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Castilla y León cumple con el cribado neonatal de las nueve patologías implantadas en la cartera de servicios del Ministerio de Sanidad e incorporó, en abril de 2021, otras tres patologías para la detección precoz con la prueba del talón. Cumple con las recomendaciones nacionales, ... pero a una gran distancia del resto de las comunidades, aunque aún las hay más limitadas, y se queda muy lejos de las 44 enfermedades metabólicas susceptibles de diagnosticar de forma temprana en los recién nacidos.
El Programa de Detección Precoz de Enfermedades Congénitas en Castilla y León se oferta a los bebés entre las 48 y las 72 horas tras su nacimiento, dado que el diagnóstico de estos trastornos, todos ellos graves y poco frecuentes, puede evitar, con tratamientos precoces, las consecuencias de estas alteraciones: discapacidad física, mental o ambas y alteraciones importantes e irreversibles en distintos órganos. A través de este cribado poblacional, gratuito y voluntario, «a todos los recién nacidos es posible diagnosticar lo antes posibles patologías que puedan hipotecar el desarrollo futuro de los niños e iniciar de la forma más precoz posible sus tratamiento, mejorando así las expectativas y la calidad de vida de los niños que nazcan con enfermedades congénitas», indica la Consejería de Sanidad.
El porcentaje de participación en la prueba del talón se situó en 2020 en el 99,88 % (13.393 recién nacidos); el resto, se desglosa en nueve fallecimientos antes de las 48 y las 72 horas, seis desplazamientos a hospitales de fuera de Castilla y León y una negativa de los padres a realizar la 'prueba del talón' , algo realmente inusual y anecdótico.
La Dirección de Salud Pública destaca con respecto a posibles nuevas incorporaciones que «actualmente estamos a la espera de una modificación de la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud». En Castilla y León, «desde Salud Pública, somos muy cuidadosos en incluir las patologías cuando hay estudios positivos por parte los grupos técnicos y las agencias de evaluación de tecnologías. Es decir, si estas agencias emitieran un informe favorable sobre otra patología, Castilla y León la incluiría dentro del cribado de inmediato», aseguran. «Lo más importante que determina si se debe realizar o no un cribado es si el hecho de hacer un diagnóstico precoz mejora el pronóstico desde un punto de vista de la esperanza y la calidad de vida. Diagnosticar una enfermedad para la que no existe tratamiento o no ha demostrado ser útil en el citado sentido cuando se aplica de forma precoz solo aumenta el sufrimiento», defienden desde la Consejería de Sanidad.
sSin embargo, un nuevo informe del Observatorio Legislativo de Enfermedades Raras y Medicamentos Huérfanos revela fuertes inequidades en los programas de cribado neonatal entre las comunidades y ampara la ampliación de los programas.
Este, indican desde el grupo especializado en estas patologías raras de AstraZéneca, «es un trabajo de un grupo multidisciplinar de expertos que trabajan para identificar los principales retos legislativos para mejorar la calidad de vida de los pacientes con enfermedades raras en España».
Realizado con la colaboración de la Universidad de Alcalá y avalado por la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), sus conclusiones revelan la inequidad citada y ofrecen propuestas para mejorar los procesos de diagnóstico precoz de estas enfermedades e incentivar el desarrollo de avances en medicina personalizada y genómica, así como el uso de nuevas tecnologías para la investigación de estas enfermedades en España.
99,88% de los padres realizan la prueba a su hijo
92% de las detectables son enfermedades raras.
Castilla y León tiene uno de los programas de cribado más reducidos, algunas comunidades llegan hasta los 40 y la media se sitúa en 20,8 enfermedades y es Asturias, con solo ocho, la autonomía con menor oferta.
Murcia y la ciudad autónoma de Melilla llegan a incluir el diagnóstico de hasta 40 patologías en sus programas de cribado.
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En este sentido, Fide Mirón, graduada en Trabajo Social y presidenta de la Asociación Española de Porfiria y vicepresidenta de FEDER, ha afirmado que «esta situación exige, en primer lugar, realizar un análisis profundo de las razones por las que se produce ese desequilibrio entre territorios para, a partir de ahí, valorar posibles medidas que permitan subsanarlo. Además, se debe tener presente que más del 92% de las enfermedades detectadas por el programa de cribado neonatal son enfermedades raras».
