Castilla y León quedaría libre de solapamientos en una fusión de Unicaja con Liberbank

Mientras Unicaja Banco lidera el negocio bancario en Castilla y León, Liberbank apenas cuenta con una presencia testimonial en cuatro capitales de la comunidad autónoma. Esta premisa, la inexistencia de coincidencias o solapamientos en sus zonas de implantación, lleva a los sindicatos a pensar que una eventual fusión de ambas entidades carecería de consecuencias negativas en lo que al empleo se refiere.

Por el momento, incluso está por verse que los dos bancos lleguen a un acuerdo de integración, algo que ya se frustró el pasado mes de mayo por desacuerdos en la ecuación de canje. El proyecto ha sido desempolvado ahora por iniciativa de algunos accionistas, si bien los respectivos consejos de administración no reconocen contactos formales.

«La complementariedad de las dos entidades es absoluta en lo que a Castilla y León se refiere -explica Luis José Rodríguez Alfayate, presidente del sindicato FINE, en el que se integra CSICA-. Se puede decir que no tienen ninguna coincidencia y eso significa que si hubiera fusión, que aún está por ver, no debe haber 'daños colaterales' en las plantillas». Pero no solo por esta razón, sino por otra adicional y a juicio del representante sindical aún más rotunda: «Es imposible que nadie pueda plantearse tocar más el capítulo del personal; es algo inviable teniendo en cuenta la situación de precariedad en la que se encuentran ya las oficinas».

En diciembre del año pasado, a cambio de no presentar un ERE, Unicaja pactó 760 prejubilaciones y 200 movilidades geográficas de Castilla y León a Andalucía. En la actualidad la entidad con sede en Málaga tiene en las provincias castellanas y leonesas 1.880 trabajadores, dentro de una plantilla total de 6.800 personas, y 385 oficinas. A medida que los empleados van cumpliendo 58 años, entran en el plan de bajas incentivadas. La edad media de la plantilla de Unicaja se sitúa en 46,4 años y la antigüedad media en 19,4 años.

Por su parte, Liberbank es el resultado de la integración de las extintas Cajastur, Caja de Extremadura, Caja Castilla-La Mancha y Caja Cantabria, al que aportaron los activos y pasivos del negocio bancario de cada caja de ahorros. Liberbank es líder en Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha y Extremadura y es precisamente en esta última comunidad donde se producirían más solapamientos, ya que Unicaja 'heredó' de Banco Ceiss (la suma de Caja España y Caja Duero) una treintena de sucursales. En Castilla y León cuenta con dos sucursales en Valladolid y una en Burgos, Salamanca y León.

Aunque la fusión de Unicaja y Liberbank todavía no es más que una hipótesis en, las exigencias del mercado y el tamaño sí la dotan de probabilidad. En mayo pasado pasado la operación no llegó a buen puerto debido a que mientras la entidad andaluza quería un peso en el banco resultante del 60%, el banco liderado por los asturianos no accedió a bajar del 45%. Ahora, las capitalizaciones bursátiles respectivas se acercan a ese 60/40.