Autobus de Bankia que recorre las zonas rurales que no tienen oficina .SONIA TERCERO

La banca cerrará otro centenar de sucursales en Castilla y León para centrarse en el cliente digital

La red tiene hoy la mitad de oficinas que hace doce años, una pérdida que afecta sobre todo al medio rural de la comunidad

Domingo, 29 de noviembre 2020

La pandemia y la generalización del teletrabajo, el vídeochat y la cita previa por internet se han convertido en un acelerador del proceso de digitalización de la banca, con su consiguiente vuelta de tuerca al cierre de sucursales. La búsqueda de la rentabilidad en la ... era pos covid azuza fusiones y, sin necesidad de que lleguen, hace desaparecer otro puñado de oficinas, con el punto de mira de las entidades en las redes que tienen en los municipios más pequeños. En los próximos meses, el Santander ha comunicado a los sindicatos que clausurará 72 oficinas en la comunidad; Unicaja se deshará de 54 y la fusión (en marcha) de CaixaBank y Bankia o la del BBVA y Sabadell (en estudio) acentuarán la tendencia.

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Desde el punto de vista laboral, «el impacto va a ser brutal», asegura Jesús Vara, responsable de banca de UGT, «no sólo para el sector, sino porque va a destruir cientos de puestos de trabajo de empresas que trabajan para las oficinas, desde limpieza a seguridad, mantenimiento, etc.»

Desde el punto de vista social, esta política de contracción de sus redes de sucursales que las entidades llevan practicando sin interrupción desde 2009 se convierte en la enésima puntilla para la población rural. «La situación en la que quedan amplias zonas rurales y de población, desatendidas, va a provocar, o ya lo está provocando, el que miles de personas se encuentren con problemas para hacer operaciones», señala Vara, quien lamenta el abandono que sufre «una población muy mayor, que vive en territorios con malas conexiones y a quienes la exclusión financiera de sus pueblos puede obligar a desplazarse a kilómetros para realizar cualquier gestión».

Cambio de modelo

Castilla y León es, con el 20% de afectados, la región donde más ciudadanos no disponen de banco en la zona donde residen, ya que el 79% de sus municipios carecen de oficina. Para el sindicato FINE, estos números permiten «no sólo hablar de exclusión financiera sino de auténtica 'desertización financiera'». Castilla y León es también la comunidad donde hay más municipios con una sola oficina bancaria (188), que les hace candidatos a incrementar esta desertización.

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Aunque el goteo de cierres ha sido continuo en la última década, siempre se ha acelerado con motivo de los movimientos corporativos, absorciones, crisis y desaparición de las cajas, etc. Ahora, con procesos de fusión en marcha o sin ellos, ya no se trata de los solapamientos en las redes, sino que el argumento es el exponencial crecimiento de los canales digitales y la bajada de movimientos en las oficinas.

Para aliviar el cierre de las oficinas rurales, las entidades las suplen por agentes comerciales y autobuses con cajero

«Es el mayor cambio de modelo de negocio acometido por la banca en su historia y en la nueva estrategia no caben los pueblos, solo el centro de las ciudades, oficinas más grandes y todo por Internet», explica Rubén Miguel, secretario de UGT en Unicaja. Enumera los cierres comunicados: 17 en Valladolid, 13 en Salamanca, 12 en León, 5 en Palencia...

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Si bien la lista incluye hasta 54 sucursales afectadas, la entidad no habla de cierres, sino de reordenación de la red para hacer un uso más racional. En el caso de las urbanas, se 'fusionan' oficinas cercanas; mientras que en las rurales –en una práctica cada vez más extendida en el sector– se sustituyen por un agente que permanece en el mismo local y facilita a los clientes la realización de las mismas operaciones.

La aragonesa Ibercaja, con fuerte implantación en Burgos como heredera de Caja Círculo, ya ha trasladado a los representantes de los trabajadores su intención de cerrar 220 sucursales, una de cada cinco, y presentar un ERE para 790 personas.

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Sin fusión a la vista y con la reducción por la compra del Popular ya superada, el Santander tampoco escapa a la tendencia. Según detalla Vara, el banco ya iniciado el proceso de cierre de 72 instalaciones en la comunidad: 15 en Valladolid, otras tantas en León, 10 en Burgos, 10 en Salamanca, 8 en Palencia, 4 en Segovia... «Hay muchas oficinas que fueron cerradas de forma temporal por la pandemia pero que ya no van abrir, otras simplemente van a cerrar. Y no descartamos que puedan ser más», se resigna.

Servicio esencial

También ante el anuncio de conversaciones entre BBVA y Banco Sabadell para explorar una fusión, CC OO ha reclamado a las dos direcciones que se haga con todas las garantías para las plantillas. En Castilla y León, el BBVA cuenta con 754 trabajadores y el Sabadell con 293 repartidos en 135 y 56 sucursales, respectivamente.

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Y sigue su curso la integración de Bankia en CaixaBank. El primero posee 125 establecimientos en la región, 90 de ellos en Ávila y Segovia;mientras que el segundo cuenta con 242 oficinas en la comunidad, sobre todo en Burgos, con 75 sucursales, León con 43 y Valladolid con 39.

Varaabunda en la problemática del servicio público que presta la banca: «Son empresas privadas, pero a la vez son un servicio esencial que debe ser universal. Un pueblo sin ningún tipo de servicios se vacía inapelablemente».

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Ymientras los bancos tienden a un tipo de sucursales espaciosas, con sofás en los que tomar café, las zonas rurales tienen que promover iniciativas como la de la Diputación de Valladolid de licitar una subvención para que cinco pueblos sin oficinas dispongan de cajero automático, o sentarse a esperar la llegada del 'banco-bus' para tener efectivo cuando venga el panadero.

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