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Descartadas en su día las enmiendas a la totalidad del presupuesto, Miguel Suárez (Vox) describió las cientos de enmiendas de los partidos de la oposición como una estrategia para repetir la enmienda a la totalidad. Sería una enmienda a la totalidad deconstruida al estilo ... Ferrán Adriá. Como esos contratos fragmentados hasta convertirse en menores y adjudicables a dedo. Centenares de piecitas que, compuestas, forman otro presupuesto totalmente diferente y que responde, explicó Suárez, a otra idea de comunidad. Así que lo lógico, siguiendo su argumentación, era rechazarlas todas.
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Por ese concepto férreo, hormigonado, no se coló ni una partida que no previeran en su día PP y Vox. Y no será por falta de ellas. Había 2.455 enmiendas por un total de 2.203 millones de euros. O lo que es igual, por una séptima parte del total del presupuesto de la comunidad autónoma. Ni siquiera entró alguna partida residual de las que proponían las formaciones territoriales, a quienes se achacó su «victimismo». «Nosotros estamos aquí por algo», advirtió Juan Antonio Palomar, de Soria ¡Ya!, «porque ustedes no han hecho su trabajo». «Ustedes están aquí porque les han votado», replicó Suárez (Vox). La siguiente respuesta-pregunta sería por qué les han votado, pero ahí acababa el turno.
Las 442 enmiendas de UPL (por 140 millones de euros), las 225 de Soria ¡Ya! (71,4 millones), las 110 de Por Ávila (por 91,5 millones), las 1.145 enmiendas del PSOE (por 1.500 millones) y las 236 de Francisco Igea (100 millones) se quedaron fuera. También las 297 de Unidas Podemos (por 301 millones), aunque en este caso algunas de ellas decayeron por incomparecencia de su proponente, Pablo Fernández. Defendió algunas por la mañana, se ausentó de las de Movilidad y regresó después con las de otra sección, pero por la tarde su compañero de Grupo Mixto, Francisco Igea, desveló que se ausentaba definitivamente «por enfermedad». Con lo que el resto de sus enmiendas decayeron por no encontrarse presente en el debate.
El resultado de las diez secciones en las que se divide el presupuesto fue el mismo: los votos a favor de PP (31) y Vox (13) y los votos en contra del resto del parlamento autonómico.
Con esto, la Junta de Castilla y León aprueba las cuentas de 2024, 14.562 millones de euros que suponen el presupuesto más elevado de la comunidad autónoma en cuatro décadas. Fue a las 19:00 horas cuando Carlos Pollán pronunció la frase «queda aprobada la ley de presupuestos generales de Castilla y León para 2024». Y aplausos de las bancadas de PP y Vox y de los consejeros del Gobierno de la Junta que no son procuradores, pero que acudieron a la sala a apoyar a los suyos.
Solo quedaba el debate de la Ley de Medidas Tributarias, Financieras y Administrativas. El talón de Aquiles de los presupuestos de 2023. El del error en la votación. Una horita más de debate, más las votaciones, 20:30 horas y justo a tiempo para salir corriendo a ver al Madrid en la Champions. Pero había que votar bien, que después de lo de diciembre de 2022 ya nada se da por supuesto en el hemiciclo autonómico. A las 20:38 concluía la votación: a favor 44, en contra 35. «En consecuencia, queda aprobada la ley de Medidas Tributarias, Financieras y Administrativas». Castilla y León ya tiene sus cuentas para 2024. En mes y medio empieza la tramitación del presupuesto para 2025.
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