Cambios en el horario de la hostelería pondrán fin a las noches de empalmada de cierres y aperturas

Esa empalmada de cierre y apertura tiene los días contados. La Junta de Castilla y León ultima una Orden para retocar los horarios de espectáculos públicos y actividades recreativas en establecimientos públicos, instalaciones y espacios abiertos donde se recoge que deberán pasar al menos seis horas entre la bajada y posterior subida de la persiana del local hostelero. Un endurecimiento de horarios que esperan con ganas vecinos de zonas de copas de Valladolid, Burgos, León, Salamanca o Segovia para los que las noches de los fines de semana son un abono al insomnio, de imposible descanso. Esa tramitación avanza. La nueva orden a superado el informe del Consejo Económico y Social (CES) de Castilla y León.

«El transcurso del tiempo ha evidenciado incoherencia en la regulación promulgada en su momento puesto que, al no recogerse ninguna limitación o previsión horaria relativa a las actividades a desarrollar, se vienen a producir solapamientos horarios con tiempos escasos (en ocasiones 45 minutos) entre el fin de una actividad y el comienzo de otra, lo que incluso redunda en clientela esperando en la vía pública en detrimento del descanso de los vecinos de las zonas en que se encuentran los establecimientos», recoge la memoria que acompaña al proyecto de nueva regulación.

Al resurgir del ruido en la calle se han sumado estos años un incremento de altercados de madrugada. Los delitos de peleas con heridos han crecido el 61% desde 2018.

Es algo que sufren vecinos del centro de ciudades como Valladolid o León. «Los clientes de los 'after' llegan a increpar y pedir dinero a los niños cuando van a clase», explicaba en julio Juan Fernández, presidente de la Asociación de Vecinos Zona Centro de la capital vallisoletana, que reclamaba al Ayuntamiento medidas para poder volver a hacer «una vida normal, alejada de ruidos y de la inseguridad ciudadana».

Ahora, el articulado de la Orden que está en la recta final de tramitación recoge que «deberá mediar un intervalo mínimo de seis horas sin actividad» entre el cierre de un local y su reapertura.

La nueva regulación contiene otras novedades. Incluirá la prohibición de abrir antes de las 8:00 horas los sábados, domingos y festivos para cafeterías, cafés-bar, bares, restaurantes, salones de peluquería y ciber-cafés en las zonas acústicamente saturadas. Valladolid tiene en este momento dos: el entorno de la plaza de San Miguel y el de la plaza de Coca. Es una modificación que genera suspicacias en negocios que no son after y que se sienten perjudicados.

La orden incorpora otro cambio que da margen a los ayuntamientos y que puede dar pie a polémicas. Apoya el criterio municipal para aplicar excepcionalidades en horarios de cierres hosteleros. Hasta ahora se podía ampliar hasta una hora en casos determinados o, incluso, dos horas durante fiestas locales. Así lo recogía el artículo 7 de la orden que se aplica ahora, al que se le va a incorporar un '7 bis' con el que los alcaldes pueden llegar a eximir de la obligación de cerrar a una determinada hora en todo el término municipal o en zonas concretas «con carácter excepcional y en función de las tradiciones o costumbres propias de cada localidad, así como en función de eventos de extraordinaria magnitud o repercusión» con un límite máximo de siete días naturales al año. Con la legislación actual, la Junta tramitó en 2023 hasta 1.109 ampliaciones de horario de cierre, según se constata en la estadística oficial que ofrece la Administración autonómica.

El retoque de horarios afecta a las sesiones de juventud que discotecas y bares de copas ponen en marcha durante la tarde-noche para menores de edad, de 14 a 17 años, y en las que no se debe servir alcohol. Ahora empiezan a las cinco de la tarde y acaban como hora límite a las diez y media de la noche. Ese tope de las 22:30 ganará una hora y se sitúa en las 23:30 horas.

Los cambios que el Gobierno autonómico pretende introducir en los horarios hosteleros y de espectáculos han pasado el informe del Consejo Económico y Social de Castilla y León. Desde este organismo se recomienda a la Junta que recabe «el mayor consenso posible» en una regulación que debe hacer equilibrios entre «el derecho al ocio, la actividad económica y el derecho vecinal, conjugando intereses legítimos que se ven afectados».

Este órgano subraya la necesidad de que las distintas administraciones con competencia en el asunto se coordinen y sumen a esa tarea a los diferentes cuerpos policiales. Ese informe alerta sobre la posibilidad que se dejan en manos de los alcaldes de 'borrar' el horario de forma «excepcional» por eventos singulares o tradicionales porque puede saltarse el derecho al descanso de los vecinos afectados. Por último, desde el consejo inciden, ante la ampliación del horario de las sesiones de juventud, en la necesidad de ofrecer a los adolescentes una planificación más amplia de alternativas de ocio con actividades saludables, no sexistas y que prevengan el consumo de alcohol, drogas y la práctica del juego de apuestas.

La futura Orden debe pasar por el dictamen del Consejo Consultivo de Castilla y León, órgano que analizará que lo que regula no colisiona con otras normativas, antes de ser aprobada y llegar al Boletín Oficial autonómico.