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Padres y docentes abogan por educar antes de prohibir los teléfonos móviles en claseLos teléfonos móviles están cada vez más presentes en los centros educativos. El uso de los dispositivos no es ajeno a los alumnos, que en muchos casos deben llevarlos al aula por petición de los docentes, cuando forman parte de alguna actividad educativa. El anuncio desde Cataluña de la regulación del teléfono móvil en las aulas ... ha traído de nuevo el debate en todo el territorio nacional. Permitidos en clase, ¿sí o no?, y cuál es la edad ideal para que los menores accedan a su primer teléfono inteligente. Fuentes de asociaciones de padres y madres consultadas coinciden en que los teléfonos son una distracción dentro del aula, pero también entienden que los menores tengan dispositivos. «Los padres cada vez están menos en casa por el trabajo. Muchos deciden dar un teléfono a sus hijos para estar tranquilos y saber cuándo llegan a casa de clase. Es un tema complicado», explica María Capellán, presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos.
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Hace unos días, la presidenta de la Confederación de Asociaciones de Padres y Madres de los centros públicos de Castilla y León (Confapacal), Soledad Alegre, comentaba que los padres de la región reclaman que la comunidad educativa trabaje de forma conjunta para regular el uso de los móviles en las aulas. Según explicaba, los efectos negativos van más allá de lo que ocurre en el propio aula y también aludía a los problemas en la manera de relacionarse. «Está repercutiendo en las capacidades de comprensión, manejo del lenguaje y de la escritura. Es un cambio de estructura mental», concretaba. Junto a esto, su homóloga a nivel nacional defiende la importancia de la educación para evitar estos efectos. «Bien utilizadas, las tecnologías no tienen que ser dañinas. Tampoco abogamos por favorecer su uso, porque puedes dejar atrás a familias que no quieren que sus hijos lo tengan o que no tienen recursos», concreta. Desde Ceapa no consideran que la prohibición sea la solución y defienden varias alternativas que evitan que los alumnos se distraigan con los teléfonos. «Algunos centros obligan a colocar los móviles dentro de una caja durante la clase. Es un ejemplo de un método efectivo que no requiere una prohibición», asegura.
Christina Fulconis
Portavoz de la Federación Stecyl-i
Los docentes mantienen una posición similar. «Se trata de formar en el uso responsable y prevenir situaciones que afecten la convivencia en los centros», explica la portavoz de la Federación Stecyl-i, Christina Fulconis, quien aboga por contar también con las opiniones del claustro y de toda la comunidad educativa. Desde la asociación defienden mantener la confianza en los reglamentos de régimen interior de cada centro para dar independencia. «Es importante que se mantenga la autonomía y trabajar para que alumnado haga un uso adecuado», concreta. Fulconis destaca que la regulación de las nuevas tecnologías puede ser oportuna, «tanto para generar espacios de desconexión como para educar hacia un uso ético y responsable de las nuevas tecnologías».
Otra de las voces que también se ha pronunciado ha sido el Colegio de Psicología, que sugerían a los profesores de Secundaria que no pidan a los alumnos que llevar sus teléfonos a clase para realizar tareas educativas. Si bien son otros dispositivos como las tabletas las que más se utilizan en el aula, los móviles también permiten algunas dinámicas, como el uso de la conocida aplicación 'Kahoot'.
Los datos reflejan que el uso del teléfono móvil en los niños de 10 a 15 años se ha mantenido regular en los últimos años. Cerca del 70% de los menores entre estas edades han tenido un dispositivo móvil desde 2017, con una leve reducción en 2021, cuando el número descendió hasta el 65%, como reflejan los estudios del Instituto Nacional de Estadística. La reducción contrasta con el número de niños de la comunidad que utilizan internet. Nueve de cada diez -el 96,2%- en Castilla y León fueron usuarios de la red en 2022, por encima del 94,9% nacional, refleja el INE.