No se ha identificado una causa concreta que justifique las enormes distancias entre comunidades. «Uno de los aspectos a tener en cuenta sería la voluntad política, referido al nivel de conocimiento sobre la importancia del diagnóstico precoz en enfermedades raras o la falta de cooperación interterritorial. Otro, la falta de formación de los profesionales sanitarios, al no existir programas específicos de especialización en el campo de las enfermedades raras ni formación de grado», apunta el trabajo.
«Todos estos factores pueden llevar a la toma de decisiones que acaben repercutiendo en los pacientes. Por una parte, en el diagnóstico y, por otra, en un retraso en el acceso a los tratamientos que puede ser decisivo en el desarrollo de la enfermedad y, por ende, en la calidad de vida de las personas afectadas y sus familias», añade José Manuel Baltar, exconsejero de Sanidad del Gobierno de Canarias.
Las recomendaciones del quinto informe incluyen medidas como la ampliación progresiva de las patologías incluidas en la Cartera de Servicios Comunes hasta alcanzar el número máximo de enfermedades diagnosticables que dispongan de un tratamiento o la puesta en marcha de una herramienta de financiación a nivel nacional que promueva el cribado neonatal. Además, Fide Mirón ha destacado que resulta esencial «establecer un registro de enfermedades raras que facilite una mayor coordinación y cooperación entre las comunidades autónomas y que permita conocer el coste de la aplicación de un protocolo común de diagnóstico precoz para evaluar costes y resultados sin necesidad de duplicar procedimientos».
Este informe incluye también otras recomendaciones como la creación de un centro nacional de análisis e interpretación de los resultados de las pruebas diagnósticas de enfermedades raras o la aprobación de un marco común en medicina de precisión para evitar inequidades.
Entre las recomendaciones legislativas, se propone la revisión frecuente de la Cartera de Servicios Comunes del Sistema Nacional de Salud para valorar incluir nuevas patologías en el programa de cribado neonatal y un nuevo Anteproyecto de Ley de medidas para la Equidad, Universalidad y Cohesión que permita, entre otros, establecer un Fondo de Cohesión que cubra las necesidades presupuestarias de las comunidades autónomas para la homogeneización de los programas de cribado, la formación especializada de los profesionales sanitarios en enfermedades raras y procesos de diagnóstico; así como el seguimiento y evaluación periódica de los procedimientos en torno a indicadores de equidad.
Un ligero pinchazo en el talón antes de cumplir tres días de vida permite detectar graves patologías. Las últimas incorporaciones al programa regional han sido los cribados de la enfermedad de la orina con olor a jarabe de arce, de la homocistinuria y de la acidemia isovalérica.
La primera de estas patologías es hereditaria e impide la metabolización de ciertas partes de proteínas, con lo que su acumulación en la sangre puede provocar, en los casos graves, daños cerebrales especialmente en situaciones de estrés físico (infección, fiebre o no consumir alimentos por un tiempo prolongado), con el consecuente riesgo de déficit mental.
Por su parte, la homocistinuria, conocida también como deficiencia de cistationina beta sintasa o deficiencia de CBS,1 es una patología hereditaria del metabolismo del aminoácido metionina, conducente a trastornos multisistémicos del tejido conectivo, músculos, sistema nervioso central y sistema cardiovascular.
La aciduria isovalérica es una acumulación en plasma, orina y tejidos de productos tóxicos, el ácido propiónico y sus derivados; presenta una gran variabilidad clínica, incluso desde la lactancia, con manifestaciones agudas de vómitos, fallo de medro, convulsiones, letargo, un olor característico «a pies sudados», pancreatitis aguda, retraso en el desarrollo de leve a severo y acidosis metabólica, pudiendo llegar a ser mortal si no se trata inmediatamente.
Con la incorporación de la detección precoz de estas tres patologías, la prueba del talón, en la que colaboran la Dirección General de Salud Pública y el Centro de Hemoterapia y Hemodonación de Castilla y León, suma doce cribados de enfermedades congénitas: hipotiroidismo congénito; fenilcetonuria; fibrosis quística; hiperplasia suprarrenal congénita; anemia falciforme; acidemia glutárica tipo I; deficiencia de acil-CoA deshidrogenasa de cadena media (MCAD), y la deficiencia de 3-hidroxiacil-CoA deshidrogenasa de cadena larga (LCHAD), el déficit de biotinidasa.
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