Los castellanos y leoneses de clase media crecen el 5% y los de rentas altas, el 11%

Los contribuyentes con menores ingresos declarados en el IRPF cayeron por debajo del medio millón de personas en la comunidad. En 2020 se había producido un repunte, pero los datos de 2021 revelan que la reducción de integrantes que se produjo en este grupo lo llevó a cifras inferiores a las de 2019. En ese año eran 502.809 quienes tuvieron unos ingresos totales de menos de 12.000 euros; en 2020 subieron a 524.667 debido al impacto de la covid-19 y su repercusión laboral en forma de ERTES; y en 2021 se redujeron a 488.793 declarantes. La caída en un año fue de casi 36.000 personas.

De este colectivo, 200.780 contribuyentes se situaron en el tramo de ingresos de 1.500 a 6.000 euros y 136.445, en el de 6.000 a 12.000 euros, un límite éste que trasladado a cantidad neta en catorce pagas deja a sus perceptores por debajo del SMI y del mileurismo. Hay que tener en cuenta que los datos de la AEAT, que no incluyen al País Vasco y Navarra, contemplan el salario como los rendimientos del trabajo declarados divididos por el número total de asalariados (independientemente de que tengan jornada parcial o hayan trabajado solo unos meses), lo que produce un sesgo a la baja en el sueldo medio en comparación con la estadística del INE.

Además, en este grupo de 488.000 declaraciones figuran más de 62.000 declarantes que registraron un resultado negativo o de cero, donde se incluyen los perceptores de, por ejemplo, el Ingreso Mínimo Vital.

De manera que los castellanos y leoneses con ingresos de menos de 12.000 euros suponen según el informe de la Agencia Tributaria el 38% del total (en el total del país son el 37,7%), los de más de 60.000 euros, el 3,1% (el 4,7% en la suma de autonomías) y los que están en medio, el 58,8% (frente al 57,5%).

La renta más habitual según los datos de Hacienda se encuentra entre 12.000 y 21.000 euros (277.000 personas, el 21,5% del total, un punto más que la media nacional). Otros 255.000 ingresan entre 30.000 y 60.000 euros (19,8%, frente a 20%), mientras que el tercer grupo más numeroso es el de quienes declaran ingresos de entre 21.000 y 30.000 euros: son 224.000 y suponen el 17,4% (en el total, el 16,9%).

Por encima de todos se alzan los más de 40.000 contribuyentes de Castilla y León con ingresos superiores a los 60.000 euros. Este grupo estaba formado por 36.000 personas en 2020 y por 35.000 un año antes.

De ellos, 33.319 declarantes se sitúan en el tramo de 60.000 a 150.000 euros, es decir el 2,6% de los 1,27 millones de contribuyentes de la comunidad. Otros 2.692 (el 0,21%) ingresaron entre 150.000 y 601.000 euros anuales y 218, más de esa cantidad.

El cotejo de los resultados de liquidaciones presentadas con el de los importes satisfechos deja claro cómo la 'clase media' es la que más aporta a la recaudación del impuesto, por encima de lo que representa numéricamente. También las rentas elevadas tienen una contribución mayor de la que suponen sus declarantes dentro del total. Por ejemplo: los castellanos y leoneses que ingresan entre 30.000 y 60.000 euros representan el 19,8% del total, pero los 9.569 millones que aportan equivalen al 35,2% del total recaudado.

Los de entre 21.000 y 30.000 euros de renta, que son el 17,4% de los contribuyentes, generan el 21,1% de lo ingresado por Hacienda mientras que, por el contrario, quienes están entre 12.000 y 21.000 euros, que son el 21,5%, dejaron el 18,2% del importe total.

Las rentas de más de 601.000 euros son el 0,02% del total y aportan el 0,22%; mientras que las de entre 150.000 y 601.000 euros, que concentran al 0,25% de los declarantes, contribuyen con el 1,04%; y las de 60.000 a 150.000 euros, el 2,87% del total, tienen una cuota del 8,1% en aportación fiscal, la de mayor diferencia.