Fernández Mañueco conversa en las Cortes con García-Gallardo y Carnero, en presencia del popular Raúl de la Hoz. C. Espeso
Castilla y León

El cambio del Código Ético permite a los altos cargos de la Junta recibir obsequios de cortesía

Carnero lo justifica en un «ajuste técnico» y defiende que la pauta general es la prohibición de regalos mientras para la oposición es «una regresión que los ciudadanos no entienden»

Susana Escribano

Valladolid

Lunes, 21 de noviembre 2022, 17:47

Un cambio en el Código Ético y de Austeridad de los Altos Cargos de la Junta de Castilla y León incorpora la posibilidad de que presidente, vicepresidente, consejeros, viceconsejeros, secretarios y directores generales y gerentes de entes públicos autonómicos puedan recibir obsequios que encajen ... en la definición de «muestra de cortesía habitual, objetos conmemorativos, oficiales o protocolarios».

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El Gobierno autonómico de PP y Vox aprobó la modificación el 6 de octubre y el consejero de la Presidencia, Jesús Julio Carnero, ha defendido este lunes, en las Cortes, la «actualización» que devuelve la regulación sobre exigencias en ejemplaridad en el proceder de los altos cargos a 2020 por ser necesario «eliminar contradicciones».

«Se trata de corregir una serie de errores y punto, no hay nada más. No vean más donde no hay más», ha instado el consejero de la Presidencia a los procuradores de la oposición, muy críticos con la 'puerta' que abre la interpretación de lo que se puede entender por regalos de «cortesía habitual» o «protocolarios».

«¿Qué sentido tiene que un cargo público pueda recibir regalos? Ninguno en el siglo XXI. El cambio supone una regresión que los ciudadanos no entienden», remarcó Luis Briones, procurador del PSOE, quien defendió que la fórmula de las «muestras de cortesía habitual» da carta blanca a la «entregas de regalitos que nadie sabe lo que es».

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Francisco Igea, de Cs, argumentó que la Junta pasa de la «prohibición absoluta» de recibir regalos en la etapa en la que su partido cogobernó con el PP a «una relajación» en el ámbito de la transparencia y la regeneración. «Y si el consejero va seis veces invitado a los toros y luego legisla, no pasa nada», ironizó.

En esos argumentos coincidió Alicia Gallego, del grupo UPL-Soria ¡Ya!. «La primera duda que se nos plantea es el porqué del cambio sobre los regalos», preguntó la parlamentaria leonesista. Gallego precisó que la modificación aporta sombras y da pie a agasajos como «entradas de fútbol y toros» por parte de «amistades» que pueden moverse en el terreno de los «negocios» y el «interés».

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Al argumento de 'ajuste técnico' esgrimido por el consejero de la Presidencia se sumó el procurador de Vox Javier Bernardo Teira, que rebatió que la modificación suponga una «relajación o cesión» en el ámbito de «una ejemplaridad en el desempeño de las funciones públicas» que es, remarcó, uno de los principios «que dan sentido a la existencia de Vox». Y cerró filas el popular José Luis Sanz Merino, que recordó a la oposición que los obsequios que entran en el ámbito de «los usos habituales y de cortesía» son cosa natural en la mayor parte de las autonomías. Citó hasta once comunidades el procurador del PP, que incidió en que en Castilla y León no se va a «santificar» la recepción de regalos, porque la norma general sigue siendo la prohibición. «Están intentando hacer una tormenta en un vaso de agua», censuró el procurador del PP.

¿Quién vigila al infractor?

La modificación que vuelve a autorizar en Castilla y León el agasajar con obsequios protocolarios o de cortesía habitual a los altos cargos de la Junta no fue la única crítica que escuchó el consejero Carnero. La oposición reclamó un cambio en la Comisión de Ética Pública, que ahora preside el consejero de la Presidencia y que integran a partes iguales juristas y altos cargos de la Junta. «No puede investigar quien es arte y parte», valoró Luis Briones.

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Esta comisión ha analizado en esta legislatura el viaje a París del presidente Alfonso Fernández Mañueco para disfrutar de la final de la 'Champions' que disputó el Real Madrid y la asistencia a una corrida de toros del vicepresidente Juan García-Gallardo. Concluyeron que no había indicios de irregularidad, tras insistir en que no se podía invertir la carga de la prueba ante una acusación de un hipotético ilícito y pedir a los responsables públicos que aportaran comprobantes sobre la asistencia esos eventos.

El Código Ético de los Altos Cargos de Castilla y León es aplicable a la Junta, pero no a las Cortes, extremo que recordó Jesús Julio Carnero a los procuradores.

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