Los niños de la comunidad lo utilizan más ahora que antes de la pandemia, pero su uso se ha reducido respecto a 2021, cuando las clases virtuales todavía eran una necesidad. El uso de los dispositivos a edades tan tempranas contrasta con los límites que marcan algunas aplicaciones para su uso, muchas de ellas establecen los 16 años como edad mínima para su uso. Desde el Copcyl también han aconsejado en reiteradas ocasiones que los padres deben estar informados de los riesgos antes de comprar cualquier aparato con conexión o con cámara para sus hijos.
Fuentes de la Consejería de Educación explican que en la comunidad no está permitido el uso de los móviles en las aulas, a excepción de su uso educativo supervisado por el docente. Son las programaciones didácticas y las del aula las que regulan el uso pedagógico de los dispositivos móviles. Además, debido a un decreto propio de Castilla y León los centros pueden evitar el mal uso con los Planes de Convivencia y los Reglamentos de Régimen Interior. Aquí, son los centros, a través de esas normas, los que deciden cuándo se utilizan dispositivos digitales como recurso metodológico para al aprendizaje. Es decir, cada centro elige.
Otro de los informes donde fijarse lo aporta el Ministerio de Educación y Formación Profesional, que recoge, con fecha del curso 2020-2021 -al ser un estudio de carácter bienal- los centros que permiten al alumnado el uso del teléfono móvil con fines educativos. En Castilla y León, son las FP de Grado Superior las que más porcentaje de centros congrega, con el 85%, frente al 70% de la Educación Secundaria Obligatoria. Por provincias destaca León, como el territorio de la comunidad donde existen más centros que permiten el uso del teléfono móvil con fines educativos. El 86% del total. En el otro extremo se encuentra Valladolid, como la más restrictiva, donde solo el 67% de los centros permite el uso de estos dispositivos. La media de la comunidad alcanza el 80%.
La mayoría de los centros prohibe el uso de los teléfonos móviles o solo permite su uso en momentos puntuales y para fines educativos. Por ejemplo, el Apostolado recoge en su reglamento de régimen interior que los alumnos que no respeten la norma se les retirará el dispositivo y se llevará a la portería principal, donde los padres deberán recogerlo. Otro centro que lo regula de forma similar es el IES Galileo. Sandra Juez, jefa de estudios del centro, aboga por dar estrategias a los alumnos para que sepan interpretar y enfrentarse al uso del dispositivo con rigor. «Los efectos se notan luego a la hora de comunicar y en sus habilidades sociales. Deben conocer que es un dispositivo con versatilidad y qué es lo negativo y lo positivo», resume. Desde el centro de enseñanza Seminario Menor Diocesano no permiten el uso del teléfono en ningún momento. Otros consultados, como el Jesús y María, concretan que tampoco lo usan, pero desde 5º de Primaria se sirven de tabletas.
El debate sobre la prohibición del móvil en el aula retomó fuerza en septiembre, cuando el departamento de Educación de Cataluña anunció que regulará el uso de los móviles en los colegios. La primera comunidad autónoma que vetó el uso del teléfono móvil en los centros educativos fue Castilla-La Mancha, quien lo hizo en 2014. Solo se permite si los docentes lo consideran oportuno para fines educativos. Después se unieron otras regiones como Galicia, quien lo reguló a través de un decreto autonómico en 2015, uno de sus artículos prohibe el uso de móviles y otros dispositivos como mecanismo de comunicación durante los periodos lectivos. La Comunidad de Madrid fue la última en hacerlo, desde el curso 2020-2021, cuando prohibió el uso del teléfono móvil tanto en clase como en el recreo. Solo se autoriza su uso a los alumnos que lo necesiten por razones de salud o por los motivos que considere el centro, incluida la finalidad didáctica, informa Efe.
La Unesco ha pedido a las escuelas de todo el mundo que prohiban los smartphones en las aulas, como ya ocurre en el 98% de los colegios de Reino Unido o en Francia, que introdujo la medida en 2018 o Italia, donde los profesores recogen los teléfonos antes del comienzo de la jornada. En otros países como en Finlandia o en Países Bajos, la prohibición se implantará en 2024.
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