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En el año más catastrófico de los bosques regionales, la Federación de Asociaciones Forestales de Castilla y León (FAFCYLE) ha reunido durante tres días a expertos nacionales e internacionales para analizar y intentar mejorar el futuro de esas masas verdes. Su presidente, Jesús Pestaña, representa ... a más de 700.000 propietarios que gestionan unas cuatro millones de hectáreas (45% del total) en la región. Una labor compleja marcada por el minifundio (el tamaño medio es de apenas tres hectáreas) que hace poco rentable todo e invita al abandono. Y esa es la más peligrosa de las opciones.
-¿Qué porcentaje de planes de gestión se están abarcando?
-El minifundio en buena medida la imposibilita. Muchos de los propietarios no viven en el entorno de sus parcelas, la propiedad suele ser compartida con hermanos, primos, etc. La gestión de esas pequeñas parcelas es antieconómica. Los planes de gestión son obligatorios para fincas de más de 100 hectáreas; es muy infrecuente que las fincas menores tengan planes de gestión salvo que estén agrupadas. Tenemos 236.500 has. privadas planificadas en 541 planes de gestión.
-Hay una sensación generalizada de falta de cuidado de las masas forestales. ¿Cuál es el diagnóstico medio de esa gestión entre los propietarios privados?
-Los montes con tradición forestal han tenido cierta gestión forestal. Sin embargo los que provienen de tierras agrícolas abandonadas están descuidados. En general los montes públicos y los privados de cierta superficie están cuidados. Los de pequeña superficie, muchos de ellos están en abandono total.
Alentamos a los políticos a que prosigan con la labor de profundizar en la gestión de la masas forestales independientemente del tamaño. Para lo cual proponemos agrupaciones de propietarios, concentraciones parcelarias forestales, facilidades en la transmisión de la propiedad hacia propietarios activos, o cualquier otra fórmula que desatasque el abandono, salvaguardando los derechos del propietario.
-La Junta ha anunciado una mejora de los equipos de extinción. Pero estos días han sido despedidos el 70% de sus miembros ¿Les afecta a sus propiedades?
-Pedimos a la Junta que potencie el esfuerzo en la gestión forestal integral mejorando la normativa y dedicando más medios: lo que se conoce abreviadamente por apagar los fuegos en invierno. Los fuegos son inevitables, por lo que hay que disponer de medios adecuados, sin entrar nosotros a valorar este capítulo.
-Cuando hay que planificar los cultivos o regadíos se habla con las organizaciones agrarias. ¿A ustedes se les tiene en cuenta?
-La ley nos asigna el papel de defensores de los intereses de los propietarios, la gestión sostenible, la extensión y divulgación forestal y la investigación. Esta normativa está sin desarrollar y necesita un soporte económico con el que no contamos. Aunque tenemos relación habitual con la Consejería de Medio Ambiente, no tenemos el reconocimiento que nuestro sector merece, no ya como estratégico, sino también por la potencialidad de la gestión forestal integral, que puede provocar un efecto multiplicador en la economía muy importante; social, en cuanto que puede dinamizar las áreas rurales; y medioambiental puestos que los bosques propician la biodiversidad, captan el CO2 de atmósfera, previenen la erosión, regulan el ciclo hídrico, ayudan a la recarga de los acuíferos,… ¿no le parecen suficientes motivos para prestarle al sector una atención preferencial?
-¿Qué papel juega la Política Agraria Común (PAC)?
-Muy interesante pregunta. La PAC, a través de su segundo pilar se ocupa del desarrollo rural potenciando la acción agraria. Inexplicablemente, en Castilla y León la Ley agraria, en contra de lo expresado en la ley agraria estatal, excluye expresamente lo forestal y sólo contempla lo agrícola y lo ganadero, aún cuando estas tres actividades están frecuentemente unidas en nuestro mundo rural. Esto va claramente en contra del mundo forestal y su desarrollo. Siendo la superficie forestal aproximadamente el 50 % del total de la región, sólo recibe en torno al 3% de los fondos de la PAC.
Ésto, no solo es un agravio a nuestro sector sino que es tener perdido absolutamente el foco político, teniendo en cuenta que los mayores beneficios del desarrollo forestal los obtiene la sociedad en su conjunto a través de los mecanismos a los que me referido anteriormente.
- En tiempos de cambio climático, los bosques deberían jugar un papel en la captura de dióxido de carbono (CO2). ¿Cuál está siendo ese papel?
-Quiero insistir en la función de los bosques para prevenir los efectos indeseables del cambio climático, y en la descontaminación atmosférica a través de la absorción de CO2. Atendiendo al principio de que quien contamina, paga, el que descontamina debe cobrar. Eso es lo que pedimos. Y que lo que nos corresponde por amparar esa función, revierta a un fondo con la finalidad de mejorar el medio forestal. Queremos que se libere el mercado de CO2 y que todo el dióxido de carbono fijado por todas las masas forestales compute para dotar ese fondo y no solamente las nuevas plantaciones.
- Dice que tener un bosque no es rentable. ¿Por qué entonces hay tantos propietarios? ¿Y por qué no hay más traspaso y venta de titularidades?
-El hecho de que haya muchos propietarios se debe al devenir histórico a lo largo de los siglos atendiendo a sus normativas, costumbres, etc. Lo que podemos y debemos hacer en la actualidad es tratar de buscar la eficiencia en función de los objetivos actuales. Nos parece que sería muy interesante facilitar el tránsito de la propiedad forestal hacia propietarios activos. Actualmente las transmisiones de pequeñas parcelas forestales son tan costosas y tan engorrosas, notario, registro, impuestos,... que disuaden a muchos de quienes lo pretenden.
-¿Qué les ha aportado este Congreso Forestal y cómo está la región respecto a otras comunidades y países?
-Ha sido todo un hito en el mundo forestal. Han participado ponentes nacionales y extranjeros, técnicos forestales, abogados, profesionales, funcionarios autonómicos, nacionales y europeos, profesores universitarios, etc... Hemos conocido otras realidades en otras comunidades y en otros países y eso está muy bien para seguir políticas que han funcionado. Nos han ayudado a desentrañar este complejo mundo que es la propiedad forestal y nos han desvelado nuevas perspectivas bajo las que abordar la forma de mejorarlo.
Nos han hecho ver que necesitamos un marco jurídico adecuado a nuestra realidad, una fiscalidad 'ad hoc',... Hemos sacado conclusiones que enmarcamos como la Carta de Valladolid y que estamos haciendo llegar a las Administraciones tanto autonómica como nacional.
Tras las declaraciones del consejero de Medio Ambiente que afirmó que incorporaría esas conclusiones en las políticas públicas para desarrollar los cambios normativos que favorezcan que ese minifundismo forestal termine, pues nos sentimos optimistas y confiados en que por fin esté sector tan importantísimo despegue.
¿Qué piensa cuando ve arder un bosque o un pinar privado que carecía de mantenimiento?
-Pienso en el drama humano de los que viven en la zona y pierden no ya solo su monte sino que ven cómo en tres días ha desfilado lo que formaba parte de su vida, trabajo, bienes, ganado, etc..., y solo queda el recuerdo dentro del desamparo y la impotencia. Eso es lo que debemos tratar de evitar a través del mantenimiento y el cuidado. Cuando estos fallan se ciernen los peligros y hay que ir al plan B que es la extinción, el tratamiento de plagas y otras labores.
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