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Que Castilla y León es la cuna del español es algo que no siempre se ha divulgado como es debido. Así lo consideran expertos en la materia, reunidos en una mesa redonda organizada por El Norte de Castilla y patrocinada por la Junta de Castilla y León, en la que se destacó la fuerza de las fuentes que atestiguan dicho origen, así como la necesidad de darlo a conocer.
«Tenemos que hacer un trabajo muy fuerte para que se conozca esta génesis. La fuente original del español son las glosas navarro-castellanas y Castilla y León. Somos donde nace y donde se desarrolla esta lengua, donde se publicaron las primeras gramáticas de la lengua y desde donde se exportaron las gramáticas latinas», indicó Raúl Sánchez, vicerrector de Internacionalización y Cooperación de la Universidad de Salamanca; a la sazón, «el centro de referencia mundial en los estudios en nuestra lengua», teniendo en cuenta sus estudios.
A los que se realizan en esta universidad hay que sumarles los de otras como la de Valladolid, a la que representó en la mesa José Manuel Ruiz, catedrático en Paleografía y Diplomática, quien definió la escuela de filólogos españoles como «muy poderosa». Por ejemplo, hizo referencia a las publicaciones existentes el León y demandó que siga habiendo tanto publicaciones como congresos que compilen el conocimiento que existe en nuestra comunidad. «Tenemos unos recursos de consulta científica muy avanzados y puede que haya llegado el momento de reunir ese conocimiento en un libro», reflexionó Ruiz, que indicó que ineludiblemente ello vendría precedido de un congreso. «Habría que hacer un esfuerzo para publicar el fondo importante que tenemos», prosiguió.
Gonzalo Santonja, consejero de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Castilla y León, recogió el guante. «Estamos en ello. Pensamos que convendría organizar en otro gran congreso con el material nuevo que tenemos, pero hay que prepararlo con tranquilidad y sosiego», indicó el consejero, que mira a 2026 como fecha idónea para empezar a celebrar este tipo de reuniones de forma bianual, una necesidad vista también por la catedrática de Historia Medieval en la Universidad de León Gregoria Cevero. «Hay archivos como el de la catedral de León que trascienden más allá de una ciudad o una comunidad autónoma. La catedral de León tiene el 49% de la documentación alto medieval y es un archivo fundamental para el estudio del español», aseveró.
El español, con todo, es un valor en auge y con potencialidad, que Miguel Ángel Benito, presidente de la Asociación de Escuelas de Español en Castilla y León defendió. «Es fundamental el estudio histórico, pero, para seguir potenciando que las ciudades de Castilla y León reciban estudiantes de español, tenemos que vender experiencia. La lengua es el pretexto; a través de la lengua llegamos a la cultura», dijo, poniendo los ejemplos de Málaga y Valencia como receptores de estudiantes de habla extranjera. Entre los recursos a explotar por nuestra tierra, Gonzalo Santonja destacó oportunidades como las que brinda el Camino de Santiago o las experiencias gastronómicas o enoturísticas, que la Junta quiere potenciar. «Tenemos que utilizar nuestros recursos con eficacia. La batalla con el inglés no está perdida», considera el consejero.
Durante los últimos años, el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua ha sido un pilar fundamental en la investigación de los orígenes del español. Cuando Gonzalo Santonja conoció de primera mano el panorama, «era desalentador», ya que había muchos textos por estudiar, aunque poco a poco, con ayuda de la Junta de Castilla y León, cada vez son más los analizados por las instituciones educativas de la comunidad. «En las pizarras del siglo VI al VIII se está escribiendo con sujeto, verbo y predicado, no con las declinaciones latinas. Con la invasión árabe hay un repliegue con dirección al norte y siglos de silencio, pero, al avanzar durante la Reconquista, los cristianos utilizan lenguas romance», situó en el tiempo el consejero. Y todo eso se encuentra en textos originales que se conservan en nuestra comunidad.
Santonja reconoció que la intención de la Junta de Castilla y León es hacer un esfuerzo en materia de divulgación que sienten que están «obligados a hacer», que pondrá en valor la importancia de la región como cuna de la lengua. «Tenemos que socializar el conocimiento de manera académica. Así se trabaja en Atapuerca desde hace años. Desde el Instituto y la Consejería hemos venido trabajando con mucho rigor científico y estamos empezando a socializarlo. Tenemos un porqué, que son los orígenes del español, y un para qué, que es para que todo el mundo pueda acceder a ello», sentenció.
Con todo, mirando al presente y al futuro, Gonzalo Santonja recordó que en la actualidad hay 24 millones de personas que estudian español en el mundo, por lo que la potencialidad que existe para hacer llegar nuestra lengua y sus orígenes es total. «La gente no tiene que llegar al pergamino de golpe, pero el pergamino es el sello que nos valida como el origen del español», reflexionó el consejero de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Castilla y León.
