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Dos personas mayores caminan por la calle. Mario Rojas

¿Castilla y León es un geriátrico? Los datos del rifirrafe entre Mañueco y Óscar Puente

Esta es la comunidad con mayor porcentaje de habitantes que ya han cumplido los 80 y un informe de Eurostat sitúa a Zamora y León entre las diez provincias más envejecidas de Europa

Sábado, 17 de febrero 2024, 00:06

Primero, el contexto. «Han convertido Castilla y León en un geriátrico a cielo abierto», dijo el pasado martes el ministro de Transportes, Óscar Puente (y se reiteró este viernes), para criticar las políticas del PP (ahora con Vox) al frente de la Junta. «Son ... gente sin ambición, que lleva condenando a Castilla y León a la despoblación, a ser un desierto demográfico, un geriátrico a cielo abierto», aseguró el exalcalde de Valladolid. El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, criticó estos «insultos y desprecios, especialmente hacia las personas mayores» a través de una carta enviada al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, donde censura unas palabras «intolerables y decepcionantes, que desprestigian y denigran».

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Y después de las declaraciones, los datos. Al margen del aroma despectivo que pueda desprenderse del uso de esa expresión, ¿cuál es la radiografía demográfica de Castilla y León? Lo que siguen son cifras (las últimas disponibles) de organismos oficiales, como el Instituto Nacional de Estadística (INE) o el Consejo Económico y Social (CES).

Castilla y León ha empezado 2024 con 2.389.959 habitantes, de acuerdo con la estadística continua de población actualizada este mismo jueves. Son 6.256 residentes más que en el año anterior. La comunidad encadena dos años seguidos de incremento de habitantes, empujada, como en el resto de España, por la llegada de población extranjera.

En Castilla y León viven hoy 159.215 personas menos que en 2007, cuando la comunidad alcanzó su máximo de habitantes en el siglo XXI (con 2.549.174). Es como si en esos 17 años, un agujero negro se hubiera tragado toda la provincia de Ávila (160.122). Durante este siglo, la comunidad ha perdido población en 15 años y la ha ganado en nueve ejercicios (vinculados con el tirón económico previo a la burbuja inmobiliaria y la incorporación de población foránea a los padrones).

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¿Es esto algo exclusivo de Castilla y León? ¿También el resto de comunidades pierden población? Para comparar, tomamos como referencia 2001. En conjunto, España ha ganado desde entonces 7.927.364 habitantes, un crecimiento del 19,49% que no ha sido homogéneo en todos los territorios. Casi todas las comunidades ganan habitantes. Pero hay tres que pierden: Asturias, Extremadura y Castilla y León. En términos absolutos, la mayor sangría se da en esta última (-73.520). En términos porcentuales, el mayor descenso es el de Asturias (-5,26%). Y luego, Castilla y León.

Si se pone la lupa un poco más cerca, puede verse que trece de las 50 provincias españolas han perdido población en este siglo XXI. De esas trece, seis están en Castilla y León. Solo se salvan Valladolid, Burgos y Segovia.

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¿Y qué ocurre pueblo por pueblo? Para encontrar este dato hay que recurrir a la estadística del padrón continuo, que compara los apuntes de 2003 y 2023. Hay 1.938 municipios que en estos veinte años han visto menguar sus registros demográficos. Esto supone el 86,2% de todas las localidades que hay en la comunidad. Y aquí se incluyen las capitales de provincia (salvo Ávila y Burgos), que ven cómo les han restado población municipios de su entorno. Si nos fijamos en el siguiente mapa, vemos cómo las principales zonas que ganan habitantes son los municipios del alfoz de las ciudades, que aprovecharon el tirón inmobiliario para crecer en vecinos. A la cabeza, Arroyo de la Encomienda, en Valladolid (17.861 habitantes más en estas dos décadas) y Villaquilambre, en León, con 10.037 empadronados más. También suben en población las localidades más cercanas a la comunidad de Madrid, en las provincias de Ávila y Segovia.

Hasta ahora se han visto los datos generales de población, con un ligero repunte en los dos últimos años después de un largo periodo de pérdidas demográficas (solo paliado en parte a principios de este siglo XXI, en aquellos años de bonanza económica). Pero, ¿cómo es esta población? ¿Qué edades tiene? ¿Es Castilla y León una comunidad envejecida? En las siguientes pirámides de población se aprecia cómo ha variado la composición de la población.

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En Castilla y León viven 642.488 personas con más de 65 años, lo que supone el 26,8% de la población. Hace una década eran 590.653 (el 23,6%). En 2004 eran 559.386 (el 22,6%). En los mayores de 80 años, puede verse que 221.002 castellanos y leoneses están ya por encima de esa edad. Es como si en las capitales de Salamanca y Palencia, juntas, solo vivieran personas que ya han cumplido los 80. Hace dos decenios, estaban en ese segmento de edad 125.837 personas (ahora son 95.165 más).

