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Llegados de las nueve provincias de la comunidad hasta Valladolid para aquí obtener más repercusión a sus demandas, dos centenares de bomberos forestales han recorrido ... las calles del centro de la capital con una parafernalia que ha dejado boquiabiertos a los paseantes que recorrían en esta tarde de sábado el Campo Grande, la Acera de Recoletos, la Calle Santiago o Fuente Dorada. Los participantes exigen el reconocimiento de la categoría profesional 5932 de Bombero Forestal que la Junta les niega y cuya necesidad, denuncian, se pone de manifiesto todos los veranos y ha alcanzado su punto culminante con el incendio de hace solo unas semanas en Navalacruz, Ávila, de los mayores de la historia de España.
Los manifestantes, ataviados con su indumentaria anti incendios, cascos y motosierras incluidas, han escenificado bajo la estatua de Colón cómo es su trabajo golpeando los batefuegos alrededor de un maniquí yacente cubierto de humo con el que han pretendido hacer ver la peligrosidad y esencialidad de su labor.
Según han explicado sus portavoces, ni siquiera son bomberos forestales. «Queremos serlo pero no nos dejan, solo somos peones que trabajamos durante tres o cuatro meses en los operativos anti incendios, con contratos precarios que no nos permiten ni siquiera tener cobertura de enfermedades laborales». Son una representación de cerca de 4.500 personas, «jóvenes que viven en el medio rural, lo conocen y lo aman y quieren seguir en esa España vacía de la que tanto hablan algunos», comentan.
Llevan protestando desde 2014 y «muchos ya no pueden estar aquí», han lamentado, «porque después de hasta ocho campañas dedicados a los operativos contra el fuego, con toda la experiencia y profesionalidad adquirida, con absoluta vocación por lo que hacen, tan pronto como encuentran un empleo de cajero en el supermercado de cualquier capital, lo dejan y se marchan».
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Son entonces sustituidos «por estudiantes que tienen que ir a apagar fuegos con un curso de 14 horas». Incendios que son «cada vez más complejos y peligrosos, en zonas despobladas y que muchas veces se descontrolan, como ha sucedido en Ávila». «Los incendios evolucionan, el personal y los medios con los que se le dota, no y tenemos dispositivos que son iguales a los de hace 30 años», advierten.
La decepción entre el colectivo es generalizada después de que el pasado 22 de septiembre el pleno de las Cortes de Castilla y León rechazase con el voto en contra de PP y Ciudadanos y la abstención de Vox una moción del Grupo Socialista con once puntos en los que se recogían sus reivindicaciones históricas. Mientras sucedía esto, ellos se encontraban concentrados a las puertas de la sede parlamentaria con resultado baldío.
«Solo pedimos estabilidad y continuidad laboral, que nos permitan vivir de este trabajo y conseguir la profesionalización del sector, el reconocimiento de la categoría profesional 5932 de Bombero Forestal porque ahora estamos yendo a apagar los incendios con herramientas en mal estado», se quejan.
Entre las reivindicaciones que plantean a la Junta están la de ampliar la duración del dispositivo de extinción y prevención de incendios y la creación y mantenimiento de una red de parques de bomberos. Demandan la retirada del proyecto de decreto que regula el voluntariado de Protección Civil y consideran urgente una ley reguladora de los servicios de prevención, extinción de incendios y salvamento de Castilla y León.
«Creemos que la sociedad nos apoya, por lo menos los que conocen cómo es la situación y cuáles son nuestras condiciones de trabajo -comentan algunos de los presentes, jóvenes en su mayoría-. No conseguimos llegar a todos los que querríamos, porque donde trabajamos no llegan las cámaras».
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