Ana del Castillo y Ana Bringas
Domingo, 23 de junio 2024, 18:46
(Actualización: la primera operación de rescate fue infructuosa y la UME y el GREIM han lanzado un segundo intento)
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El Gobierno de Cantabria ha activado la búsqueda de dos espeleólogos que debían haber salido ya de la cueva de la Garmaciega-Sima del Sombrero, en Soba. Se trata de una pareja -una mujer de Valladolid y el varón de Salamanca- con experiencia previa, que ya habían realizado actividades de espeleología en otras cavidades. El Ejecutivo ha indicado que el 112 no tenía conocimiento de la actividad, informa El Diario Montañés.
Dos equipos de rescate han accedido a la cavidad, uno por la que es la entrada oficial y otro por donde deberían haber salido, según ha explicado Javier Allende, coordinador de Emergencias, quien reconoce que por el momento no tienen datos sobre qué es lo que ha podido pasar. La pareja debía haber salido esta mañana y, al no tener noticias, se dio un margen y se activó el operativo.
Se trata de una cavidad que se puede realizar en 12 horas o en 20 dependiendo de las partes que se recorran y el tiempo que se emplee en ver los diferentes puntos. Está equipada y señalizada, y tiene una infraestructura básica de cuerdas y arneses para poder ejecutar el recorrido sin necesidad de llevar material adicional. Por esta razón se cobra una entrada para el mantenimiento.
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Allende ha explicado que una primera hipótesis es que no puedan acceder a unas cuerdas necesarias para superar un desnivel. Un grupo que ha hecho el recorrido anteriormente ha explicado a los equipos de rescate que esa cuerda se quedaba trabada en una repisa y que les había costado mucho alcanzarla para seguir el recorrido. Pero esto es solo una hipótesis, ha explicado Allende. Sobre el tiempo estimado para el rescate, Allende ha señalado que desde donde se deja el coche hasta una de las bocas hay 30 minutos a una y 50 a otra, más las 12 horas de desarrollo interior .
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«O aparecen pronto cerca de la entradas de la cueva o se alargará mucho esto», ha señalado el coordinador de Emergencias, quien dice que no se trata de una cavidad de las más problemáticas si no se sale del recorrido habilitado, pero que sí hay zonas más difíciles y subidas y bajadas en las que son necesarias cuerdas.
Aunque inicialmente el alcalde de Soba, Julián Fuentecilla, señaló que se pensaba que la pareja estaba parada en la zona de Garmaciega, realmente no hay información exacta sobre dónde podrían encontrarse, más allá de que, dada la hora a la que estaba prevista su salida, se calcula hasta qué punto podrían haber llegado. El Ayuntamiento de Soba ha abierto el polideportivo de La Gándara para que se instale el operativo y recibir a los rescatados.
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En este contexto, el Gobierno de Cantabria activó el Protocolo Operativo de Rescate. El Puesto de Mando ha quedado instalado en La Gándara de Soba y se ha activado al coordinador de emergencias de la zona, al técnico de guardia, además de solicitar apoyo, como sucede en estos casos, al GREIM, a la Cruz Roja y la Unidad Militar de Emergencia (UME), para su conocimiento.
Según ha explicado a este periódico Martín González, presidente de la Fundación Espeleosocorro Cántabro (Esocan), que ayer, antes de que los jóvenes entraran en la cueva, estuvo charlando con ellos, se trata de una pareja de unos «treinta y algo años y con buena planta» que para haberse metido en la cavidad «tienen que ser experimentados».
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«Delante iban unos catalanes que ya han salido. Lo que creo que ha podido pasar es que se han encontrado con la dureza de la ruta y estarán cansados e irán poco a poco. Las dos cuerdas de las bocas, tanto la de bajada como la de subida, están nuevas, las hemos cambiado recientemente. Imagino que será el agotamiento», señala González.
La ruta de la Garma Ciega se realiza, a buen ritmo, en unas 20 horas (sin paradas). Tiene forma de 'U', con dos bocas -entrada y salida-, es compleja, fría (a cuatro grados) y tiene una travesía de unos 500 metros de desnivel en descenso para remontar, posteriormente, los 240 metros de Pozos de Cellagua, con gran diversidad de terrenos. Una vez llegas a la unión, remontas el río hasta la base de los pozos y comienza el ascenso. «No es la travesía típica en Cantabria, como Coventosa por ejemplo, la Garmaciega-Sima del Sombrero está en otro nivel, hay que saber interpretarla, y requiere mucha condición física y mental», puntualiza el presidente de Esocan.
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La travesía abarca pozos cortos y grandes, intercalados de otros muy estrechos, rampas deslizantes en anchas galerías, cuerdas ascendentes, numerosos pasamanos, salas con excéntricas, cornisas acrobáticas, meandros retorcidos, estrechos y húmedos, zonas encañonadas y atléticas, galerías fósiles de gran tamaño, ríos tranquilos y arenosos, zonas inundadas y profundas y, finalmente, el ascenso de los pozos de Cellagua.
Según la página web de Esocan, la travesía solo es apta para espeleólogos confirmados con experiencia en todo tipo de terrenos y en buena forma física: «No es una travesía disfrutona para pasarlo bien sin agotarse demasiado. Muy al contrario es bastante agotadora, sobre todo por el agua siempre presente que moja y enfría y lo retorcido de los meandros intermedios, además del baño inevitable que además de aumentar el frío obliga a llevar bastante peso y bulto».
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González busca en su memoria incidencias recientes y destaca la que protagonizaron dos espeleólogos el año pasado cuando, por la subida del nivel del agua, tuvieron que hacer noche en la cueva «sin mayor contratiempo».
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