![Aurora Martín Nájera, en la zona del Museo de la Evolución Humana que recrea las excavaciones de Atapuerca.](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202206/11/media/cortadas/aurora1-kKGI-U170383110030qkF-624x385@El%20Norte.jpg)
![Aurora Martín Nájera, en la zona del Museo de la Evolución Humana que recrea las excavaciones de Atapuerca.](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202206/11/media/cortadas/aurora1-kKGI-U170383110030qkF-624x385@El%20Norte.jpg)
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He aquí una científica pionera. Aurora Martín Nájera (Palencia, 64 años), coordinadora del Museo de la Evolución Humana, con sede en Burgos, desde que abrió sus puertas hace doce años. Arqueóloga de formación y profesión, fue quien extrajo de la tierra en 1994 en los ... Yacimientos de Atapuerca un molar que permitió confirmar la presencia del Homo antecessor en la zona burgalesa más famosa del mundo. Dedica cada una de las horas del día a que se pueda transmitir a la sociedad la importancia de la ciencia en nuestra vida y, de manera especial, la trascendencia para la especie humana de lo que Atapuerca ha dejado ver ya en las cuatro décadas de investigaciones sobre el terreno.
–Coordinar en este museo, ¿en qué consiste?
–La función del Museo es fundamentalmente de divulgación, pero ésta se basa en el proyecto investigador. Coordinamos que todas las instalaciones que se han creado en torno a los Yacimientos de Atapuerca funcionen y lo hagan de forma acorde y sostenible para el espacio donde están los yacimientos.
–Por tanto, usted vendría ser lo que en el argot empresarial moderno es un ceo...
–De alguna forma, sí. Buena parte de los servicios del Sistema Atapuerca están externalizados y son llevados por las empresas adjudicatarias especializadas en cada sector. De ahí que la coordinación de estos servicios sea fundamental para lograr las mejores condiciones para el desarrollo de las visitas y de las diferentes actividades que se desarrollan en todos los centros del Sistema Atapuerca.
–¿Cómo le surgió la vocación por la Arqueología?
–Cuando yo estudié en Valladolid, la Arqueología se dedicaba de forma especial a investigar en la época romana. En nuestra zona hay mucho pasado romano. Por motivos familiares, nos trasladamos a Burgos y ahí, a principios de los 80, fue cuando Emiliano Aguirre comenzó las excavaciones de Atapuerca. Puso un anuncio en el periódico y desde entonces formo parte del equipo de investigación de Atapuerca...
–¡Por un anuncio en la prensa!
–Al final, te formas en la excavación, como si fuera un campo de trabajo, como una Universidad de Verano, donde empiezas a conocer sobre el terreno cantidad de disciplinas que se dan cita en Atapuerca.
–Para una arqueóloga en España, ¿estar en Atapuerca es lo más?
–Si quieres dedicarte a la evolución humana y a las épocas más antiguas, sin duda. Pero no solo en España, sino en el mundo.
–¿En el mundo?
–Atapuerca realmente es un yacimiento excepcional que reúne la vida de nuestros antepasados desde hace más de un millón de años y, además, en un ecosistema concreto que nos permite tener una visión diacrónica y sincrónica de lo que es el uso de un espacio a lo largo del tiempo.
–El uso, ¿por qué especies?
–En Atapuerca, de momento, se han encontrado fósiles pertenecientes a cinco especies: el resto más antiguo está datado entre 1.200.000-1.400.000 años; de momento no sabemos qué especie es. Luego vendría Homo antecessor, con una cronología en torno a 900.000; después, el preneandertal o heidelbergensis, en torno a 500.000 años; neandertal, especie que hemos encontrado hace pocos años y tiene unas cronologías que están todavía por verificar, y, finalmente, Homo sapiens.
–¡Cinco especies en este lugar!
–En el mismo espacio, en el mismo ambiente, en el mismo ecosistema tener cinco especies que han utilizado de forma diferencial el espacio es algo único. Y se encuentran no solamente restos humanos, sino que se hallan relacionados con la fauna con la que convivieron, la vegetación que había en ese momento... Es algo espectacular y único en el mundo. Eso no quiere decir que no puedan aparecer más yacimientos de este tipo. No queremos decir que Atapuerca sea única sino que ahora mismo sí es única y, además, ha sido excavado de forma metodológica desde hace 40 años. Eso sí que prácticamente es único en el mundo y hay que agradecerlo tanto al tesón del equipo, liderado por los directores y codirectores actuales, como al apoyo de la Junta de Castilla y León.
