La campaña de riego se ve ensombrecida por la situación del Pisuerga-Bajo Duero
A pesar de la recuperación general de la cuenca, la realidad a día de hoy es que las dotaciones en esta zona podrían ser, incluso, más bajas que las del año anterior
La campaña de riego que, de manera oficial, arranca cada 1 de abril, no está garantizada en todo el sistema Duero. Las copiosas precipitaciones que ... han revertido la situación de sequía a comienzo del año hidrológico 2022/2023 en la mayor parte de la demarcación, no han sido lo suficientemente intensas, sin embargo, en las cuencas vertientes de las cabeceras del Pisuerga, Torío y Bernesga.
Según el último informe mensual de sequía publicado este mes de marzo, las abundantes precipitaciones de la segunda quincena del mes de diciembre de 2022 y primera quincena del mes de enero de este año sitúan a todos los sistemas de la demarcación hidrográfica en normalidad, con excepción de los sistemas Pisuerga, Bajo Duero y Torío Bernesga, que se encuentran en prealerta.
Así, las reservas existentes en los embalses del Pisuerga más las reservas en forma de nieve suponen menos del 48% de la demanda de la unidad territorial Pisuerga y la parte de Bajo Duero que se atiende desde esta zona. Una situación que, a esta fecha, «no ofrece certeza de que las demandas de estas zonas puedan ser atendidas adecuadamente en el presente año hidrológico», confirman desde la CHD. No obstante, «la evolución meteorológica de los próximos meses determinará, como es habitual, el desarrollo de la próxima campaña de riego, que está garantizada en prácticamente toda la demarcación, siendo deseable que las nevadas persistan en la parte alta de la cuenca del Pisuerga para poder permitir una recuperación suficiente.».
«Pinta poco bien»
Es verdad que, de momento, no hay nada definitivo y será el próximo 29 de marzo, cuando la CHD reúna a la Junta de Explotación en la que se determinarán las cantidades de agua que tienen disponibles los regantes. «En principio, la campaña pinta poco bien», explica el presidente del Canal Toro-Zamora, Pedro Pablo Ballesteros, dependiente del sistema Pisuerga. Hace unos días que mantuvieron una reunión informal con los responsables de la Confederación «y los datos que allí se trataron no son nada buenos, todo lo contrario, se puede deducir que podríamos entrar en una campaña peor que la del año pasado».
Hay que recordar que en 2022, tuvieron disponibles en esta zona del Bajo Duero, 3.500 metros cúbicos por hectárea, «con los datos actuales, con la media de los últimos años, nos venían a comunicar que estamos incluso peor que en 2017, que fue un año que debería haber marcado un antes y un después para la propia Confederación, se tenía que haber aprendido algo más y como regante y como representante de una canal, creo que se aprendió poco».

Ballesteros afirma que la propia presidenta de la CHD «tiene actitud de trabajar y de enfocar los problemas para dar soluciones y espero que el día 29 se barajen otros datos porque dos campaña seguidas así, una peor que la otra, no se pueden soportar en un sistema con muchas hectáreas modernizadas».
Sostiene que la inversión que se ha realizado en la modernización, independientemente del dinero público, es muy fuerte por parte de los agricultores que han debido adaptar sus fincas a la nueva situación y «los cultivos no entienden de fechas, todo lo que se retrasen las siembras es disminuir la cosecha y los pequeños beneficios que al final conseguimos».
Y es que situación de incertidumbre provoca que los agricultores estén parados y a la expectativa de lo que pueda pasar. «Se tendría que tener ya sembrada la remolacha, haber entregado el mapa de cultivos y solicitado agua para hacer nacer esos cultivos y no se ha podido porque no se han hecho las limpiezas de los canales en febrero, como se hace habitualmente, y como no teníamos los datos de referencia de la cantidad o disponibilidad de agua, no se han puesto cultivos, se está retrasando todo muchísimo».
Trasvase de Riaño
Que llueva o nieve y se puedan recuperar embalses como el de Aguilar de Campoo, no está en manos de nadie, pero Ballesteros apunta a otras posibles salidas. «A nosotros se nos puede reforzar con el Alto Duero siempre que esté en condiciones», explica, «Carrión parece que podría estar bien y en tiempos de algún presidente muy conocedor de la situación se llegó a hacer trasvase de Riaño por el Carrión, claro, a lo mejor no había ni la mitad de hectáreas que hoy, pero si existiese esa posibilidad entiendo que la Confederación está para tomar decisiones y no dejar colgado a un sistema dos años seguidos».
Otra «lucha» que plantea cada año este presidente tiene que ver con la igualdad en el trato que debe existir para todos los regantes. «Llevamos varios años luchando para que todos los usuarios del Pisuerga-Bajo Duero podamos disponer del recurso en iguales condiciones, independientemente de si tomamos el agua de tomas directas, canales particulares o canales del Estado. Yo no digo que a los particulares se les quite nada de su derecho, pero al resto que no se nos condene a acuerdos de junta de explotación, tenemos nuestro derecho también».
A pesar de que la agricultura cada vez está más modernizada, 3.500 metros cúbicos por hectárea no permiten el desarrollo de una normal campaña de riego. «Puedes sacrificar una parte de la explotación y otra pequeña parte dedicarla a cultivo de regadío, buscas el más rentable pero a lo mejor te tienes que ir a menos hectáreas».
Otra cuestión es que en veranos como el pasado, con temperaturas muy altas durante muchos días, los cultivos demanden más agua «y las cuentas que has echado resulta que no son suficientes con esa dotación de agua por lo que si vamos a tener tal restricción era mejor que nos condenaran a un año sabático».
Perspectiva general
Por su parte, Ángel González Quintanilla, presidente de Ferduero, reconoce que de manera general, «las perspectivas no es que sean excesivamente buenas pero salvo el Pisuerga-Bajo Duero, el resto de cuencas podremos salvar la campaña de riego».
Destaca que otros años se han dado igualmente «problemas» en el Carrión y en esta ocasión «también está en buenas condiciones» aunque recuerda que la capacidad de los embalses de este sistema «es poca para abastecer su propia cuenca y habrá que hacer trasvases desde Riaño», algo que sucede casi cada verano, por lo que derivar agua también al Bajo Duero, se complica.
El hecho de que un «problema técnico» haya impedido el llenado de Castrovido también plantea un problema añadido, «si no, habría otros millones de metros cúbicos para poder ayudar al Bajo Duero», concluye González.
En relación al estado de la cuenca, en estos momentos almacena 2.159,4 hectómetros cúbicos, lo que quiere decir que está al 75,7% de su capacidad, nueve puntos por encima de la media de hace un año y 0,4 puntos por debajo de la media de los últimos diez años.
El sistema que peores datos presenta es el Pisuerga, al 46,5% de su capacidad y con el embalse de Aguilar de Campoo al 43,7% de su capacidad.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.