese sector público autonómico tiene que adelgazar y, en los casos en los que hay duplicidad, probablemente desaparecer. Si las funciones de una entidad coinciden con las que una dirección general, una de las dos sobra», traslada Antonio Calonge Velázquez, director general de Ordenación del Territorio y Planificación, que matiza que el alcance de las medidas se analizará en la propuesta final que realicen los participantes en el grupo y las decisiones que tome finalmente el Consejo de Gobierno de la Junta.
«En este momento tengo que analizar la documentación y las comparecencias, no tengo opinión formada. Cada gerente ha defendido su ente y, desde su visión, tienen muchas utilidades», esgrime García Nieto. El cargo delPP augura que los «compromisos a largo plazo» en la gestión de algunos entes condicionarán la toma de una decisiones que no recae en el grupo, sino en la «superioridad» de los dos partidos.
Las empresas y fundaciones que dan vida al tomo 15 de los presupuestos de la Junta son once: una empresa pública, nueve fundaciones y el Consejo de la Juventud, aunque la Junta participa mayoritariamente en esos 16 analizados. En el caso de la Fundación de Servicios Sociales de Burgos, por ser sus patronos funcionarios, algo que tendría fácil solución. Este ente cuenta igual que el ICE o la Fundación Siglo, pero esa equiparación distorsiona la realidad, porque el peso no es comparable.
Los once con reflejo en el presupuesto tienen en plantilla, según reflejan las cuentas de 2018 prorrogadas aún, de 604 trabajadores y el montante de los gastos de personal alcanza los 27,65 millones de euros.
La auditoría política sobre lo que se conoce como 'administración B' es una de las medidas del acuerdo de gobernabilidad que firmaron PP y Cs hace un año. Está recogida en el punto 3: 'Análisis de la utilidad de las entidades del sector público autonómico de Castilla y León'. En octubre de 2019 se constituyó la comisión paritaria, PP-Cs, encargada de ese escrutinio político desde la óptica de la utilidad. Por parte de Cs, además de Antonio Calonge, han trabajado en el análisis Fernando Navarro, viceconsejero de Transparencia y Calidad de los Servicios; María García Fonseca, directora de Atención al Ciudadano y Calidad de los Servicios; Raúl Fernández Sobrino, viceconsejero de Cultura; y Ana Carlota Amigo mientras fue portavoz en las Cortes, sustituida por María Teresa Gago tras ser nombrada consejera de Empleo e Industria. En la parte del PP se sientan junto al abulense Miguel Ángel García Nieto cuatro altos cargos de consejerías con fundaciones y entes del calado de la antigua Ade (hoy ICE) y el Eren, el Itacyl o Somacyl: Ángel Marinero, secretario de Fomento y Medio Ambiente; José Ángel del Amo, de Economía y Hacienda; Eduardo Cabanillas, de Agricultura; y Araceli Valdés, directora de Recursos Humanos de Educación.
La reestructuración promovida por el PP en la última etapa de Juan Vicente Herrera redujo el número de entes aflorados bajo el amparo de la Junta de 32 a 17 entre 2011 y 2017. La cifra puede resultar de una austeridad impactante, pero tiene truco. La reducción se produjo por fusiones y absorciones de unas entidades por otras y no por supresiones. Así lo constató el Consejo de Cuentas de Castilla yLeón cuando sometió a auditoría ese proceso reconversor. El Gobierno delPP utilizó la fórmula de encajar unas empresas (y su personal) en otras. Una figura que ayuda a comprender todo este proceso es la de las muñecas matrioskas. Parece que hay una, pero su interior está preñado de figuras de menor tamaño, una dentro de la otra. Eso es el actual Instituto para la Competitividad Empresarial (ICE) una gran matrioska en la que han desembocado la Agencia de Inversiones y Servicios, la Fundación Adeuropa, Ade Financiación, Ade Excal, Ade Parque (que en su día aglutinó a Gesturcal y Parques Tecnológicos), y Ade Innovación. El Grupo Ade, en el disparadero judicial por la compra del edificio que es su sede y la de otros departamentos y entes de la Consejería de Economía (la Perla Negra), pasó a denominarse ICE.
La Fundación Siglo, por ejemplo, absorbió a la empresa de promoción turística Sotur. El proceso general ha supuesto un adelgazamiento de plantillas por las regulaciones durante los años de crisis. Se amortizaron 233 empleos y del presupuesto autonómico se abonaron 4,8 millones de euros en indemnizaciones.
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