Raúl Sánchez, vicerrector de Internacionalización y Cooperación de la Universidad de Salamanca, ha identificado, junto a su equipo, «los países donde todavía es posible el crecimiento», caso de Estados Unidos, donde cree que hay «muchos hispanoamericanos con deficiencias en el español» que pueden subsanarse con la enseñanza. Asimismo, otro de los mercados que se ven como de potencialidad es el chino, «que se vino abajo después de la pandemia», recordó Sánchez, si bien tiene como característica interesante el hecho de que la política lingüística impuesta por el gobierno es la de que los alumnos aprendan, al menos, un segundo idioma extranjero y al margen del inglés. «Es un país clave, como lo puede ser Brasil. Nuestra diplomacia no supo contrarrestar los lobbies de ciertos países europeos, pero el español tiene potencial para ser la segunda lengua oficial allí, y la Universidad de Salamanca es clave para ello», ponderó el vicerrector de Internacionalización y Cooperación de dicha entidad, que aboga también por «hacer un esfuerzo en la India» para poder tener una mayor entrada. No en vano, a su juicio, nuestra lengua «es la segunda más hablada, pero puede experimentar un crecimiento exponencial» si se consigue, por ejemplo, crear «una valencia económica como la que tiene el alemán» dentro de nuestro entorno más inmediato para ser vehicular en muchas operaciones económicas.
Miguel Ángel Benito, presidente de la Asociación de Escuelas de Español en Castilla y León, lo tiene claro: «La clave del futuro de la enseñanza del español está en el mercado americano». En su opinión, este mercado «tiene unos programas de muy alto contenido y de mucha calidad, en los que lo último que te preguntan es el precio», todo lo contrario de lo que, según él, sucede en Europa. Esta cuestión permite desarrollar programas de enseñanza que fidelizan al cliente y que sirven para trabajar más allá de un curso, que lo hacen durante ciclos enteros en universidades o 'high schools'. «Debemos dirigir hacia ahí nuestras campañas de promoción», insistió Benito, que cree que la Universidad de Salamanca está sirviendo de pionera a la hora de desarrollar «un sello de calidad». Con todo, el presidente de AEECYL cree que en Castilla y León es necesario «seguir potenciando que las ciudades sigan siendo destino de estudiantes que quieren conocer la lengua española», a sabiendas de que la cultura de nuestro país, y en concreto la de nuestra comunidad, son atractivas y cuentan con el refuerzo del peso de la historia. «Las escuelas, como las universidades, estamos en el barro, pero estamos pudiendo desarrollar un importante trabajo de promoción gracias a la Junta de Castilla y León», aseguró con rotundidad Benito, que puso a la Administración regional como ejemplo de vector de crecimiento.
Uno de los debates que se puso sobre en la mesa redonda 'La enseñanza y los orígenes del español en Castilla y León', que se celebró en la hemeroteca de El Norte de Castilla, versó sobre el método de llegada a las personas de la divulgación necesaria de la importancia de la escuela castellana y leonesa de filología. «Es muy difícil llegar al gran público desde los pergaminos antiguos», confesó José Manuel Ruiz, catedrático de Paleografía y Diplomática de la Universidad de Valladolid, si bien esta afirmación no choca con la necesidad de valorar en su justa medida el compendio de textos que existen en nuestra comunidad. «La consigna del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua siempre ha sido reunir a especialistas sobre una materia, como los fondos capitularios, para aportar borradores y ofrecer correcciones. Las obras que han salido de esas reuniones han sido bastantes perfectas», defendió Ruiz, que destacó la valía de los filólogos de nuestra comunidad. En su opinión, «casi todo está publicado; mejor o peor», pero sirve «para tener información». En otra todavía hay que ahondar, pues, por ejemplo, hay «un fondo importante en el Burgo de Osma que no se publica desde el siglo XVIII». Estas investigaciones, las hechas y las pendientes, son contribuciones de las universidades quizás sin un público masivo, aunque, en materia de investigación, José Manuel Ruiz lo tiene claro: «Yo me quedo con lo antiguo».
Gregoria Cavero conoce pormenorizadamente buena parte del archivo que hay en León de textos que permiten identificar nuestra tierra como la cuna del español. Sin embargo, uno de los temas que salieron a la luz en la mesa redonda fue la necesidad de dar una mayor visibilidad a esto, algo con lo que coincide la catedrática de Historia Medieval de la Universidad de León. «Hay que enseñar lo que estamos haciendo a la población y tenemos que intentar que la gente joven se ilusione con estas cosas. Los que estamos en esto estamos ya todos muy mayores», bromeó Cavero. Como explicó, recurrir al tópico de que con la Iglesia hemos topado no es argumento válido, puesto que no todos los documentos que existen dependen de esta y existen facilidades para acceder a múltiples archivos. «No estamos hablando solo de documentación catedralicia; hay otros documentos, como los fueros, con mucho potencial, que la Junta de Castilla y León ha potenciado muchísimo. Podemos llevar a alumnos de la universidad y se pueden desarrollar trabajos de Fin de Grado, de Fin de Máster...», propuso la catedrática de Historia Medieval, que recordó que, por ejemplo, «el romance de los fueros es significativo» y permite conocer el comportamiento social, el de la monarquía y el de la nobleza a través de esos cartularios o textos forales de diferentes siglos de la historia de nuestra lengua y de nuestro país.
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