Vox autoenmendó sobre la marcha, en el mismo momento del debate, la proposición en la que exigía la realización de un estudio técnico urgente para valorar «la viabilidad y puesta en funcionamiento de la central nuclear de Santa María de Garoña» y la aportación ... de «cuantos recursos sean necesarios» para y suavizaba esa exigencia planteando «elaborar un estudio sobre la idoneidad del Valle de Tobalina para albergar instalaciones de generación de energía nuclear, en el que se tenga en cuenta, entre otras cuestiones, si resulta técnica y económicamente posible la instalación de nuevas centrales o la reapertura y/o actualización de las existentes». Es parecido, pero no es lo mismo.
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La nueva redacción, tras una negociación entre los responsables de los grupos parlamentarios de los dos socios en la Junta, permitió a Vox contar con el apoyo los populares para sacar adelante unas resoluciones que rebajaban el nivel de exigencia inicial y de la que se quitaban las alusiones expresas a la reactivación de Garoña y también la exigencia al Gobierno central el empleo de «cuantos recursos sean necesarios, dentro de las posibilidades técnicas y de seguridad, a la reapertura». Eso se cayó del texto que votaron procuradores que asistían al pleno. El escrutinio dio un recuento de 44 votos a favor (PP y Vox), 29 en contra del PSOE y 7 abstenciones de los grupos minoritarios.
Tanto los socialistas como los procuradores de Cs y de Unidas Podemos solicitaron al presidente de las Cortes, Carlos Pollán, que no admitiera la autoenmienda de Vox, porque entendían que planteaba un cambio «sustancial» de lo que promovían de inicio los de Santiago Abascal: de estudiar la viabilidad de la reapertura de Garoña a valorar la «idoneidad» del Valle de Tobalina para albergar instalaciones nucleares. Pollán consultó a la letrada y aceptó la nueva redacción, que había recibido el visto bueno de los populares. Esta «autoenmienda» -definida así desde Vox- para rebajar la intensidad de la iniciativa sobre Garoña cuaja horas después de que el vicepresidente García-Gallardo y dirigentes del PP burgalés intercambiaran mensajes críticos sobre quién había logrado desatorar el proyecto de Parque Tecnológico de Burgos.
Ángel Ibáñez fijó la posición del PP, basada en una apuesta por la prolongación de la vida útil de las centrales que están en funcionamiento. Recordó que Garoña está en proceso de desmantelamiento, en una situación de «no retorno». También que sobre los modelos de reactores que plantea Vox «falta» información técnica. «En materia de energía hagamos caso a la tecnología y no a la ideología», resumió el popular.
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«Sabemos perfectamente lo que se puede hacer en Santa María de Garoña», subrayó desde la bancada de Vox el burgalés Ignacio Sicilia, que añadió que piden la apertura de una central nuclear, no la puesta en marcha del reactor con el que ha funcionado la instalación. Sicilia insistió en la apuesta por la mina de uranio a cielo abierto de Retortillo, en tierras salmantinas y aventuró que podría estar a plena producción en 18 meses, si obtuviera los permisos, y abastecer así de mineral radiactivo a todas las centrales del país.
Jesús Puente, del PSOE, recordó que Garoña cerró en la etapa de Mariano Rajoy cuando producía el 1,2% de la electricidad de todo el sistema nacional y que «nadie la echa en falta» ahora, en un momento en el que el futuro está «en el hidrógeno verde y las renovables». Puente criticó que la Junta ha dado «cero ayudas» para reactivar económicamente la comarca.
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