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La «nueva» normalidad llegó este domingo para muchos castellanos y leoneses en tren, coche o autobús. Viajó desde fuera de las fronteras de la comunidad tras la finalización del estado de alarma y después de tres meses de teléfono y vídeollamadas «casi constantes», admitió ... María Castro.
La joven arquitecta vallisoletana apenas pudo mantener las lágrimas cuando estrechó a su padre, quien pocos minutos antes recorría el andén de la estación visiblemente nervioso ante la inminente llegada de su «vieja normalidad, tan añorada para esta nueva». Tampoco él pudo contenerse.
Los testimonios
Miguel García Marbán
Aythami Pérez Miguel
d. bajo (word)
Los reencuentros, «después de uno de los periodos más duros de mi vida», agregó Pablo Palacios, –quien eligió el coche para volver a León–, se repitieron en las nueve provincias de la comunidad, y lo hicieron, a veces, en un alvia procedente de Madrid, que apenas paró en la estación de Segovia-Guiomar; en Valladolid Campo Grande o en Los Jardinillos de Palencia.
A los abrazos, porque los hubo, pese a la normativa de distanciamiento, le siguieron los besos de la mayoría de las parejas, que también volvieron a encontrarse desde al menos el mes de marzo. Retirada de mascarilla y reencuentro físico, como en el caso de Nicolai Kahr, quien estreno a principios de año su primer trabajo en Dinamarca tras terminar sus estudios de Económicas en la Universidad de Valladolid, y quien se reencontró con su novia Jimena, estudiante de Erasmus en Irlanda.
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Unos metros más a la derecha, los padres de Isabel, militar destinada en Palma de Mallorca, eran incapaces de terminar de estrecharla tras retirar los maletones que atestiguaban una larga ausencia de su casa.
A los que optaron por el transporte público, se sumaron los que eligieron los vehículos privados. «No, porque no confiemos en las medidas de seguridad del tren o el autobús, pero yo en mi caso creo menos en nosotros mismos», afirmó el zamorano Luis Hernández, quien dejó ayer por primera vez su casa-estudio informático en Madrid para regresar a la capital zamorana.
La sospecha de Luis la certificó Esther, procedente también de la capital madrileña, y que llegó a Valladolid en tren «sorprendida» por la falta de respeto a las normas de los pasajeros. «Ya veremos lo que dura la nueva normalidad», concluyó.
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