Como en casa en ningún sitio
Diario de un confinamiento. Día 9 ·
Arranca otra semana de cautiverio y seguimos especializándonos en el 'cocooning'. ¿Que no sabes lo que es? pues otra cosa no, pero tiempo para buscarlo...Secciones
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Diario de un confinamiento. Día 9 ·
Arranca otra semana de cautiverio y seguimos especializándonos en el 'cocooning'. ¿Que no sabes lo que es? pues otra cosa no, pero tiempo para buscarlo...Era viernes. Como si hubiera sido lunes o domingo. Como si hubiera sido 'pilbes' o 'tuéranos', día –12 ó x26 del mes de 'rúfiro' o de 'dopériz'. Daba absolutamente igual en el mar de días». (Santiago Lorenzo. 'Los asquerosos'. 2018. Blackie Books).
Empezamos la ... semana en la que Fernando Simón calcula que surfearemos la cresta de la ola de este mar de aguas procelosas al que llamamos coronavirus (y al que apellidamos también de otras formas más castizas pero infinitamente peor sonantes). Seguimos en casa, practicando el 'cocooning', (del inglés 'cocoon', 'capullo', pero no en la acepción en la que estáis pensando, que no me dais puntá sin hilo, sino en la del cobijo que los gusanos de seda fabrican para llevar a cabo su metamorfosis). Esa tendencia nacida en los 90 fruto del invento de una gurú estadounidense del marketing, Faith Popcorn, en un principio servía para etiquetar a ciertos individuos cuyos problemas para socializar les llevaban a encerrarse cada vez más en sus hogares, pero hace unos años y tras la crisis económica de 2008 –cuyos récords vamos camino de superar ahora holgadamente–, evolucionó para definir no ya a los que por culpa de sus nulas habilidades sociales tienen menos vida de puertas afuera que la bombilla de un trastero, sino porque su escaso poder adquisitivo les cierra las puertas de bares, teatros, cines, restaurantes, hotelitos de turismo rural, aeropuertos, estaciones... y recurren como consuelo, como último asidero, a refugiarse en su casa.
De acuerdo que es distinto optar por no salir de casa por voluntad propia o hacerlo incluso para evitar llegar a fin de mes a día 10, que verse obligado a ello durante varias semanas para combatir una pandemia.
Quizás haya que ahondar en las lecciones de aquellas primeras lecturas adolescentes, como 'Robinson Crusoe' de Daniel Defoe (1719), que cuenta las aventuras de un náufrago que vivió 28 años solo en una isla deshabitada cerca de la desembocadura del río Orinoco y que los expertos consideran una metáfora de la desprotección humana ante el poder de la naturaleza –no está muy lejos de lo que podemos sentir ahora–.
Este aislamiento actual decretado por el estado de alarma puede evocarnos también 'Náufrago' (Robert Zemeckis. 2001), la versión del mito de Robinson filmada en el cine casi 300 años después y protagonizada por un Tom Hanks obligado a ponerse a plan para meterse en el papel de un náufrago más flaco que Marc Ostarcevic en 'Supervivientes' que comprueba que todos los artilugios electrónicos empaquetados en el mismo avión accidentado en el que viajaba no le sirven ni de reposapiés en una isla desierta y lo único aprovechable es un balón de voley blanco bautizado como Wilson por su marca comercial y al que convierte en su muy mejor amigo (ah, no, que me lío, que eso es de otro personaje de Hanks).
Aunque por proximidad generacional y geográfica, de lo que más me acuerdo en estos días en los que yo también he elegido entre los juguetes de Noé a mi propio Wilson es de 'Los asquerosos', la novela del portugalujo afincado en un pueblo serrano de Segovia cuya cita inicia esta entrada del diario. En ella, un inadaptado que cree haber cometido un crimen se esconde en una aldea abandonada, donde sobrevive comiendo vegetales silvestres, leyendo los tomos de una colección Austral que se encuentra y donde por primera vez en su vida es feliz al descubrir que cuanto menos tiene menos necesita... hasta la llegada de la invasión del grupo de La Mochufa, con lo peor de la sociedad moderna en cuanto a degeneración cultural y fenómeno muy similar al de los 1.899 denunciados por saltarse el confinamiento este fin de semana en Castilla y León. Estos sí, capullos.
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