–¿Cómo perciben ustedes que son percibidos fuera ?
–Los especialistas vienen a ver los yacimientos y se van francamente sorprendidos. Sin ir más lejos, el pasado fin de semana vinieron los participantes del Congreso Internacional de Tafonomía, con los grandes especialistas de esta disciplina al frente. La Tafonomía abarca todos los procesos físicos, químicos y biológicos que actúan y actuaron en la formación de los fósiles, desde la muerte de los organismos o producción de un resto hasta su hallazgo en el yacimiento, extracción y preparación para su estudio. Se quedaron sorprendidos ante la envergadura tanto del Sistema Kárstico, que es muy grande, como también de las instalaciones y cómo se protegen los yacimientos, que son Patrimonio de la Humanidad.
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–Usted fue la primera mujer en participar en las campañas de excavación de Atapuerca, en 1980. ¿Cómo es que no había habido antes otras mujeres?
–Realmente no es que estuviera mal la Paleontropología, sino que la presencia de mujeres en el mundo científico tampoco era muy habitual. Las había, pero no de forma habitual. Hoy, sin embargo, en torno al 60% de los equipos del Proyecto Atapuerca, están integrados por mujeres.
–Usted abrió un camino que ha conducido... ¿adónde?
–La mujer investigadora en Atapuerca está muy bien representada tanto cuantitativamente, que es importante, como cualitativamente. De hecho buena parte de los yacimientos están dirigidos por mujeres y en muchos proyectos de investigación en que participan investigadores de Atapuerca están al frente mujeres.
–Llama la atención el elevado número de actividades para escolares que desarrolla el Museo de la Evolución Humana.
–La ciencia forma parte de nuestra vida y tenemos que hacerlo llegar desde niños. Y no solamente que puedan convertirse en científicos, que ojalá porque tienen más posibilidades que nosotros, pero también se necesita dar visibilidad a la importancia que tiene la ciencia en cualquier aspecto de nuestra vida cotidiana. Y buscamos ofrecérselo de manera lúdica, tanto los talleres que hacemos como la divulgación a través de las visitas didácticas. No podemos hacer las cosas difíciles, sino fáciles.
–¿Cómo ven que reciben los escolares lo que les cuentan en y sobre el Sistema Atapuerca?
–Los escolares vienen a ver el Museo con el colegio y luego son los que traen a sus padres. Eso a mí me parece muy interesante porque incluso luego se lo explican con sus palabras.
–¡Los niños sí que saben!
–En ese sentido, creo que facilitan el acceso al Museo a la gente más mayor, que en un momento determinado podríamos tener más miedo porque creemos que no entendemos o porque nos da incluso cierto reparo mostrar que hay cosas que no entendemos. Sin embargo y al mismo tiempo lo que ha conseguido el equipo de Atapuerca y el Museo es que ahora cualquiera te hable de antecessor como si hablara de una coliflor o de un tema de actualidad. Hemos hecho fácil e incluido en la vida cotidiana un lenguaje que no deja de ser científico en sí mismo.
–¿El mejor fruto de su trabajo?
–El Museo de la Evolución Humana es uno de los pocos museos, diría que prácticamente único en el mundo, que muestra los fósiles originales de forma permanente. Eso se consigue porque la conservación es muy buena y porque hay unas medidas de protección en la exhibición. Pero es que ponerse delante de la cara del Homo antecessor o de Miguelón debe ser una experiencia muy especial y eso es un plus que aporta el Museo que no lo aportan otros del mundo.
–Atapuerca y su Museo muestran de dónde venimos como especie, pero para saber a dónde vamos como tal, ¿qué haría falta?
–Nosotros no lo podemos decir. Sí creo que hay que abrir la reflexión sobre hacia dónde vamos y, en ese sentido, creo que es lo que más nos falta: no solo plantear la reflexión, sino abrir un diálogo sobre medidas a adoptar. Pero una institución museística debe provocar la reflexión y llamar la atención sobre lo que sucede con la perspectiva que nos dan nuestros conocimientos; tomar medidas es algo que depende de los políticos a nivel nacional e internacional.
