Claves para el otoño político regional: reajuste de posiciones y dudas presupuestarias

De ese modo de semihibernación en el que ha transitado el día a día de la Junta durante los últimos meses da idea el hecho de que el consejero que relevó a Jesús Julio Carnero en la Consejería de la Presidencia, Luis Miguel González Gago, tomó posesión el 15 de mayo y no ha sido hasta este viernes, 1 de septiembre, cuando ha acudido a las Cortes a solventar la comparecencia para informar a los procuradores de las prioridades que marcará en la consejería.

A esa toma de posesión fijada un lunes de mitad de mayo no acudió el vicepresidente García-Gallardo. Le pilló entre tres días de campaña para las elecciones autonómicas en las Canarias y dos en apoyo a candidatos municipales de Vox en Galicia.

Al atípico verano le han puesto fin esta semana las reuniones de la Mesa y los portavoces de los grupos parlamentarios y las comparecencias públicas del presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, y del jefe de la oposición socialista, Luis Tudanca, para marcar los ejes de inicio del curso político, con Vox ausente a nivel informativo y el vicepresidente Juan García-Gallardo con una agenda pública mínima desde el escrutinio de unas elecciones generales que dejó a los de Santiago Abascal sin cinco de sus seis diputados en Castilla y León.

Eso es pasado reciente. El futuro inmediato lo marcará la celebración del Debate sobre el Estado de la Comunidad (pendiente desde junio y supeditado a la agenda electoral), la confección del presupuesto de la Junta para 2024 y el reajuste de posiciones en el seno de la coalición de PP y Vox tras el desigual resultado en las urnas. Todo ello, con el ojo puesto en ver si fragua el futuro Gobierno de la nación y el escenario que las exigencias catalanistas pueden abrir para la reforma de los criterios de la financiación autonómica.

A partir de aquí, tres claves para interpretar el inicio del nuevo curso político autonómico. El miércoles 6, una vez que los ciclistas de la Vuelta a España dejen atrás Valladolid, los procuradores vuelven al hemiciclo y estrenan calendario de plenos.

El efecto que el último escrutinio, el de las generales, puede tener a nivel autonómico en el seno de la coalición que Gobierna la Junta no es una cuestión trivial. El recuento de papeletas deja un PP fortalecido y un Vox debilitado, con sus dirigentes en Castilla y León evitando apariciones públicas y el PSOE poniendo la lupa sobre cómo Mañueco explosionó la coalición con Ciudadanos y agitando la posibilidad de un adelanto electoral. El presidente de la Junta se esforzó esta semana en dar imagen de normalidad sobre el día a día con sus socios, escudándose en que su gobierno con Vox aporta «estabilidad», es «útil» y es «eficaz». El dirigente del PP evitó el martes efusividades dialécticas como las que empleó en el verano de 2021 sobre la fortaleza hormigonada de la coalición con Cs que rompería tres meses después y declaraciones expresas sobre el buen rollo que reinaba en el matrimonio político que formaba entonces con Igea.

El calendario otoñal de las Cortes contará con una cita atípica, la del Debate sobre el Estado de la Comunidad. El PP va a plantear a la oposición reeditar el pacto de comunidad para defender criterios que permitan reforzar la financiación autonómica, algo que era habitual en la etapa de Juan Vicente Herrera. Un acuerdo basado en el reparto por el coste efectivo que contemple, más allá de número de habitantes puro y duro (que beneficia a Cataluña, Madrid o Andalucía), el impacto del envejecimiento del padrón, la extensión, la orografía y la ruralidad en el encarecimiento de la factura de prestar servicios como la sanidad, la educación o el cuidado del monte. El presidente de la Junta convocará una ronda de encuentros con los representantes políticos de Castilla y León tras el debate.

El presupuesto autonómico debe entrar en las Cortes antes del 14 de octubre. El Gobierno de PP y Vox trabaja en esas cuentas. «Yo como presidente estoy al 100% para que Castilla y León tenga presupuesto», remarcó esta semana Mañueco. ¿Garantiza esa tajante declaración la presentación en fecha de las cuentas? Ni sí ni no, porque el presidente destacó luego que hay cuestiones «importantes» sobre las que el Gobierno de España «no ha movido ficha». No ha comunicado la entregas a cuenta de la recaudación del impuestos estatales, que son la principal partida de ingresos del presupuesto de Castilla y León. Tampoco el objetivo de déficit que impone a las comunidades ni cuánto subirán las nóminas de los empleados públicos. Los presupuestos estatales no llegarán a tiempo, en septiembre. «Son cuestiones importantes para que se pueda elaborar con mayor precisión un presupuesto», advirtió Mañueco. Cuestiones que han servido para no presentar cuentas autonómicas en ocasiones anteriores.