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Castilla y León anotó ayer uno de los datos más negativos en materia de reto demográfico. La comunidad registró en 2020 el peor saldo saldo vegetativo de España, con 22.543 muertes más que nacimientos, según los datos provisionales publicados por el Instituto ... Nacional de Estadística, que ponen de nuevo sobre la mesa el problema del envejecimiento de la población y el relevo generacional. En España, la cifra fue de 153.167 personas. El año estuvo marcado por la covid, que elevó los fallecimientos un 26%, con 36.177, frente a una merma de los nacimientos del 4,8%, hasta los 13.634.
Solo cuatro autonomías apuntaron un saldo positivo: Murcia (1.432) y Baleares (815), además de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla (188 y 338). Las cuatro repiten respecto a 2019, pero con datos muy inferiores, es decir, que incluso en estos territorios la cifra de muertes superó a la de nacimientos. El resto apuntaron descensos, pero no tan acuciantes como Castilla y León. Así, cerca se encuentra Cataluña, con 21.659 personas menos, Galicia con 17.610. A continuación, Madrid con 14.696, una comunidad que llama la atención cuando en estudios anteriores siempre contaba con saldo positivo, lo que permite intuir el alto grado de mortalidad en esta región el año pasado (66.583 muertes) por la incidencia de la covid 19. Los menores saldos negativos se observan en La Rioja (1.382) y Navarra (1.623).
En concreto, los datos de Movimiento Natural de Población e Indicadores Demográficos Básicos del INE reflejan que el año pasado nacieron en Castilla y León 13.634 bebés (casi un millar menos que el año anterior), frente a los 36.177 fallecimientos (8.000 por encima de 2019). Se trata de un 4,8% menos de nacimientos, cuando la tasa de variación anual en España se cerró en 1,1 puntos más, con casi 340.000 niños. La tasa bruta de natalidad fue en la comunidad de 5,7 por cada mil habitantes, frente a los 7,15 de la media nacional. De ellas, los de madre española son muy inferiores a los madre extranjera, 5,13 frente a 14 por cada mil habitantes.
En el conjunto de España, todas las autonomías vieron caer la tasa de nacimientos. Las que menos lo hicieron, la ciudad autónoma de Ceuta, un 0,5%, seguidas de Baleares y Galicia, un 3,1 y 3,2%, respectivamente. En el lado contrario, Melilla experimenta una importante bajada del 24%. Las siguientes regiones son Asturias (7,4%), Canarias (7%) y Madrid (6,9%).
Por lo que respecta al número de hijos por mujer, Castilla y León cerró la cifra de 1,10 (tres centésimas menos que en 2019), por debajo del 1,18 de España (que también bajó desde el 1,23). En este caso, de nuevo las ciudades autónomas se encuentran liderando este extremo, 1,67 para Melilla y 1,51 para Ceuta. Después, Murcia, 1,45. A la cola, Canarias y Asturias, las únicas que no llegaron a un hijo, con 0,88 y 0,92.
El informe arroja que en el último año en Castilla y León la tasa bruta de nupcialidad fue de 1,55 matrimonios por cada mil habitantes, muy por debajo de los 1,91 de la media nacional.
Frente al anterior escenario, los habitantes de Castilla y León están entre los de mayor esperanza de vida de toda España, con una media de 82,5 años, que no obstante supone dos años menos que en 2019.
La cifra es casi idéntica a la de España (82,3 años). Encabezan este indicador Baleares y Navarra, ambas con 83,4 años. La más baja se registra en las ciudades autónomas: Melilla (78,9 años) y Ceuta (79,3).
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