–Y, al menos, ¿decir hacía dónde no debemos ir?
–Sí, mostrar el camino que estamos llevando y que parece que no nos conduce a nada bueno.
–Si una joven le dijera que tiene pasión por la Arqueología, ¿le animaría a estudiar esa disciplina? ¿Se puede vivir de esa profesión?
–No es fácil, porque el mundo de la investigación está como está, aunque ahora mismo parece que el Gobierno sí que está intentando plantear una Ley de Ciencia. Pero lo que yo animo a la gente es a que, si realmente quiere hacer algo, que lo intente. Y a las mujeres, más todavía, porque muchas veces no hemos tenido la fe suficiente ni en nosotras mismas ni en nuestros objetivos para tirar adelante en momentos en los que pueda haber más obstáculos. La fe es parte fundamental de que la vocación llegue a un fin.
–Le voy a plantear una pregunta que ronda mi cabeza desde hace muchos años: ¿Se puede creer en Dios en Atapuerca? Todo lo que cuenta la Biblia sobre la creación del hombre, en estos yacimientos como que queda diluido...
–Si partimos del hecho de que la Biblia es una explicación novelada de la evolución, igual que muchas otras culturas tienen su forma de entender la creación y la evolución, creo que sí se puede creer, pero separando: una cosa es la ciencia y otra, la religión. La ciencia es conocimiento, es racionalización y la fe es otra cosa. Y si logras separarlo, puedes creer, claro que sí.
–¿Pero entiende que el común de los mortales ante Atapuerca nos planteemos nuestras creencias religiosas?
–Efectivamente. Pero la fe está hecha en base a criterios no científicos, por otras cuestiones que en principio no tienen nada que ver. Pero eso no significa que cada uno pueda creer en lo que quiera. El conocimiento te está diciendo esto y si eres capaz de unir... La ciencia no intenta destruir las religiones. La ciencia es una cosa, las religiones, otra.
–Usted fue la descubridora de los primeros restos del Homo antecessor en Atapuerca. Los extrajo de la tierra y da nombre a un estrato de la Gran Dolina, ¡el Estrato Aurora!
–Soy privilegiada porque al final los hallazgos son trabajo de equipo. En Atapuerca el equipo es fundamental. Una persona sola no logra nada. El año que apareció antecessor, 1994, me sentí orgullosa y emocionada, pero sabiendo que la labor era del equipo y que yo había tenido la gran suerte de encontrarlo, pero realmente podía haber sido uno de mis compañeros y yo habría estado igual de contenta.
–¿Vio el mundo de distinta manera a partir de ese hallazgo?
–Ha sido una de las cosas más importantes de mi vida, pero para mí no cambió nada. Es una satisfacción que a veces me da hasta un poco de vergüenza porque entiendo que no fue mía, sino fue una labor de equipo. Y lo de poner mi nombre a un estrato, que no es habitual, lo entiendo como un reconocimiento a mi trayectoria. Pero a partir de ahí lo que sí cambió al equipo fue el hallazgo de antecessor: cambió las perspectivas, las posibilidades... Hasta 1994 solo teníamos preneandertal en los yacimientos y sapiens en la zona de entrada a la Sima, pero a partir de ahí tuvimos una nueva especie.
AURORA mARTÍN NÁJERA
Coordinadoradel Museo de la Evouciom Humana.
–¿Lo de coordinar le impide excavar?
–Sigo excavando, pero poco tiempo porque precisamente la gestión del sistema es aún más importante durante el tiempo que duran las excavaciones. Aunque es cierto que necesito seguir en las excavaciones y de alguna forma volver a la tierra donde comenzamos.
–¿Hasta cuándo tiene usted cuerda?
–No lo sé, no lo sé.
–¿Para qué necesita cuerda?
–La cuerda es hasta cuando tú quieras y puedas. En mi caso, que estoy acercándome a la edad de la jubilación, decidiré cuándo me jubilo y de qué manera en su momento. Pero igual que todo el mundo, me tengo que preparar para la jubilación, es un paso que cambia tu vida, complicado y a veces difícil. Considero que hay que prepararse y estoy en ello.
–¿Qué le gustaría ser de mayor?
-¡Ciudadana de a pie! Me encantaría, sin estar atada a un horario y a situaciones concretas.
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