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El psicólogo José María Avilés y la periodista Nuria Martínez debatieron sobre el problema del acoso en las aulas. Antonio Quintero
Ciclo de la Justicia de El Norte de Castilla

Nuria Martínez: «Es necesaria la educación en la familia para evitar el acoso escolar»

Los ponentes coinciden en el desarrollo de planes de prevención y acciones proactivas desde edades tempranas

Andrea Díez

Palencia

Miércoles, 13 de febrero 2019, 22:39

No hay mayor desprecio que no hacer aprecio. Aunque cuando se sobrepasan los límites, la denuncia y el diálogo son clave para evitar un desenlace fatal. El acoso no tiene sexo, religión, edad, raza o condición social y sí el triste honor de haberse convertido ... en una de las principales pandemias del siglo XXI. Un problema, en el que «las tecnologías han magnificado el acoso hasta el punto de convertirlo en la prisión en la que millones de personas habitan, sin ser capaces de encontrar la salida» sentencia la periodista Nuria Martínez del proyecto Movimiento Jupsin (justicia, psicología e información) en su introducción a una nueva sesión del VII Ciclo de Justicia, que este miércoles acogió la Casa Junco de Palencia. En la mesa le acompañó también el doctor en Psicología José María Avilés Martínez quien además de ser docente en la Universidad de Valladolid, ejerce como psicólogo y orientador en el IES Parquesol de Valladolid, uno de los centros pioneros en la investigación del maltrato entre iguales.

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Los patrocinadores del ciclo acudieron también a la cita mensual con la justicia. Antonio Quintero

Nuria Martínez, arrancó explicando el origen del movimiento Jupsin, un medio de comunicación digital especializado en contenidos vinculados a la lucha contra el acoso que se materializó en la publicación de un libro en 2018 'Todos a una contra el acoso escolar'. Entrando en materia, enumeró las causas del acoso, entre ellas, una figura denostada del profesor como autoridad, la influencia de las TIC que dificulta distinguir entre lo bueno y lo malo, el ciberacoso y el miedo a perder el reconocimiento social digital. En definitiva, «uno de cada cuatro niños sufre acoso o ciberacoso y tres de cada cuatro afirman haber sido testigos de acoso verbal y físico a sus compañeros», resumió. En esta línea, hizo especial hincapié en las consecuencias de la presión sobre los acosados que puede desembocar en «el desarrollo de alguna enfermedad mental». Asimismo, subrayó la importancia de dotar de herramientas a los menores para que puedan afrontar y pedir ayuda. La culpa, vergüenza, y los sentimientos suicidas, especialmente en adolescentes y colectivo LGTBI, acaban convenciendo al acosado de una visión distorsionada de la realidad. La periodista siguió su intervención describiendo el perfil del acosador que busca llamar la atención, carece de empatía y de sentimiento de culpabilidad y vive en un ambiente permisivo o autoritario. Por este motivo, la información, formación y educación de padres y profesores «es necesaria para que se tome conciencia de que el acoso hay que afrontarlo y no ocultarlo», señaló. En relación al papel de la familia «generemos la confianza para que nos cuenten si tiene un problema en el colegio, instituto o la universidad». Además, en los casos de acoso a una edad temprana, «los pediatras nos alertan de síntomas recurrentes». Capítulo aparte, es el uso de las nuevas tecnologías, con la difusión de contenidos, comunicación con desconocidos, «Internet nos puede también abrir la puerta a lugares ocultos donde no queremos que estén». Finalmente, sugirió lanzar desde todos los ámbitos un mensaje de seguridad a los menores «tienen que saber que hay alguien dispuesto a escuchar y a ayudarles», concluyó.

El contexto de los números

Por su parte, el psicólogo, José María Avilés Martínez abordó en su intervención la subjetividad en la interpretación de las cifras cuando se habla de acoso. En este sentido, apuntó «hay que tomarlas con mesura y mirar qué hay detrás, cuál es su contexto» y ejemplificó con la interpretación que hace un alumno cuando a un compañero le dan una colleja todos los días por el pasillo. «Algunos lo verán normal porque han normalizado una serie de pautas insanas e irrespetuosas. Ha habido un cambio en el código de valores». De igual forma se refirió a los titulares, en ocasiones alarmistas sobre los porcentajes de acoso en los colegios «sin haberse definido previamente qué es acoso y qué es conflicto». Sobre este punto, enumeró tres aspectos a tener en cuenta sobre el acoso: no es un fenómeno exclusivamente escolar, no es un conflicto al uso y no es un fenómeno estrictamente global. En el primero de los casos, determinó «la escuela es un reflejo de lo que pasa en la sociedad y sus cambios» y por este motivo es necesaria la implicación de toda la sociedad, en el que se incluyen además de familias y centros educativos, la abogacía, los comerciantes y los amigos. «Es imprescindible que abordemos la prevención proactiva».

Numeroso público escucha la intervención de los ponentes en la Casa Junco de Palencia. Antonio Quintero

En cuanto a las medidas para hacer frente al acoso como una acción global, «nuestra cancha de actuación debe ser otra porque han aprendido a mirar hacia otro sitio» dijo. Para José María, la charlas de la policía que se llevan a cabo en colegios e institutos no consiguen una modificación permanente de la conducta, «no son las mejores figuras para tener acceso a ese código moral o madre para cambiar las actitudes». Para concluir se refirió al trabajo del investigador Dan Olwen que describió por primera vez este término en los años 70 y cuya investigación durante más de 25 años ayudó a entender el perfil del acosador. En la mayoría de los casos que abordó encontró que existía una deficiente canal afectivo con sus padres, que habían tenido acceso a situaciones de violencia en edades tempranas y que habían sido maltratados por sus propios padres. Y completando esta lista, planteó una cuarta posibilidad «el propio temperamento», reseñó. La próxima cita del ciclo de justicia será en Salamanca con el patrocinio de Banco Santander y el Colegio de Registradores y , así como la colaboración del Tribunal Supremo de Justicia, los Consejos de Abogados, Procuradores y las universidades de Castilla y León.

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