Para poner estas cifras en contexto está bien fijarse en lo que ocurre en el otro extremo de la pirámide de población. Hay casi tantos mayores de 78 años como menores de 15. Castilla y León tiene ahora, a principios de 2024, un total de 42.015 niños menos (de 0 a 9 años) que hace un decenio.

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Y si la comparación se hace con otras comunidades autónomas, esta es la región con más porcentaje de mayores de 80 años y la segunda (por detrás de Asturias) con mayor peso de la población que ya ha rebasado los 65.

Desde el punto de vista provincial, Zamora encabeza la lista de las que tienen mayor porcentaje de mayores de 80 años (el 12,24%). Después vienen Orense y Lugo y, a continuación están, de seguido, cinco territorios castellano y leoneses. Son León, Salamanca, Soria, Ávila y Palencia.

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Todavía se puede bajar más al detalle y ver lo que ocurre municipio por municipio. En la comunidad hay 244 pueblos en los que más de la mitad de su población supera los 65 años. Es algo más de una de cada diez localidades de la región. Y en 1.454 pueblos (el 64% de todos los municipios de Castilla y León), uno de cada tres vecinos ya ha ingresado en ese tramo de edad.

Otro modo de ver la estampa demográfica es atender a los juguetes y no a las canas. En Castilla y León hay 375 municipios (el 16,6%) donde los columpios están vacíos y hace años que no celebran un bautizo. En estos 375 pueblos no hay empadronado ni un solo vecino con menos de 9 años. Son pueblos sin niños. Pero el relevo se puede complicar todavía más, porque el agujero de la natalidad registrado en los últimos tiempos (con la pandemia de por medio) hace que haya 598 pueblos (el 26%, casi uno cada cuatro) donde no vive nadie con menos de cuatro años.

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Hay un indicador estadístico que relaciona ambos extremos. Se llama índice de envejecimiento y es el porcentaje que representa la población mayor de 64 años sobre la que tiene menos de 16. Este valor no ha dejado de crecer en Castilla y León, salvo un ligerísimo valle entre 2003 y 2013, cuando se vivió una recuperación de la natalidad por el inicio a la maternidad de las nacidas en el 'baby boom' y un incremento de la población extranjera.

Durante la década de los 70 y 80 (con altísimas cifras de natalidad) la balanza caía del lado de los jóvenes. En 1992 se alcanzó un equilibrio y desde ese momento se han invertido las tornas y siempre ganan los mayores de 65 años, con más peso en las pirámides de población de la comunidad. ¿Ocurre igual en otras zonas? Sí. En todas, salvo Baleares y Murcia (además de Ceuta y Melilla), el peso está del lado de la población de más edad. Pero en Castilla y León la situación es mucho más extrema. Tanto, como para colocarse en el podio de las regiones con más índice de envejecimiento (217,18), solo superada por Galicia (218,09) y Asturias (249,23).

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Otra señal que apunta en la misma dirección es la de la edad media, que en Castilla y León se sitúa cuatro años por encima del promedio nacional. Aquí está en 48,31 años (46,96 para los hombres y 49,62 para las mujeres). Esta es la segunda comunidad (de nuevo, después de Asturias) con cifras más altas.

Por provincias, Zamora se coloca en cabeza (son 51,65 años de media por habitante), seguida por Orense y Lugo (también más allá de los 50 años). Segovia es la población más joven (46,41), pero aún así también está por encima de la media nacional.

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Todo este panorama tiene una vertiente positiva: la esperanza de vida. Castilla y León es la sexta región de Europa donde sus vecinos viven más, lo que también influye, claro, en que haya más personas mayores. La media se sitúa en 84,3 años y un informe de Eurostat (la oficina estadística de la UE) augura que se llegará a los 88 en el año 2050.

El último informe de CES (el Consejo Económico y Social de Castilla y León), publicado el pasado mes de junio, con cifras de 2022, recoge, en su página 800, que en la comunidad «el envejecimiento es muy elevado». Y en los párrafos siguientes abunda en esta idea. «La estructura regional de 2021 marca de nuevo la tendencia hacia el envejecimiento, que se refleja en cifras más altas en la mayoría de los índices: el de envejecimiento ha subido de 2,07 a 2,14; los octogenarios representan el 9,22% de la población (9,20% en 2020), también la edad media ha pasado de 47,95 a 48,24 y los jóvenes son algunos menos», concluye. Y subraya con fosforito unas líneas: «En el medio rural profundo, de los pequeños pueblos de Castilla y León, la intensidad del envejecimiento es evidente».

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¿Y cómo será el futuro? Las proyecciones de población apuntan a que será muy difícil revertir esta situación y que Castilla y León será una de las regiones más envejecidas no solo de España, sino de Europa. Un informe de Eurostat sitúa a Zamora como la provincia de la UE que más ahondará en su envejecimiento de aquí al 2050. En ese año, la media de su población tendrá 62,7 años, la edad más elevada de toda la Unión. También León está entre las diez primeras, así como Asturias y el este de Galicia. Y todas las provincias de Castilla y León están por encima de la media.

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